miércoles, 21 de marzo de 2012

Donde pescar es un crimen

Donde pescar es un crimen
Miércoles, Marzo 21, 2012 | Por Alejandro Tur Valladares

CIENFUEGOS, Cuba, marzo, www.cubanet.org -La noche del pasado 13 de
marzo fue escogida por Ramoncito y Alfredo para lanzarse al mar en busca
de una pesca decente. El oficio de pescador lo vienen ejerciendo desde
hace unos años, empujados por la necesidad de dar de comer a su familia.
Ellos viven en Cienfuegos, al centro de Cuba, a unos diez metros del
mar, por lo que pescar debería ser un ejercicio natural.

Ya habían lanzado la red de cincuenta metros en un tramo no muy distante
de la playa, y venían de regreso, cuando escucharon el rugir de un motor
que enseguida identificaron: era la Lancha Guardacostas. Conociendo lo
que esto significaba, se pusieron a remar apresuradamente, para ver si
lograban que su balsa de poliespuma llegara a la red antes que el
inoportuno visitante. El esfuerzo fue en balde, el poderoso turbomotor
de la lancha les ganó la apuesta.

Auxiliada por un reflector, la guardia marina localizó el instrumento de
pesca, y, por medio de cables con ganchos, logró sacarlo del mar e
introducirlo en su embarcación. Ramoncito y Alfredo se descorazonaron.
Allá iba el sustento del hogar, la comida de sus hijos. Por ello, aun
sabiendo a lo que se exponían, decidieron reclamar la devolución de la
malla.

De nada sirvió que los afligidos hombres argumentasen que la pesca no
era para el comercio sino para alimentar la familia, y que la malla no
afectaba la fauna, pues, por sus dimensiones, solo permitía atrapar
peces de talla grande. Impávido, el oficial al mando le replicó que la
pesca en la bahía estaba prohibida, por lo que les ordenaba subir a la
embarcación para ser llevados hasta Capitanía de Puerto, donde serían
amonestados.

No era la primera vez que tal situación se presentaba. De hecho, la
pesca deportiva o artesanal que ejercen miles de cubanos a lo largo del
litoral nacional, se ha convertido desde hace un buen tiempo en batalla
campal entre las autoridades y los pescadores furtivos, que ven en ello
más que un oficio, un simple acto de supervivencia.

Ramoncito y Alfredo no eran nuevos en ese universo, por lo que sabían
que de acatar el mandato, lo más probable es que fueran sancionados con
multas que oscilarían, según lo establecido, entre cinco mil y diez mil
pesos, lo que equivale a catorce y veinticuatro meses, respectivamente,
del salario promedio (350 pesos) que paga el estado a los cubanos por su
trabajo de todo un mes.

"Pescar no es un delito", gritaron. Sin pensarlo dos veces, comenzaron a
despegar la balsa del guardacostas. Remando tan fuerte como les
permitían sus brazos, enfilaron la proa de la rústica embarcación hacia
la orilla. Los guarda-marinos, contrariados, embistieron por tres o
cuatro ocasiones al endeble cascaron de corcho blanco, intentando que
sus ocupantes cayesen al mar. Igual cantidad de veces los agredidos
lograron evadir el peligro.

Testigos que se hallaban en la rivera, aseguran que desde donde estaban
escucharon gritar al capitán del navío: "Ahora sí que los vamos a
joder", mientras los aludidos respondían: "Lo que vayan a hacer,
háganlo, pero miren cuántas personas hay de testigos".

Al parecer la presencia de tantos ojos indiscretos mirando al mar, lo
hizo cambiar de idea y luego de unos minutos, el oficial al mando dio la
orden de retirada, llevandose consigo la red, el único medio de sustento
para aquellos hombres.

Lo irónico de la historia es que no son precisamente individuos como
Ramoncito o Alfredo quienes causan daño al ecosistema nacional. Son las
empresas estatales, llamadas combinados pesqueros, las que con
sofisticadas técnicas de pesca masiva, han sobre explotado el entorno
marino de la bahía de Cienfuegos, ocasionando con ello un desequilibrio
en el ciclo de reproducción y crecimiento de las especies que tienen su
hábitat en la región.

"Pescar no es un crimen, y menos aún si se hace para sobrevivir", dijo
uno de los pescadores. Y acotó: "Nos persiguen por atrapar media decena
de peces, cuando el Estado pesca miles de toneladas que no le vende al
pueblo, sino que exporta hacia Asia o Europa. Es triste que siendo Cuba
una isla, pescar sea un delito".

http://www.cubanet.org/articulos/donde-pescar-es-un-crimen/

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