sábado, 24 de marzo de 2012

Un reloj roto que da la hora

Un reloj roto que da la hora
Viernes, Marzo 23, 2012 | Por René Gómez Manzano

LA HABANA, Cuba, marzo, www.cubanet.org -El diario Granma del lunes 19
publicó un artículo de Atilio Borón de nombre larguísimo y sorprendente:
"Marx, más vivo y actual que nunca a 129 años de su muerte". Al
argentino hay que reconocerle el valor de sus convicciones. En estos
tiempos en que muchos pensadores de antecedentes marxista se esconden o
asumen actitudes de chivo con tontera para no señalarse en la defensa
del autor del "Manifiesto comunista", Borón sale al proscenio y emplea
un enunciado provocador como el título recién citado.

Por curiosa coincidencia, esos defensores a ultranza suelen encontrarse
entre quienes, por vivir en países libres del contagio, no han sufrido
en carne propia los experimentos de ingeniería social preconizados por
el prominente hijo de Tréveris. Los intelectuales de países que son,
fueron o se supone que sean marxistas —como la misma Cuba— muestras
actitudes mucho más comedidas.

Hay que reconocer que estas últimas posturas son más coherentes. Como
Carlos Marx afirmaba que la práctica es el criterio de la verdad, el
espectáculo penoso de países sumidos en el estancamiento o la involución
tras aplicar sus recetas durante decenios, no constituye la mejor
recomendación para alentar a otros a repetir el experimento ni para
mover a personas de pensamiento a defender las teorías que les sirvieron
como guías.

Esos intelectuales de los países del "socialismo real" han comprobado en
su vida diaria, durante decenios, las mentiras grandes y pequeñas que se
esconden tras lo enunciado por Marx hace más de un siglo y cuarto. A
quienes hacen sus observaciones desde el Mundo Libre, se les dificulta
ser objetivos; es allí donde mejor se sostiene el mito, pese a que hay
verdades que deberían hacerles abrir los ojos.

Marx auguraba la pauperización de la clase obrera en los países del
capital; los testarudos hechos demuestran que —por el contrario— sólo en
aquellos en los que se ha desarrollado de modo consecuente ese modo de
producción, las mayorías han podido escapar del hambre, la miseria y la
desesperación que las acompañaron desde el comienzo de la historia.

Ese mismo iluminado les prometía prosperidad, hartazgo y alegría a
quienes aplicasen sus recetas, mas, en la era contemporánea, los países
que han sufrido hambrunas de proporciones bíblicas y han alcanzado
mayores cotas de infelicidad fueron justamente los que las pusieron en
práctica. Ahí están, para demostrarlo, los millones de muertos por
hambre y otras catástrofes humanas en la antigua URSS, China, Camboya,
Etiopía, Norcorea.

El autor de El Capital prometió un desarrollo impetuoso de las ciencias,
pero los regímenes marxistas se han caracterizado por el menosprecio de
los aportes más novedosos del intelecto humano en campos tan disímiles
como la genética, la lingüística, la cibernética, la cohetería. Los
reformadores sufrieron cárcel y persecución, y fueron acusados de
reaccionarios y oscurantistas, al tiempo que charlatanes como Trofim
Lysenko eran endiosados.

Mientras el mundo se preocupaba por los derechos humanos, el profeta
rojo jamás se interesó en esa problemática, y sus discípulos se cuentan
entre sus máximos violadores. Baste mencionar algunos nombres como los
de Lenin, Stalin, Beria, Mao, los Kim, Pol Pot, Mengistu Haile Marian,
los hermanos Castro.

¡Y después de toda esa sarta interminable de mentiras, fracasos,
atropellos y crímenes, tras el desmoronamiento del "campo socialista",
hay que soportar todavía que venga Atilio Borón a decirnos con toda
tranquilidad que el ideador de esa monstruosidad está hoy "más vivo que
nunca"! A los cubanos no nos basta con haber tenido que sufrir durante
medio siglo un régimen desastroso, ¡ahora tenemos que aguantar también
que alguien, desde una cómoda cátedra bonaerense, trate de convencernos
de las bondades de las teorías que dieron inicio al horror!

El inefable rioplatense resalta en su artículo el acierto de Marx al
señalar el carácter central de la economía en toda la vida social. En
esto sí coincido con Borón; se trata de un aporte atendible al
pensamiento humano, pero que no oculta los muchos despistes monumentales
del personaje ¿No dijo alguien que hasta un reloj roto da la hora exacta
dos veces al día!

http://www.cubanet.org/articulos/un-reloj-roto-que-da-la-hora/

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