martes, 6 de marzo de 2012

Un cementerio que muere

Un cementerio que muere
Martes, Marzo 6, 2012 | Por Alejandro Tur Valladares

LA HABANA, Cuba, marzo, www.cubanet.org –Una de las experiencias humanas
que nos infunde más respeto es la muerte. Tal vez por ello la mayoría se
toma muy en serio dejar en buenos términos su tránsito al reino de Hades.

Y aunque la modernidad haya acabado con supersticiosas practicas
mortuorias, como aquella de colocar una moneda debajo de la lengua del
difunto, para pagarle al viejo barquero Caronte su viaje hasta el mundo
de los muertos, a través del lago Estigia, al menos seguimos empeñados
en recrear, por medio de imágenes, iconos u objetos, muchas de aquellas
leyendas que describen la "vida" después de la muerte.

Ahora bien, asistir a la muerte de un cementerio no es algo que se
aprecie todos los días.

La moribunda Necrópolis a que me refiero está enclavada en el lado
noroeste de la ciudad de Cienfuegos, justo en el corazón de Reina,
barrio del que ha adoptado el nombre. Su inauguración se remonta al año
1839, veinte años después de fundada la villa Fernandina de Jagua, hoy
ciudad de Cienfuegos.

A ciento setenta y tres años, la erosión causada por los elementos de la
naturaleza, la depredación e insensibilidad del hombre, y la falta de
mantenimiento, tienen en estado de agonía a una de las joyas culturales
más importantes de la provincia.

Tiempos hubo en que se pensó que la suerte del cementerio cambiaría,
fundamentalmente allá por los años ochenta, pues, gracias a la gestión
de un pequeño grupo de intelectuales locales, fue nombrado Monumento
Nacional. Sin embargo, ni eso lo ayudó.

Durante la primera etapa posterior al nombramiento, el gobierno destinó
cierta cantidad de recursos para el remozamiento del vetusto lugar. Mas,
la morosidad en la realización de las obras, el desvío de los recursos,
el paso de algún que otro ciclón, la falta de presupuesto, la
focalización de los funcionarios hacía asuntos que consideraron de mayor
importancia, resultaron en décadas perdidas, durante las cuales hemos
visto como el recinto ha ido cambiando su aspecto, hasta parecer una
ciudad bombardeada.

Mármoles de lápidas, bóvedas y panteones partidos casi en su totalidad,
tumbas hundidas o anegadas en agua, rejas oxidadas en un grado muy
avanzado… El rico tesoro escultórico, orgullo justificado del lugar, se
encuentra en peligro de extinción. Por doquiera se ven ángeles con alas
rotas, desmembrados o decapitados. Ni siquiera la famosa escultura "La
Bella Durmiente" ha escapado del general deterioro, y ya han debido
retocarle partes de su estilizado cuerpo, por los daños sufridos.

El cuadro que hoy se observa es el mismo al que asistí cinco años atrás,
cuando visité por vez primera el lugar. Entonces ya había dado comienzo
la reparación de la Capilla, y eran repelladas algunas de las paredes
donde se encuentran los nichos. Parece como si el tiempo no hubiese
transcurrido; pues al revisitar el lugar, me encuentro con que los
trabajos de remodelado están en el mismo punto de ejecución en que los dejé.

Este cementerio es muy viejo, quizás uno de los más antiguos de Cuba,
entre los que aún existen. Su tesoro escultórico se está perdiendo. Aquí
yacen los restos de los hijos ilustres que fundaron la ciudad y
sirvieron en su sostenimiento y posterior desarrollo. En un lugar no
precisado de sus terrenos yacen los restos de insignes revolucionarios
de las contiendas libertarias de 1868 y1895, entre ellos, el general de
Brigada Henry Reeves (el inglesito), el general Higinio Esquerra
Rodríguez, el Presbítero Francisco Esquembre Guzmán, fusilado por
bendecir una bandera cubana de los insurrectos, o el teniente José
Acebedo Quintana, español que peleó en las filas cubanas.

Tal vez sea preciso promover una campaña nacional que permita educar a
las actuales generaciones en el amor y respeto por su historia, e
involucrar a todos los cubanos de bien en el rescate de lugares como
éste. Yo no tengo poder real, ni solución alguna, ni riquezas que donar.
Solo me queda el consuelo de aportar unas líneas, a manera de S.O.S, con
la esperanza de que otros se me unan: "Salvemos al Cementerio de Reina,
que se nos muere".

http://www.cubanet.org/articulos/un-cementerio-que-muere/

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