sábado, 24 de marzo de 2012

La lección del catolicismo en Polonia para la Iglesia en Cuba

Publicado el jueves, 03.22.12

La lección del catolicismo en Polonia para la Iglesia en Cuba
Jaime Suchlicki

"La gente en Polonia ha empezado a temer a los sacerdotes y esto no es
una buena señal".

Czeslaw Milosz

A lo largo de la era comunista, la Iglesia Católica de Polonia fue un
bastión de libertad y una fuente de protección y de oposición a las
autoridades comunistas. Activistas recibieron protección de la Iglesia y
refugio en templos de Polonia. En esos años, la Iglesia creció en fuerza
e influencia. La Iglesia Católica surgió de la era comunista no solo
como la más alta autoridad moral, sino también como la institución más
poderosa de la nación[1].

Cuba no es Polonia. La Iglesia Católica cubana es débil. Compite con
otras religiones en la isla. No tiene el apoyo popular que la Iglesia
tuvo en Polonia. El cardenal Ortega no es el cardenal Wyszynski.

Recientemente, la Iglesia cubana ha tratado de mediar con el gobierno en
temas de derechos humanos –la excarcelación de presos políticos– y en
obtener más espacio para los asuntos de la Iglesia. Esta política de
colaboración, después de 50 años de comunismo, tiene sus limitaciones.
En primer lugar, es demasiado tímida para la mayoría de los cubanos que
quieren poner fin a la era de Castro. En segundo lugar, carece de un
rechazo claro y contundente del comunismo y sus enseñanzas. En tercer
lugar, alienta la percepción de que la Iglesia tiene más interés en su
propia sobrevivencia que en el bienestar del pueblo cubano. En cuarto
lugar, ofende la memoria de los muchos mártires católicos que murieron
en el paredón de fusilamiento de los hermanos Castro gritando "Viva
Cristo Rey". Finalmente, la Iglesia arriesga alienar a los devotos
congregantes cubanoamericanos que viven en Estados Unidos.

Le Iglesia enfrenta un dilema tanto moral como práctico. Continuar en el
presente curso corre el riesgo de antagonizar a los fieles en la isla.
Así mismo, no logrará aumentar su popularidad con los negros, que son
los que más sufren y representan la mayor etnia. La Iglesia puede ser
barrida o volverse irrelevante en la lucha inevitable que se acerca
entre el gobierno y la oposición.

Desafiar el sistema también conlleva sus riesgos: la Iglesia puede
perder sus privilegios limitados, invitar la furia del aparato de
seguridad de Cuba, regresando a los días oscuros del comienzo de la
revolución cuando había pocos sacerdotes y poca influencia.

A pesar de esto la lección de Polonia es clara. Una Iglesia que luchó al
lado del pueblo surgió como una institución fuerte y respetada. El
precio que pagara la Iglesia Católica cubana por su colaboración será
alto. Los cubanos abandonados y reprimidos por la dictadura comunista
por más de medio siglo, desean la ayuda de la Iglesia. El momento de
estar del lado correcto de la historia es ahora.

Emilio Bacardi Moreau Catedrático y Director, Instituto de Estudios
Cubanos y Cubano-Americanos, Universidad de Miami. Es autor de Cuba:
From Columbus to Castro, ahora en su quinta edición.

http://www.elnuevoherald.com/2012/03/22/1158649/jaime-suchlicki-la-leccion-del.html

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