sábado, 24 de marzo de 2012

Debate sobre náufragos

Publicado el sábado, 03.24.12

Debate sobre náufragos
Enrique Patterson

Aún la cuasi-divina nave del Papa Benedicto XVI no se ha posado en
tierra cubana y ya su visita está rindiendo frutos. En el tablero el
primer resultado es saber quiénes juegan encompadrados y, además, con
las cartas marcadas. En el libreto del ballet político que ejecutan la
iglesia y el estado respecto a la gira pontificia, a los indígenas de
Juanes y Marías se les reservaba el papel de espectadores fervorosos.

La propia realidad cubana, más diversa que los planes a dúo, produjo (y
creo que aún producirá) alternativas pro-activas.

Por un lado, Guillermo Fariñas, destacado disidente y Premio Sajarov de
Derechos Humanos (DH) ha hecho circular un documento –firmado por más de
200 activistas– que urge al Sumo Pontífice a hablar ante las autoridades
sobre la situación de los DH en la isla y también a pronunciarse,
públicamente, al respecto. Por otro lado, las Damas de Blanco –también
galardonadas con el Premio Sajarov– le han pedido al Pontífice que las
reciba, coincidiendo así con otras de las demandas de Fariñas que pide
que los disidentes también sean recibidos y escuchados por el visitante.

Por último un grupo de opositores pacíficos del denominado Partido
Republicano de Cuba ocupó iglesias demandando libertad para los presos
políticos, respeto de los DH y pasos hacia la creación de un estado de
derecho. El Partido Republicano de Cuba ha dado un paso significativo de
la palabra al acto, agregando una nueva cualidad a la lucha pacífica. El
sub-texto de la acción nos dice que los DH son tan o más sagrados que
los templos.

Al margen de que ya fueron desalojados de las iglesias por la policía
política, su acción ya dio los resultados de visibilidad internacional
y, además, ilustró hasta donde funciona el entramado y las coincidencias
entre el gobierno castrista y la Iglesia Católica del país.

Habría que analizar si las peticiones son legítimas y apropiadas. Creo
que sí. El Papa y/o la Iglesia Cubana dicen que la visita es pastoral.
Su Santidad no visita a Cuba en su condición de jefe de estado, algo que
lo obligaría a limitar sus movimientos. Va como peregrino, a visitar al
pueblo con motivo de cumplirse el 27 de marzo, los 400 años de la
aparición de la Virgen del Cobre. En semejante condición Benedicto XVI
tiene la atribución, y hasta el deber, de escuchar y visitar a los más
desprotegidos de su rebaño.

Santa Cachita, dicen, se les apareció en el mar a los tres Juanes (al
blanco, al negro y al indio; no al Capitán General ni a los Obispos de
turno) para salvarlos cuando estaban en peligro, naufragando. En la Cuba
actual los cubanos en mayor peligro son quienes abogan por los derechos
de los Juanes y Marías del siglo XXI.

Lo inaudito: las autoridades eclesiásticas y el gobierno se pusieron de
acuerdo para impedir que a los ocupantes les llegara el suministro de
alimentos con la intención de rendirlos por hambre.

En varias oportunidades la iglesia cubana se ha manifestado en contra de
las huelgas de hambre por considerarlas un acto violento contra la vida.
¿Cómo se explica que se confabulen con un régimen despótico para rendir,
precisamente por hambre, a activistas pacíficos por cuyos reclamos la
iglesia debiera abogar desde cada púlpito del país? Para continuar en la
simbiosis iglesia-estado en el uso de la violencia contra pacifistas, el
cardenal Jaime Ortega y Alamino –según los medios oficiales– pidió el
desalojo. Las puertas que se cerraron para no celebrar misas y que nunca
debieron ser cerradas, se abrieron para que la policía los desalojara.
Dos actos consecutivos donde las autoridades eclesiásticas se unen al
gobierno para usar la violencia.

Hay una tercera coincidencia, en este caso argumental. A mi juicio no va
contra la doctrina cristiana pedir pacíficamente, desde los templos, el
respeto a la dignidad de todas las personas; si el pedido convierte a
los templos en trincheras políticas se debe a la naturaleza del régimen
y no a la naturaleza ético-jurídica de la petición. Se hace
comprensible, por la naturaleza del castrismo, que las demandas a favor
de los DH sean considerados por el mismo como políticas; pero que la
iglesia acuse a los demandantes de querer usar los templos como
"trincheras políticas" por pedir desde ellos lo que la jerarquía
eclesiástica debiera reclamar y no tiene el valor o la capacidad de
hacer resulta sospechoso.

Antes del aterrizaje de su Santidad algunos jugadores han sido
descubiertos con las cartas marcadas y algunos contubernios también
evolucionan de la sospecha al acto. Pilatos no logró eliminar de sus
manos las manchas criminales y cómplices en el acto inútil de lavárselas.

Respecto a estos hechos, ¿habrá agua bendita capaz ya de limpiar tamaña
suciedad?

http://www.elnuevoherald.com/2012/03/24/1159380/enrique-patterson-debate-sobre.html

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