domingo, 4 de junio de 2017

Transporte privado, ¿un peligroso gigante dormido?

Transporte privado, ¿un peligroso gigante dormido?
junio 03, 2017
Roberto Jesús Quiñones Haces

El sector está entre los más prósperos, y lo que ocurra con él tiene
enorme resonancia.
GUANTÁNAMO, Cuba.- Dentro del sector privado el negocio del transporte
público ha sido uno de los más prósperos y también el que mayores
resonancias políticas puede alcanzar si quienes lo realizan estuvieran
unidos en un sólido sindicato independiente.

A pesar de las amenazas a quienes repuntan como líderes, varias
protestas evidentes o silenciosas han sido protagonizadas en estos años
por cocheros de Holguín, Santa Clara y Cienfuegos, por los motoneteros
de Santa Clara y los choferes de los almendrones en La Habana.

Aunque hasta ahora la represión ha logrado contener las muestras de
descontento ha quedado demostrado el papel que juega el sector del
transporte privado en la prestación de ese servicio a la población.

Precisamente por su importancia y por la incapacidad del gobierno para
solucionar los problemas que por décadas subsisten en este servicio,
este sector no ha podido ser eliminado.

Los coches tirados por caballos, los bicitaxis, los almendrones y
camiones de pasajeros para el transporte intermunicipal e
interprovincial operan en todo el país.

En la capital los coches que operan en La Habana Vieja bajo el control
de la Oficina del Historiador de la Ciudad están destinados
fundamentalmente a prestar servicio a los turistas. Se diferencian de
los que prestan servicio a la población en otras ciudades y pueblos
cubanos por su confort e imagen.

A pesar de que aún prestan un servicio importante los coches no gozan de
aceptación popular. Se trata de un transporte precario que comporta
muchos riesgos para los pasajeros debido a la reacción de los animales
en la vía pública. Además, los caballos son una fuente potencial en la
transmisión de enfermedades. Su abundante presencia en nuestras ciudades
puede provocar meningoencefalitis y sus heces, al caer directamente
sobre la calle, provocan un polvillo que penetra en las casas y causa
irritación en las vías respiratorias.

Los coches han ido disminuyendo en Guantánamo ante la competencia de
otros medios alternativos como las motos. Recientemente el gobierno
municipal determinó que sólo circularán por la ciudad 300 de estos
vehículos.

Concomitantemente con la decisión se recibieron en la provincia algunos
ómnibus marca Diana pero, unidos a los que ya existían, todavía no
alcanzan para cubrir, siquiera modestamente, las exigencias del
transporte público en la capital provincial ni entre los municipios, no
sólo por la pequeña cantidad recibida sino por su poca capacidad de
transporte, muy inferior a la de los antiguos ómnibus Girón.

En Santa Clara abundan las motonetas, triciclos adaptados para el
transporte de pasajeros, una modalidad que ya tiene una incipiente
presencia en Cienfuegos, según pudo comprobar recientemente este reportero.

Santiago de Cuba fue la primera en usar de forma generalizada a las
motos como vehículos de alquiler. Luego esta modalidad de transporte
alternativo se extendió a Guantánamo, donde hoy predomina sobre el resto
de los vehículos que prestan este servicio, al extremo de que hay
horarios en los que resulta difícil cruzar algunas calles, acto en el
que a veces los peatones demoran hasta diez minutos debido a la
inexistencia de semáforos. Eso, en una ciudad provinciana de escaso
parque vehicular, es demasiado.

En La Habana abundan los almendrones, vehículos que juegan un rol
importante en la transportación diaria de pasajeros debido al tamaño de
la población residente, al que se añade el de la población flotante y el
hecho de que el Gobierno no puede satisfacer las necesidades de ese
servicio.

Una muestra evidente de las ganancias que producen los autos de alquiler
está en que no pocos choferes que manejan estos vehículos, sin ser sus
propietarios, luego de varios años de arduo trabajo han logrado comprar
uno y convertirse en titulares absolutos de la autorización para prestar
el servicio. Otros que empezaron hace muchos años en el negocio salieron
de las provincias y se establecieron en la capital. Allí continuaron
prosperando y han llegado a tener varios vehículos trabajando, cuyos
choferes deben tributarles diariamente sumas de dinero a las que jamás
han tenido acceso los profesionales más capacitados del país.

Vinculado al servicio interprovincial de pasajeros, tanto por autos como
por camiones y camionetas, ha surgido la figura del "buquenque", un
intermediario extorsionador del pueblo que se impone a los choferes y
fija el precio del pasaje. Su presencia es notoria en todas las
terminales de ómnibus, donde actúan impunemente y reciben una comisión
por cada auto que llenan de pasajeros.

Téngase en cuenta que la tarifa oficial del precio de estos pasajes en
autos, entre Guantánamo y Santiago de Cuba, no sobrepasa los treinta
pesos (30 CUP, alrededor de un dólar y 50 centavos) y son pocas las
veces en que esto se cumple porque el precio casi siempre está por
encima de los cuarenta pesos. De madrugada y tarde en la noche no baja
de sesenta pesos.

En una piquera como la de calle 4 en Santiago de Cuba salen alrededor de
cincuenta autos para Guantánamo diariamente, así que en un día los
buquenques hacen zafra a costa de los pasajeros, sin invertir
absolutamente nada y sin pagar un centavo al Gobierno.

La solución a los altos precios del transporte alternativo la tiene el
Gobierno. Sólo él puede crear una sólida estructura de transporte y
garantizar de forma estable la renovación de su parque vehicular, pero
eso es un sueño que el castrismo siquiera ha podido cumplir medianamente.

[Publicado originalmente en Cubanet]

Source: Transporte privado, ¿un peligroso gigante dormido? -
https://www.martinoticias.com/a/transporte-privado-peligroso-gigante-dormido/146186.html

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