Los cambios fundamentales en la política de EE UU hacia Cuba quedan
pendientes
PEDRO CAMPOS, Miami | Junio 17, 2017
El anuncio del presidente Trump y el texto presidencial emitido sobre
los cambios en la política de Estados Unidos hacia Cuba dejan claro que
las modificaciones concretas en cuanto a los viajes turísticos y las
restricciones que más podrían afectar al monopolio económico de los
militares quedan pendientes de precisiones posteriores.
Textualmente, la directiva de Trump está dirigida a los Departamentos
del Tesoro y del Comercio para iniciar el proceso de emisión de nuevas
regulaciones dentro de 30 días. Los cambios de política no tendrán
efecto hasta que los Departamentos hayan finalizado sus nuevas
regulaciones, un proceso que puede tardar varios meses.
En realidad los dos primeros puntos del mensaje son los que tienen algún
cambio que solo lo serían cuando se concreten: "1) Mejorar el
cumplimiento de la legislación de Estados Unidos, en particular las
disposiciones que rigen el embargo de Cuba y la prohibición del turismo;
2) Mantener al régimen cubano responsable de la opresión y los abusos de
los derechos humanos ignorados bajo la política de Obama". El punto 2,
en realidad, es solo un cambio de retórica, a menos que se traduzca en
presiones multilaterales, para lo cual habría que incluir al
Departamento de Estado en la directiva.
Los puntos 3 y 4 en esencia no cambian nada en cuanto a los objetivos de
la política de Obama, como indican sus contenidos: "3) Además, los
intereses de seguridad nacional y de política exterior de Estados Unidos
y los del pueblo cubano; 4) Establecer las bases para empoderar al
pueblo cubano para desarrollar una mayor libertad económica y política".
Al mismo tiempo se mantienen las relaciones diplomáticas y las
embajadas, la Ley de Ajuste Cubano, no se restablece la política de pies
secos/mojados, y continuarán las remesas y los viajes de la comunidad
cubano-americana. Una de las principales fuentes de ingreso de Cuba en
la actualidad.
La referencia a mantener como objetivo los intereses de seguridad
nacional es de suma importancia, pues se refiere a mantener la vigencia
de los acuerdos entre las agencias de seguridad de ambos países respecto
al terrorismo, el narcotráfico, el tráfico de personas, seguridad de
vuelos, en relación con el derrame de petróleo y otros.
Por demás, la referencia al comercio con empresas militares, la parte
que más pudiera afectar directamente al monopolio militar, pudiera ser
fácilmente evadida por el Gobierno cubano al trasladar la posesión de
algunas empresas militares a entidades no militares del Gobierno como el
Ministerio de Comercio Interior, otras corporaciones turísticas y de
otras instituciones.
Las compañías de EE UU interesadas en mantener algún vínculo comercial
con Cuba, ahora estarían quizás un poco más libres de entablar
negociaciones con empresas cubanas no militares.
En cuanto a las regulaciones del turismo habría que esperar en qué
terminan las precisiones de los Departamentos del Tesoro y del Comercio.
Si las precisiones afectan también a los negocios privados, podrían ir
contra uno de los enunciados de la política sobre el empoderamiento del
pueblo cubano para desarrollar "una mayor libertad económica y
política". De manera que deberán ser cuidadosamente diseñadas para
permitir que el sector privado pueda seguir beneficiándose del turismo y
el intercambio que ahora tiene lugar.
Por otra parte, si Trump en su alocución en Miami, sigue condicionando
el levantamiento del embargo-bloqueo al establecimiento de la democracia
en Cuba, su directiva no condicionan ningún nuevo paso, ni otras
negociaciones a cambios concretos en la política interna de Cuba.
De manera que su anuncio de que "cancelo el acuerdo bilateral de Obama
con Cuba" parece más bien un discurso para las gradas y para complacer a
la oposición más radical cubana y especialmente al lobby republicano de
cubanoamericanos en el Congreso que ha estado presionando para una
reversión total en de la política del anterior Gobierno.
Esa falta de precisión y el tiempo que tendrán los Departamentos para
concretar sus políticas posibilitarán que la anterior continúe por unos
meses sin cambios que, además, pudieran luego estar condicionados por
otras presiones y necesidades del Gobierno de Trump en el futuro.
Hasta el momento de hacer estas líneas no se conocen las reacciones del
Gobierno cubano; pero es de prever que rechacen "cualquier intento de
imponer a Cuba cómo debe conducir su política interna" y usen las
presiones políticas para "demostrar que el imperialismo sigue agrediendo
al pueblo cubano y justificar sus políticas antidemocráticas y
represivas internas".
Si fuera un poco inteligente, quizás haga mutis sobre el resto de los
planteamientos de Trump y su directiva, hasta tanto no se concreten
afectaciones específicas, tiempo que necesitarían para hacer los
movimientos empresariales internos que les permitan esquivar las
"sanciones" u otros que consideren pueden influir en las decisiones
definitiva de los Departamento de Tesoro y Comercio.
Source: Los cambios fundamentales en la política de EE UU hacia Cuba
quedan pendientes -
http://www.14ymedio.com/internacional/Trump-Estados_Unidos_0_2237776205.html
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