Un joven matancero denuncia racismo y exceso de fuerza durante un arresto
MARIO J. PENTÓN, Miami | Mayo 12, 2017
Dionis Pinillo Montalvo yacía esposado en el suelo mientras varios
oficiales de policía le daban patadas y le golpeaban con las porras.
Según su testimonio, unos disparos al aire ahogaron los gritos con los
que la multitud, alarmada ante la brutalidad policial, intentaba impedir
la escena.
Acusado de atentado y tenencia de arma blanca, el joven de raza negra
dice estar dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias con tal de
denunciar lo que para él es una injusticia y un caso de racismo.
"Yo sé que nunca he sido un santo, pero no merecía que me partieran un
brazo o no me dejaran defenderme", explica Pinillo, de 33 años, quien
reside en Colón, un poblado rural de unos 44.000 habitantes en la
provincia Matanzas.
Mientras se acercaba al Piano Bar el pasado 25 de marzo, uno de los
escasos sitios de recreación para los jóvenes del pueblo, vio un tumulto
y se acercó para comprobar lo que pasaba. Según relata a 14ymedio,
recogió un cuchillo que estaba en el suelo, al parecer por una pelea
anterior y fue increpado por la policía.
"Unos seis o siete oficiales borrachos me derribaron y comenzaron a
patearme y a golpearme con porras. Intentaba librarme pero ellos conocen
técnicas de artes marciales. Producto de esa golpiza me desbarataron el
hueso del brazo derecho. Tuvieron que operarme de emergencia al día
siguiente. Tengo dos láminas de metal en el hueso y siete tornillos
puestos, además de una herida de 14 puntos", cuenta.
"Yo caigo mal aquí por mi raza. No dudo que me golpearan así por ser
negro", añade.
Yaidelis Tolón, de 23 años, fue testigo de la golpiza. Según cuenta, los
jóvenes que estaban cerca del Piano Bar comenzaron a gritar a los
oficiales: "abusadores, suéltenlo, no le den más golpes", pero todo fue
inútil.
"Hasta dispararon al aire para que la gente se calmara porque veíamos
cómo lo golpeaban salvajemente", dice.
Tolón coincide con Pinillo en que la persona que más lo golpeó fue un
expolicía, conocido como El Ninja, expulsado de las fuerzas del orden
por el uso abusivo de la fuerza, aseguran ambos.
"Yo no sé qué habrá hecho, pero ninguna persona merece que la golpeen
mientras está en el suelo", añade.
Después de pasar horas en la unidad policial con el brazo partido,
Pinillo fue llevado al Hospital Militar Dr. Mario Muñoz Monroy y
abandonado a su suerte, no sin antes recibir la advertencia de que no
debía decir que había estado detenido.
No es la primera ocasión en que Pinillo se ve cara a cara con la
policía. Estuvo preso cinco años por el delito de hurto y posteriormente
cumplió otro año en prisión por desacato tras negarse a presentar su
carné de identidad a un oficial de policía.
"Quieren vincular este hecho con mi pasado pero yo soy un hombre de
bien. Trabajo como jefe de brigada en los almacenes del Ministerio de
Comercio Interior en el municipio, repartiendo granos y arroz. No he
hecho nada malo después de salir de prisión", agrega.
Un joven de 20 años que también fue testigo de la golpiza, y que ha
preferido permanecer en el anonimato, confirmó a 14ymedio que hubo abuso
en el uso de la fuerza durante el arresto.
"El muchacho no se resistió. Le hicieron una llave de judo y cuando cayó
al piso lo siguieron golpeando. Esa noche andaban muy alterados", afirma.
"Tengo miedo de que me vaya a pasar algo igual, por eso prefiero que no
digan mi nombre", confiesa el joven.
Miguel Ramos, otro testigo de la golpiza también coincide en señalar a
la policía como a la principal culpable.
Según el opositor Iván Hernández Carrillo, quien reside en ese mismo
pueblo, los abusos policiales son comunes en Colón.
"El caso de ese joven ha sonado mucho en el pueblo pero no es el único.
La policía y los militares campean sin ningún tipo de regulaciones en
esta población. Hay incluso un jefe de policía que cuenta con varios
muertos en su haber y nunca ha sido juzgado. Los ciudadanos se
encuentran indefensos ante la violencia ejercida desde el poder",
explica el disidente y ex prisionero político.
Pinillo vive con su madre, de casi 70 años, y dos sobrinos, hijos de su
hermana Beolinda, asesinada hace unos años por su exmarido. En caso de
ser condenado por los delitos que se le imputan podría pasar hasta
cuatro años en la cárcel, de acuerdo con el abogado independiente
Wilfredo Vallín.
La oficial Yeny, encargada de llevar el caso contra Pinillo, se ha
negado a responder a 14ymedio cualquier pregunta sobre estos hechos.
Por el contrario, al menos dos de los entrevistados para la elaboración
de este reportaje fueron citados posteriormente en la sede de la
Seguridad del Estado de Colón.
Source: Un joven matancero denuncia racismo y exceso de fuerza durante
un arresto -
http://www.14ymedio.com/sociedad/matancero-denuncia-racismo-exceso-arresto_0_2216178367.html
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario