viernes, 12 de mayo de 2017

La movida de la Fundación Cintas, parte de una trama compleja y repugnante

La movida de la Fundación Cintas, parte de una trama compleja y repugnante
ANDRÉS REYNALDO

A la Fundación Cintas se le deshizo el lazo que la ataba al exilio. Más
bien, se lo deshicieron.

Desde 1963, lo mejor de una cultura cubana en libertad (repito: en
libertad) se benefició de los fondos y el renombre de la Beca Cintas. La
misión original de ayudar a los creadores dentro y fuera de la isla fue
limitada por la voluntad totalitaria del castrismo. Cualquier
beneficiario de una institución cubana asentada en Estados Unidos se
hubiera buscado serios problemas, cuando no la cárcel. Ahora, con el
restablecimiento de relaciones, los gerentes de la fundación quieren
volver a los orígenes. La Beca Cintas ha sido convocada en ambas orillas.

El problema es que son las orillas de una tragedia nacional provocada
por la más larga y represiva dictadura de las Américas. Una frontera
moral, antes que geográfica. El industrial y diplomático Oscar B.
Cintas, quien murió en 1957, no pudo anticipar esa escisión de la nación
cubana. Sin embargo, el carácter de sus colecciones de arte y
manuscritos, así como su trayectoria en los negocios y la política, sus
cartas y el testimonio de amigos y parientes lo figuran como un
humanista y un librepensador. No veo mucha tela para hacerle un traje de
afinidades castristas al diplomático que contribuyó a lograr la renuncia
del presidente Gerardo Machado, al amigo de Orestes Ferrara y Franklin
Delano Rooselvelt, al coleccionista de Velázquez, Frans Hals, El Greco y
Goya que en 1949 conmocionó el mercado de las subastas pagando una
fortuna por la versión final del Discurso de Gettysburg, de Abraham Lincoln.

Víctor Luis Deupi, presidente de la fundación, alega que Cintas nunca
vivió para ver lo qué pasó y que es imposible especular cómo se habría
sentido. El argumento ofende la inteligencia. Principalmente, la
inteligencia de Deupi. Este es un paso con amplio conocimiento de todo
lo que se abandona y todo lo que se abraza. La posibilidad de conceder
una beca Cintas a un creador comprometido con la dictadura traiciona el
mandato del fundador, separa a la fundación del contexto que le dio
sentido y prestigio a su misión y ofende a cientos de escritores,
artistas y músicos recipientes de las becas que sufrieron incontables
vejámenes, ostracismo, censura y prisión. Lejos de devolver la fundación
a sus orígenes, Deupi y sus asociados la han inscrito en el proyecto de
cooptación de las instituciones culturales del exilio por parte de la
dictadura.

Probablemente, ya esta sea una batalla perdida. Sepamos, al menos, por
qué y cómo la perdimos. Hace años que un grupo de cubanoamericanos viene
trabajando con ahínco en crear una red filantrópica, promocional,
académica y comercial en torno a los artistas cubanos en la isla. Figura
clave de ese esfuerzo es Ben Rodríguez Cubeñas, que preside el Cuban
Artist Fund. Como es de suponer, las iniciativas atañen a instituciones
y artistas oficiales o depositarios del beneplácito oficial. De hecho,
se ha establecido una relación simbiótica entre estos cubanoamericanos y
el mundillo cultural de la dictadura. La trama, compleja y repugnante,
va mucho más allá del indolente, primerizo y aristocrático gozo de
experimentar en territorio insular una identidad cubana a espaldas de la
realidad cubana.

El pintor y escritor Juan Abreu, que acaba de renunciar en protesta a su
calidad de ganador de una beca Cintas, dijo: "La República de Cuba,
hasta que no pueda existir en su natural territorio geográfico, sólo y
exclusivamente existe en el exilio formado por los cubanos libres". El
espíritu de Cintas, pues, sigue en el exilio. Deupi y sus asociados
cruzaron la frontera.

@AndresReynaldo1

Source: La movida de la Fundación Cintas, parte de una trama compleja y
repugnante | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/andres-reynaldo/article149973082.html

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