La libertad de expresión, el enemigo que más confronta el régimen cubano
09 de mayo de 2017 - 18:05 - Por IVÁN GARCÍA
Cualquier intento de periodismo alternativo, incluso los medios que
abogan por un sistema socialista donde impere la democracia, todos sin
excepción son atacados como adversarios políticos
LA HABANA.- Cuando está demasiado aburrido, luego de recorrer con el
mando a distancia los ochos canales televisivos que existen en Cuba,
Josuan, 56 años, ingeniero civil, algunas noches ve el noticiero
nacional con una risa socarrona en el rostro para luego hacer un
análisis crítico sobre el pésimo desempeño de la prensa estatal.
"De asco la prensa en Cuba. Los noticieros y diarios locales son un
compendio de buenas noticias que exaltan los supuestos logros y ocultan
las deficiencias. Es un periodismo que no refleja lo que quiere la gente
en la calle. Todo lo manipulan o disfrazan y ocultan la información. El
caso de Venezuela es el mejor ejemplo. Las protestas en los países
capitalistas son para reivindicar conquistas sociales y son reprimidas
por la policía con rudeza. Las de Venezuela son lideradas por
terroristas y fascistas que quieren darle un golpe de Estado a Maduro y
jamás mencionan a la represión policial. Por eso las personas a quienes
les gusta estar informadas recurren a los canales ilegales del cable o
leen la prensa extranjera por internet", opina Josuan.
A día de hoy, el periodismo estatal que se hace en Cuba es un homenaje
al absurdo. Cantinflas se quedó corto. Un coro de amanuenses y
ventrílocuos amaestrados se las apañan para en espesos artículos de
opinión defender un sistema incapaz de garantizar una vivienda decorosa
a muchas familias, comida suficiente y un salario digno.
La libertad de expresión en la isla está secuestrada por el aparato
propagandístico del gobierno verde olivo. Todo comenzó cuando Fidel
Castro abolió a la prensa privada y republicana, poco después de su
llegada al poder en 1959.
Sepultó el intercambio honesto y diverso de otras corrientes políticas y
de pensamiento. El control de prensa, la prohibición de crear otros
partidos y de efectuar huelgas para reclamar mejoras salariales, cercenó
un grupo de derechos inalienables en cualquier sociedad moderna. Montó
en Cuba una dictadura perfecta.
Una maquinaria ejecutiva que reprimía o acallaba con muchos años de
cárcel a las voces disidentes. El gobierno se convirtió en el dueño de
periódicos, revistas, canales de televisión, emisoras de radio y
editoriales de libros.
El modelo de Fidel Castro se resume en una frase suya: 'Dentro de la
revolución todo, fuera de la revolución nada'. El miedo enmudeció al
ciudadano común.
El histrionismo y la simulación se convirtió en un antifaz, utilizado
por la población a conveniencia, para elegir a delegados del poder
popular que nada resuelven, aplaudir una ideología que no es la suya y
aparentar fidelidad al régimen utilizando un lenguaje repleto de consignas.
Aunque una mayoría de cubanos aparenten integrar un ejército de zombis,
observando el juego cómodamente sentado en las gradas, la perenne crisis
económica, penurias cotidianas y un futuro atrapado entre signos de
interrogación han servido como catalizador para ir despertando de la
modorra.
A falta de una prensa libre, donde el pueblo pueda expresar su
descontento, en la cola de las papas o en los viejos taxis privados, la
gente ha activado tribunas de opiniones críticas, algunas abiertamente
anti gubernamentales.
Conozcamos a dos Miguel Antonio. Uno es un joven, director de un
departamento en una fábrica de productos lácteos en las afueras de La
Habana, que proyecta una imagen de 'cuadro revolucionario'. El otro, es
un emprendedor privado que llega frustrado a su casa ante tantas trabas
y carencias de autonomía empresarial.
"El sistema empresarial en Cuba es un desastre. Hay que abolirlo por
completo y crear auténticas empresas, ya sean privadas o cooperativas,
con independencia real. Ése es solo un problema. Deberíamos edificar un
nuevo país. Más democrático y funcional, que premie al talento y la
creatividad. Pero me temo que con este gobierno es imposible. Donde
único los cubanos ejercemos la libertad de expresión es en nuestras
casas. Puertas afuera nos tragamos la lengua", subraya el Miguel Antonio
emprendedor.
El surgimiento a finales de los años 80 del siglo pasado de una prensa
independiente, que sin censura y con otra perspectiva describe la
realidad nacional, ha permitido abrir pequeñas grietas al monolítico
control del flujo informativo que ejerce el Estado verde olivo.
Unos 200 periodistas sin vocación de mártir, escriben para diferentes
medios alternativos digitales. Algunos con notable calidad apuestan por
el capitalismo moderno o el verdadero socialismo, y coinciden en hacerlo
siguiendo reglas democráticas. En una esquina del ring encontramos a los
que abiertamente se consideran anticastristas. En la esquina contraria,
los con una mirada más imparcial, reconocen las políticas sociales de la
revolución y condenan la injerencia de Estados Unidos en el
financiamiento de la disidencia.
Nada es en blanco y negro. Existen matices. Es el caso de Periodismo de
Barrio y sus soberbias crónicas sobre comunidades vulnerables de la Cuba
profunda; la desenfadada revista digital El Estornudo, o La Joven Cuba,
web que opta por un neo comunismo democrático. Pero todos, sin
excepción, son censurados por el régimen.
Personas como Frank, mecánico de refrigeradores, considera que "una
prensa libre, no partidista, se va imponiendo ante tanta corrupción,
secretismo por parte del gobierno que no rinde cuenta al pueblo y la
necesidad de los cubanos de vernos reflejados en los medios, no como una
caricatura, si no como realmente somos".
La libertad de expresión no vive sus mejores tiempos. Según Reporteros
sin Fronteras, Cuba es el peor país del continente americano en cuanto a
libertad de prensa. En México, el crimen organizado y la indiferencia
gubernamental junto al déficit democrático en la maquinaria jurídica, ha
imposibilitado investigar la muerte de varios periodistas en los últimos
diez años. Venezuela, ahora mismo, es un expediente abierto para
entender cómo funcionan las doctrinas autocráticas y su irrespeto
congénito a libertad de expresión y la democracia.
Hasta en Estados Unidos, el supuesto paladín de las libertades, la
libertada de prensa está siendo confrontada por su impredecible
presidente Donald Trump quien ha calificado a los medios como 'enemigos
del pueblo'. Desde luego, Cuba está peor.
Source: La libertad de expresión, el enemigo que más confronta el
régimen cubano | Cuba -
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