lunes, 28 de noviembre de 2016

A la espera de un giro

A la espera de un giro
"Respetamos el dolor ajeno y no nos alegramos de la muerte de ningún ser
humano", dijo Berta Soler. "No vamos a salir hoy para que el Gobierno no
lo tome como una provocación y puedan rendir honores a su fallecido"
Agencias, Madrid | 28/11/2016 12:34 pm

Por primera vez en 13 años, el principal grupo disidente de Cuba decidió
no convocar a su habitual marcha en La Habana tras la muerte de Fidel
Castro, dijeron sus dirigentes, convencidos de que la desaparición del
histórico líder revolucionario marcará un punto y aparte para la Isla,
informa Reuters.
Castro, quien dominó la vida política cubana durante casi medio siglo,
murió el viernes a los 90 años dejando al país conmocionado, incluso a
los que dedicaron sus vidas a oponerse a su revolución.
Durante más de una década, el grupo opositor las Damas de Blanco ha
llamado cada semana a protestar por los derechos humanos frente a una
iglesia católica de la capital cubana en una rara muestra de disidencia
tolerada. Pero el domingo, dirigentes dijeron que no lo harían.
"Respetamos el dolor ajeno y no nos alegramos de la muerte de ningún ser
humano", dijo la líder del grupo, Berta Soler, agregando que desde hacía
meses la policía había evitado sus marchas. "No vamos a salir hoy para
que el Gobierno no lo tome como una provocación y puedan rendir honores
a su fallecido".
Fidel Castro había desaparecido del ojo público en 2006, cuando una
enfermedad intestinal lo tuvo al borde de la muerte y que llevó a su
hermano Raúl, hoy un general de 85 años, a asumir oficialmente la
presidencia dos años después con el objetivo de mantener a Cuba en la
senda socialista.
Sin embargo, entre bastidores continuó siendo una figura política clave,
y los rumores sobre su muerte fueron constantes por el peso simbólico
del icono de la Guerra Fría, que desafió a Washington erigiendo un
bastión comunista a 150 kilómetros de sus costas y resistiendo sus
embates durante décadas.
"Todos van a dar un giro, incluyendo nosotros (los disidentes)", dijo el
activista opositor Antonio Rodiles. "Desaparece esta sombra, ese gurú, y
ahora todo lo que hace Raúl Castro tiene que asumirlo él mismo", agregó.
Las Damas de Blanco, que originalmente buscaban apoyar a sus maridos
encarcelados por actividades políticas, acabaron siendo la cara más
visible de la oposición dentro de la Isla, protagonizando a veces
enfrentamientos con policías y simpatizantes de la revolución que las
acusan de ser un puñado de "mercenarias" al servicio de Estados Unidos.
Analistas creen poco probable que la salida de escena de Fidel vaya a
tener un impacto inmediato en las políticas de Raúl Castro, quien
impulsa un lento proceso de reformas para revitalizar la oxidada
economía, pero sin renunciar al sistema centralizado comunista de
partido único.
Sin embargo, la dura reacción del presidente electo de Estados Unidos,
el magnate republicano Donald Trump, al definir a Castro como "un brutal
dictador" arroja dudas sobre el futuro del proceso de acercamiento entre
los viejos enemigos ideológicos emprendido por la administración de
Barack Obama.
Mientras, las calles de La Habana han estado tranquilas desde el anuncio
de la muerte de Fidel, que fue recibida con una mezcla de homenajes y
expresiones de condena en el mundo.
"Esto está tranquilo pero un poco oscuro porque Cuba es música y ahora
por el luto de nueve días de duelo no hay música", dijo Lysset Pérez,
una vendedora de maní de 44 años, ataviada con el rojo, blanco y azul de
la bandera nacional. "Hay tranquilidad y tristeza. Si no fuera por Fidel
y la revolución la gente no sería lo que es, preparada y culta", agregó.
Una multitud de banderas se podía ver en las casas como muestra de
orgullo nacional, mientras el Gobierno suspendió la venta de alcohol,
los conciertos y los juegos de béisbol hasta que los restos de Fidel
descansen en Santiago de Cuba tras un cortejo fúnebre que recorrerá el
país de punta a punta.
"Me pregunto realmente qué va a suceder a partir de ahora. A veces tengo
miedo de que las cosas cambian para el mal, de que el país se
desestabilice", dijo Eileen Cutino, una mujer de 27 años que estaba
haciendo algunas compras.
Raúl Castro, quien ayudó a su hermano mayor a derrocar a la dictadura de
Fulgencio Batista en 1959, no ha vuelto a aparecer en público ni en los
medios desde que anunció con un sobrio y breve comunicado la muerte de
Fidel, sin detallar sus causas.
La portada del domingo del Granma, el diario del Partido Comunista
cubano, rezaba "Cuba es Fidel" bajo una ilustración en blanco y negro a
página completa de una multitud marchando con uniformes militares y
fusiles, todos con la cara del fallecido líder. La televisión estatal
transmitía programas especiales sobre el legado de Castro.
"Hay muchas cosas buenas que reconocerle a la revolución como la salud y
la educación, pero hay que reconocer que se cometieron errores", dijo un
jubilado cubano de 60 años, que prefirió no revelar su nombre, en un
mercado de la capital.
"Sin la presencia de Fidel esto no va a ser igual. No va ser lo mismo y
creo que habrá más apertura", señaló.

Source: A la espera de un giro - Noticias - Cuba - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/cuba/noticias/a-la-espera-de-un-giro-327822

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