La táctica dilatoria en el tema de las compensaciones
PEDRO CAMPOS, La Habana | Agosto 05, 2016
EE UU y Cuba abordan en Washington las compensaciones económicas mutuas
La burocracia que gobierna en Cuba desde hace más de medio siglo no
muestra interés en una verdadera normalización de sus relaciones con EE
UU en el corto plazo y solo busca ganar tiempo y ventajas económicas y
políticas tácticas.
Se ha evidenciado en la última ronda de conversaciones entre
representantes de los Gobiernos cubano y estadounidense en relación con
el tema de las compensaciones, donde la parte cubana mostró su
estrategia dilatoria al indicar, en palabras del viceministro de
Relaciones Exteriores, Abelardo Moreno, que solo están en una fase
informativa, en un proceso muy complejo y sin plazos fijos para reuniones.
Primero el Gobierno cubano puso la varilla a la altura de 300.000
millones de dólares "por daños económicos y humanos", algo que parecía
infranqueable; pero la diplomacia norteamericana, experta en
negociaciones, no solo aceptó el reto, sino que se proyectó dispuesta a
tratar los términos y a llegar a acuerdos concretos.
La respuesta pública de las autoridades de la Isla ha sido tajante: "Las
demandas del pueblo cubano no son negociables. Son decisiones judiciales
que tienen que ser cumplidas", enfatizó el viceministro.
En verdad, tales demandas no son del pueblo, sino del Gobierno cubano y
las "decisiones judiciales" del Ejecutivo no tienen jurisdicción
extraterritorial, o sea que no se pueden aplicar fuera del país y mucho
menos pretender imponer a un gobierno extranjero que, además, viene de
buena voluntad a negociar un acuerdo en busca de allanar el camino para
poder hacer fluir el capital y el comercio.
Según el funcionario, las demandas de los cubanos exiliados, ahora
ciudadanos estadounidenses, no estarían consideradas. Para él y su
Gobierno, esto no forma parte de las negociaciones. No se sabe cómo se
lograría una normalización de relaciones con EE UU y una Cuba próspera
sin abordar y resolver de alguna manera las demandas de estos también
cubanos.
Como para no dejar dudas, el vocero agregó: "La normalización de las
relaciones entre ambos países será muy difícil, para no decir imposible,
mientras que siga vigente el bloqueo contra Cuba".
¿Más claro? No hay interés en profundizar el tema mientras no sea
totalmente levantado el embargo. ¿Y qué fue primero, el huevo o la
gallina? ¿Las nacionalizaciones o el embargo?
Como si los gobernantes cubanos no supieran que una solución al problema
de las compensaciones es una condición indispensable para que se
produzca un destrabe en todo el proceso de normalización y despegue de
la inversión norteamericana en Cuba.
Esta situación tiene una clara lectura: las negociaciones con EE UU no
están encaminadas a una plena normalización de las relaciones entre
ambos países, sino a tratar de sacar ventajas tácticas que permitan al
estatalismo burocrático mostrar una imagen negociadora y obtener
entradas frescas del turismo y créditos internacionales para seguir
alimentando el depredador monstruo burocrático que han creado en nombre
del socialismo.
Las inversiones extranjeras solo serían permitidas en el área y en los
sectores que interesan al Gobierno, nada de apoyo a la empresa privada
independiente, ni a las cooperativas, ni mucho menos permitir el
desarrollo de la inversión libre de nacionales residentes en el
exterior, como autorizó el modelo chino. Ni siquiera se proponen copiar
a los chinos. ¡Ah! Y nada de libre internet.
En Cuba, como buenos gallegos intransigentes, los gobernantes seguirán
practicando el estalinismo más puro y duro en economía y en política.
Las "reformas raulistas", paralizadas prácticamente desde su comienzo,
se recordarán como muestras de una incipiente renovación para aplacar
los ánimos en la militancia del Partido Comunista, obstaculizada por los
más retrógrados, o como una bola de trapo lanzada a la publicidad
internacional para hacer creer que el régimen estaba dispuesto a reformarse.
La tozudez gallega, que se muestra como "antiimperialista" para
preservar su imperio interior, terminará por poner en entredicho la
política de acercamiento de la Administración Obama, lo que llevará a
cualquier gobierno que venga después en EE UU a revisarla y tal vez
regresar a posiciones más duras.
Sería lo que en fin estaría buscando el fidelismo en sus años terminales
para ser enterrado con las banderas de la "intransigencia
revolucionaria". No importa que por el camino cientos de miles de
cubanos arriesguen sus vidas en las selvas americanas o en el Estrecho
de Florida, que se siga reprimiendo, hostigando, golpeando y apresando a
hombres y mujeres que decidieron no seguir siendo esclavos y que la
economía del pueblo se vaya al piso para que, consecuentemente, la del
Estado siga dependiendo cada vez más del capital extranjero.
Source: La táctica dilatoria en el tema de las compensaciones -
http://www.14ymedio.com/opinion/tactica-dilatoria-tema-compensaciones_0_2047595232.html
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