OPPENHEIMER: La visión frívola de Cuba
ANDRÉS OPPENHEIMER
aoppenheimer@miamiherald.com
WASHINGTON
No hay duda de que el izamiento de la bandera estadounidense en la
embajada de Estados Unidos en La Habana es un tema importante, pero
estoy un tanto aburrido de ver tantos reportajes en los medios
estadounidenses que – ademas de ser repetitivos – están enfocando el
evento con una monumental frivolidad.
¿Cuántas historias más sobre los viejos Chevrolets de la década de 1950
que todavía circulan en las calles de La Habana vamos a tener que
soportar con motivo de la visita del secretario de Estado, John Kerry, a
La Habana para presidir la ceremonia de izamiento de la bandera de
Estados Unidos en la recientemente inaugurada embajada de Washington en
Cuba?
¿Cuántas historias más vamos a tener que ver sobre los casinos que
solían ser manejados por estadounidenses antes de la revolución? ¿O
sobre el ingenio de los cubanos para reparar viejos refrigeradores
estadounidenses fabricados antes de la revolución de 1959?
Es cierto que la nostalgia vende, y que a mucha gente le apasiona ver
imágenes de un país congelado en el tiempo, pero hay una gran dosis de
hipocresía que rodea esta visión frívola de la Cuba de hoy.
Gran parte de las noticias sobre Cuba que estamos viendo en Estados
Unidos omiten mencionar el detalle de que Cuba sigue siendo una de las
dictaduras más cerradas del mundo, y que la mayoría de las
organizaciones de noticias estadounidenses se cuidan de no criticar
demasiado al régimen cubano porque no quieren que se les nieguen a sus
corresponsales visas de entrada a la isla.
Desde hace muchas décadas, Cuba niega visas de entrada a los periodistas
estadounidenses que considera demasiado críticos. Y eso da lugar a
varias hipocresías.
Hipocresía Nº 1: La mayoría de las organizaciones de noticias recurren a
todo tipo de eufemismos para evitar llamar a Cuba lo que es: una dictadura.
Los hermanos Castro no han permitido ni una elección libre, ni partidos
de oposición, ni medios de comunicación independientes durante más de
cinco décadas. Y, sin embargo, la mayoría de las agencias noticiosas
hacen todo tipo de piruetas verbales para evitar la palabra "dictadura".
Pero la realidad es que no hay un solo diccionario en el mundo cuya
definición de "dictador" no se aplique a los hermanos Castro. Según mi
diccionario Merriam-Webster, un dictador es "una persona que gobierna un
país con total autoridad y a menudo de una manera cruel o brutal".
Según el grupo de investigación Cuba Archive (www.cubaarchive.org), hay
3,117 casos documentados —con nombres y fechas — de ejecuciones y otros
1,162 casos de ejecuciones extrajudiciales cometidas por el régimen de
los Castro desde 1959.
Es cierto que los medios de comunicación internacionales también
evitaban llamar "dictador" al ex dictador chileno Augusto Pinochet,
hasta que se murió. Parece ser que los dictadores sólo se convierten en
dictadores una vez que se mueren.
La realidad es que muchos medios evitan llamar dictaduras a los
gobiernos totalitarios que todavía están en el poder, por miedo a que
les cierren las puertas a sus periodistas, y dejen entrar a sus
competidores.
Hipocresía No. 2: Gran parte de la cobertura mediática en torno a la
ceremonia de izamiento de la bandera de Estados Unidos en Cuba se centra
en la nostalgia y la historia, pero omite señalar que el régimen cubano
ha intensificado la represión contra los opositores pacíficos en las
últimas semanas.
Apenas el domingo pasado, el gobierno detuvo a unos 90 disidentes que
realizaron una protesta pacífica en La Habana, según informó la agencia
de noticias France Presse. El mes pasado, hubo 674 detenciones de
opositores pacíficos, incluyendo 21 que fueron golpeados por la policía,
según la Comisión Nacional de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional
de Cuba.
Hipocresía Nº 3: Si bien muchos no estamos en contra de la normalización
de las relaciones con Cuba, muchos olvidan que el gobierno de Obama ha
prometido que el restablecimiento de las relaciones diplomáticas
"incluirá un continuo y firme apoyo a la mejora de las condiciones de
los derechos humanos y las reformas democráticas en Cuba".
Y, sin embargo, el gobierno de Obama no consultó a muchos líderes de la
oposición pacífica cubana en sus negociaciones con Cuba, y en el momento
de escribir estas líneas todo indica que Kerry solo invitó a
funcionarios cubanos — y no a los opositores del gobierno — a la
ceremonia central del izamiento de la bandera en la embajada de Estados
Unidos en La Habana.
Mi opinión: Es hora de prestarle menos atención a los Chevrolets de
antes de 1959 en Cuba, y más atención a la población de la isla, que —
en gran parte por culpa de una dictadura familiar decrepita — vive en
uno de los países más pobres, atrasados y represivos de las Américas.
Source: OPPENHEIMER: La visión frívola de Cuba | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/andres-oppenheimer-es/article30880707.html
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