La izquierda se tambalea
HILDEBRANDO CHAVIANO MONTES | La Habana | 30 Ago 2015 - 8:55 am.
La izquierda latinoamericana está a la defensiva. Cada día hay menos
libertad, y los pueblos están cansados de las promesas de bienestar futuro.
Cuba es desde hace mucho, el centro de la tela de araña de las ideas
comunistas en Latinoamérica, desde que la Internacional Comunista
reunida en Moscú señaló a Blas Roca como el ejemplo a seguir con el fin
de lograr infiltrarse en los círculos de poder. A partir de aquel
momento los comunistas latinoamericanos han aprovechado todas las
oportunidades que se les han brindado y en los últimos años han logrado
incluso formar un bloque con la Isla como piedra angular.
Pero en Cuba hay síntomas de nerviosismo y no pasa un día sin que la
prensa oficial haga mención del retorno amenazante de las ideas
liberales por un lado, y la inamovilidad de los gobiernos, dicen que
progresistas, en los países de la región.
Según Wikipedia, "El socialismo es el control por parte de la sociedad,
organizada como un entero, sobre todos sus integrantes, tanto los medios
de producción como las diferentes fuerzas de trabajo aplicadas en las
mismas". Esto es, la organización y planificación colectivas de la vida
social y económica.
Pero el socialismo no es solo eso, al socialismo clásico se le puede
agregar el nacionalismo y se convierte en nazismo, pero también admite
darle un toque de mercado o de comunismo primitivo según convenga, sin
que le falte el populismo y el ineludible caudillismo latinoamericano
para verlo reaparecer siglos después de su surgimiento como doctrina
filosófica y varias décadas transcurridas desde su colapso en los años
90 de la pasada centuria, ahora convertido en el flamante socialismo del
siglo XXI, indefinible, difuso e inasible como un fantasma,
fundamentado en las experiencias del proceso sufrido en Cuba a partir de
1959, y los extraordinarios ingresos derivados del petróleo venezolano.
Los partidos y gobiernos de izquierda latinoamericanos están preocupados
y con razón, los indios y trabajadores que los llevaron al poder en
algún momento bajo circunstancias favorables, hoy se lanzan a las
calles, levantan barricadas, tiran piedras y amenazan con barrerlos del
mapa político de la región.
Los Evo, Maduro, Correa y demás yerbas de ese prado, no se explican que
está ocurriendo y recurren a los métodos aprendidos de Fidel Castro. Los
culpables son el imperialismo norteamericano, las oligarquías
nacionales, la CIA, los países vecinos que no le dan salida al mar, los
indígenas confundidos, y toda una amplia gama de excusas disparatadas.
La solución a los problemas de Latinoamérica está, según los nuevos
caudillos, en el socialismo del siglo XXI y los correspondientes
organismos internacionales, regionales o supranacionales encargados de
implementarlo y darle sustento. De esta forma, la integración en CELAC,
UNASUR, ALBA, MERCOSUR seria la garantía del éxito, como en su momento
lo fue el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) para los países del
llamado campo socialista del cual Cuba formó parte.
La República Popular China o Vietnam, aunque están gobernados por
gobiernos comunistas, no cumplen con las características de organización
económica atribuibles a un país socialista, ni los medios de producción
ni las fuerzas productivas están bajo la tutela del Estado, ni la
economía es centralizada y planificada.
Los otros dos países que pretenden a pesar de todo y contra viento y
marea construir el socialismo, Cuba y Corea del Norte, no son
precisamente ejemplos de desarrollo económico sostenible o no. Ambos
países dependen de la ayuda internacional para paliar en algo las
vicisitudes por las que atraviesan sus poblaciones.
El desgaste propio de cualquier gobierno, sea de derecha o izquierda,
democrático o socialista-totalitario, debe ser tomado en cuenta por los
gobernantes que pretenden eternizarse en el poder sin considerar la
posibilidad de alternar una vez llegados a la dirección del Estado. El
socialismo comunista convierte a los gobernantes, de servidores a
sueldo por el mandato popular, en amos que pretenden controlarlo todo y
a todos, sin rendir cuentas a nadie.
El slogan del momento, llamando a la unidad de los países con gobiernos
comunistas más o menos solapados para enfrentar la ola de democracia que
se les avecina, es una señal de que la izquierda latinoamericana está a
la defensiva porque los pueblos están cansados de muchas promesas de
bienestar futuro y menos libertad cada día presente.
A pesar de venir con los mismos cuentos viejos de Marx, Engels y Lenin,
la izquierda latinoamericana insiste en considerar que traen un
pensamiento de avanzada. Aquello de la lucha del proletariado contra la
burguesía y el capitalismo se convirtió en el clásico "cuento de la
buena pipa" o de nunca acabar. Con los gobiernos de izquierda en el
poder los proletarios son más desposeídos que nunca antes, y sin
esperanzas de mejorar la situación porque hasta protestar se convierte
en un delito.
Quitarle a los que tienen nunca será la solución de las desigualdades.
La clave está en mostrar a los pobres cómo lograr el bienestar, sin
estimular la envidia ni el odio; antes bien, permitiendo el desarrollo
del emprendimiento personal como única vía para el crecimiento del
individuo y de la sociedad.
Corresponde por su parte a los gobernantes dar buen uso a las
recaudaciones tributarias, y no dejar que el dinero público vaya a los
bolsillos de amigos y familiares propensos a los paseos en yate por el
Mediterráneo u otros lujos principescos por el estilo.
Source: La izquierda se tambalea | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/internacional/1440876082_16624.html
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