jueves, 13 de agosto de 2015

Desmontaje

Desmontaje
ALEJANDRO RÍOS

El viernes, cuando ondee la bandera de los Estados Unidos otra vez en el
malecón, comienza el desmontaje de la pesadilla de 56 años de dictadura
totalitaria en Cuba. Ya las partes han explicado que el proceso de
entendimiento entre ambos países será largo y pausado. Ni siquiera los
más diestros agoreros políticos arriesgan una cifra de años previsible.

Entre las acepciones que el Diccionario de la Real Academia Española
incluye de la palabra "desmontaje" hay dos que le vienen como anillo al
dedo a lo que está ocurriendo en la isla:

"Separa los elementos de una estructura o sistema intelectual
sometiéndolos a análisis".

"Deshacer un edificio o parte de él".

En un panorama donde prima el fervor triunfalista del régimen,
envalentonado por el apoyo americano, pocos analistas se refieren, sin
embargo, a la evolución y duración del desmontaje que acontecerá,
irremediablemente, no por el aumento del turismo poderoso del norte, ni
por el "timbirichismo" con que la dictadura trata de coartar las ansias
empresariales del cubano, sino porque la estructura anquilosada de
antaño, léase: comités de defensa de la revolución (CDR), chantajes
ideológicos, informes de descrédito, amenazas, prohibición de viajar,
división familiar, la doble moral y hasta la escasez, que mantiene
embotado el cerebro, entre otros agravios, irán dejando de funcionar.

No es que los Castro pierdan su coartada histórica, echándole la culpa
al vecino de su inoperancia, sino que el edificio, donde esa excusa ha
funcionado, comienza a venirse abajo, a nivel de barrio, que es donde el
futuro de Cuba se dirime y no en la Plaza de la Revolución ni en la Casa
Blanca.

La reiterada cantaleta de ciertos artistas cubanos cuando se presentan
en Miami de que son "apolíticos", siendo algunos miembros de Los Van Van
los que más recientemente han reincidido en el tema, ha devenido,
paradójicamente, contagio y profecía en la isla.

A las nuevas generaciones no les interesa la política y a "Cuca" la del
CDR tampoco, porque su influencia se ha nulificado y la bandera del
archienemigo, que ahora promete pingües beneficios, hasta se ve hermosa
en el horizonte.

Hubo un tiempo cercano en que la prensa oficial cubana llamaba la
atención sobre el uso de símbolos del enemigo en el atuendo de los
jóvenes y del peligro que eso acarreaba para la educación del llamado
hombre nuevo.

Antes de que bandera de las barras y las estrellas se luzca en el Vedado
habanero mañana, los criollos se han excedido en su uso y ostentación,
como en una suerte de redención silenciosa por los años que fue
satanizada. El adlátere Eusebio Leal ha debido salir a la palestra con
un viejo truco retórico, donde aclara que los cubanos son
antimperialistas aunque siempre han simpatizado con los americanos.

Por supuesto que sobrevive una zona de encanallamiento político, sobre
todo entre pobres diablos que aún se prestan para reprimir
manifestaciones pacíficas de la oposición. Sin embargo, el hecho
reciente de que una organizadora de "actos de repudio", identificada por
disidentes exiliados en Miami, haya venido a residir a los Estados
Unidos, denota que hasta la facción más oscura del castrismo cede ante
la fuerza de los nuevos tiempos.

El humorista Alejandro García, Virulo, quien reside en México, ha
grabado un CD donde se burla de lo que acontece en su país y especula
que la cosa puede ir de "Guatemala a Guatepeor". Confiesa que parte de
la inspiración se la dio un taxista mexicano, quien al enterarse de lo
que estaba aconteciendo entre Cuba y los Estados Unidos, le dijo, con
todo respeto, "se los van a ensartar".

Source: ALEJANDRO RÍOS: Desmontaje | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article30758271.html

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