domingo, 30 de agosto de 2015

Las multas no disuaden, se acumulan

Las multas no disuaden, se acumulan
ORLANDO PALMA, La Habana | Agosto 29, 2015

A las afueras del mercado de la calle 17 y K en La Habana se sitúan los
vendedores informales a pesar de las batidas policiales. Niurka es una
de ellas y su "oferta" se reduce a bolsas de nylon que vende a un peso
cubano cada una. "La última vez que me cargaron, me pusieron mil pesos
de multa", cuenta la mujer sobre su más reciente detención. Sin embargo,
asegura que no piensa pagarla y que seguirá ofreciendo su mercancía.

"Aquí la gente viene cuando tiene un viaje o va a hacer algún trámite y
no quiere que le salga una multa sin pagar", comenta una empleada de la
oficina de pago de multas del municipio Plaza de la Revolución. En la
fila para pasar por el mostrador de cobro, un joven llamado Diego lleva
en su mano el papel con el monto por alguna infracción cometida. "Estaba
sentado en un muro y un policía me multó por daño al ornato público",
comenta con molestia.

A la pregunta de si a partir de ahora evitará volver a subirse al lugar,
Diego hace con la boca ese sonido desafiante que popularmente se conoce
como "freír un huevo". Varios en la fila se ríen con complicidad. Los
que han llegado hasta ahí son apenas una parte de los multados, el resto
esperará hasta el último momento para saldar su deuda o nunca la pagará.

Las multas acumuladas no solo tienen una alta incidencia en la capital.
Según la prensa local de Ciego de Ávila las deudas al erario público, al
cierre de julio, sumaban 21.600 multas por 4.473.000 pesos aún sin pagar
en esa provincia. El 90% de ellas "en apremio", o sea que se duplican
pasado 30 días hábiles desde su imposición.

La falta de gestores de cobro que vayan hasta la casa de los morosos es
una de las causas que ralentizan todo el proceso. "Antes, muchos venían
y pagaban para que los vecinos no se enteraran de que les habían puesto
una multa", explica una empleada, que pidió el anonimato, en la oficina
del Departamento de Multas de la Dirección Provincial de Finanzas y
Precios en La Habana.

La opinión de los multados se aleja bastante de la versión oficial.
Eduardo, un vendedor ambulante de dulces que se desplaza
fundamentalmente en el municipio Cerro, cerca de las esquinas de Infanta
y Manglar, cree que "a veces ponen multas hasta por gusto". Cuenta el
cuentapropista: "me han penalizado por quedarme parado unos minutos en
un lugar comerciando mis productos".

Muchos gestores de cobro tienen un sistema de pago por resultados.
Significa que cuantas más multas cobren más ganan. "A final de mes tú
los ves como locos para tratar de poner todas las multas que se les han
acumulado", explica Samuel, chofer de un taxi colectivo que hace la ruta
desde el Parque de la Fraternidad hasta Santiago de las Vegas.

El sistema de cobro por infracciones está plagado de deficiencias y
excesos burocráticos, como pudo comprobar 14ymedio. Si un policía o un
inspector impone una multa en La Habana a un ciudadano cuyo carné de
identidad fija su residencia en otra provincia, la contravención quedará
asentada en el municipio de procedencia. Será un dolor de cabeza para
esa oficina localizar al infractor y obligarlo a pagar.

"Debo tener una fortuna en multas en Sagua de Tánamo, por eso hace años
que no visito a mi familia", confiesa el conductor ilegal de un
almendrón. Sin embargo, ninguno de los encuestados para este artículo ha
sufrido el embargo de su salario a consecuencia de no pagar su deuda con
el erario público, y ninguno tampoco ha sido llevado ante un tribunal o
ha resultado recluido.

Las multas crecen. Se duplican y algunas alcanzan cifras impagables,
pero parecen no disuadir a muchos de cometer una infracción. "El
problema es que aquí todo está prohibido, por eso la gente le ha perdido
el respeto a la ley", espeta Niurka. Agrega, desafiante: "esta semana me
esconderé mejor, para que no me vean los inspectores".

Source: Las multas no disuaden, se acumulan -
http://www.14ymedio.com/reportajes/multas-disuaden-acumulan_0_1843015686.html

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