martes, 26 de marzo de 2013

Las relaciones de Cuba y Estados Unidos se descongelan

Las relaciones de Cuba y Estados Unidos se descongelan
[25-03-2013]
Erik Jennische

(www.miscelaneasdecuba.net).- Despacio pero seguro, las esperanzas de
los exiliados cubanos de derrocar al régimen castrista con la ayuda de
los Estados Unidos, se van desmoronando. La política cubana es cada vez
más abierta, al mismo tiempo que los cubanos en los Estados Unidos,
establecen contactos cada vez más cercanos con su antigua patria. Pero
el embargo de los Estados Unidos hacia Cuba se mantendrá mientras que el
movimiento democrático no consiga tomar el poder, escribe el
especialista en asuntos sobre Cuba y periodista Erik Jennische.

Cuando los primeros inmigrantes cubanos llegaron a Miami luego de la
revolución de 1959, la Calle Ocho –calle principal en La Pequeña Habana-
terminaba en la avenida 27 y de ahí para allá todo era matorral.

Fidel Castro había recién comenzado su transformación radical de Cuba.
Todos los medios de comunicación y organizaciones independientes fueron
cerrados. Todas las empresas privadas, así como las compañías
extranjeras y los pequeños negocios a nivel de barrio fueron
expropiados. Las ejecuciones y encarcelamientos se pusieron a la orden
del día. Cientos de miles de cubanos huyeron del país durante los años
que siguieron.

Desde 1966 se considera que todos los cubanos que llegan a los Estados
Unidos tienen condición de refugiados y al año les es posible solicitar
el permiso de residencia permanente, un privilegio del que no goza
ninguna otra nacionalidad. Más de un millón de cubanos ha recibido el
permiso de residencia en los Estados Unidos desde la revolución, y nunca
han llegado tantos como lo han hecho durante los últimos diez años. En
la actualidad viven en los Estados Unidos 1,9 millones de cubanos
nacidos en Cuba y también sus hijos. Prácticamente la mitad de ellos
vive en Miami, lo que significa más de una tercera parte de la población
total de esta ciudad.

Hoy el último cruce de la Calle Ocho está a la altura de la avenida 157
y el museo de la ciudad de Miami lo explica tajantemente: "El
acontecimiento demográfico en Miami fue la revolución cubana del 1959."

Si se quiere saber cómo se han desarrollado las relaciones entre los
Estados Unidos y Cuba la respuesta hay que buscarla en Miami.

Los cubanos que llegaron a Miami a principios de los 1960 no tenían
pensado quedarse. Murmullos de conspiración atravesaban Miami y la gente
reunía dinero, armas y voluntarios para regresar a Cuba y recuperar la
revolución. Si algo importaba de la política americana era cómo podían
colaborar los Estados Unidos en la lucha contra Castro.

El primer golpe en contra de la confianza de los cubanos hacia el
gobierno americano ocurrió durante la invasión por Bahía de Cochinos en
abril del 1961. El presidente John F Kennedy había prometido apoyo aéreo
a unos miles de cubanos que formaban parte de las tropas invasoras, pero
en el último instante limitó el apoyo americano, lo cual convirtió a la
invasión en presa fácil para las fuerzas armadas revolucionarias
cubanas. Como parte del acuerdo que terminó con la crisis de los misiles
en octubre de 1962 él prometió a Nikita Chrusjtjov, líder de la Unión
Soviética, que los Estados Unidos no invadirían Cuba.

Lentamente se fueron desmoronando las esperanzas de los exiliados
cubanos de derrocar al gobierno de Fidel Castro. El primero que entendió
la frustración de los cubanos, que habían crecido como un grupo
importante de votantes, fue Ronald Reagan. Subiendo el tono invitó a los
líderes del exilio cubano a conversar. El empresario cubano-americano
Jorge Mas Canosa aprovechando la coyuntura creó la Fundación
Cubano-Americana, FNCA, la cual desde entonces ha tenido una gran
influencia sobre la política hacia Cuba.

El apoyo de los cubanos hacia Reagan y al partido republicano fue
masivo. A finales de los 80s fueron elegidos al congreso americano los
tres primeros cubano-americanos. Juntos trabajaron por fortalecer el
embargo económico que en principio impide todo comercio entre Cuba y los
Estados Unidos, desde 1961. Si las posibilidades comerciales del
gobierno cubano continuaban disminuyendo, al mismo tiempo que
desaparecía el apoyo soviético, pronto colapsaría el gobierno, ese era
el plan.

Primeramente se incluyeron los alimentos y las medicinas en el embargo,
que anteriormente habían sido la excepción. Años más tarde el presidente
Bill Clinton firmó la ley Helms Burton. Y entre otras cosas quedó
prohibido tanto para empresas americanas como para empresas extranjeras
el comerciar en Cuba con propiedades que habían sido expropiadas por la
revolución a ciudadanos americanos o a cubanos que luego se habían
convertido en ciudadanos norteamericanos. La ley hizo también posible la
ayuda económica para fomentar la democracia.

Con el tiempo Clinton suavizó las reglas referentes a los alimentos y
las medicinas. Durante los 1990 quedó claro que los cubanos que ahora
llegaban a los Estados Unidos no tenían recuerdos de una Cuba
prerrevolucionaria. En primer lugar estos querían enviar dinero a sus
familias e ir de visita. Clinton les escuchó y levantó varias restricciones.

Algunos cubanos en Miami hacían lo imposible por impedirle al gobierno
de cubano obtener dólares, mientras que otros lo hacían todo por enviar
dinero a sus familiares en Cuba. George Bush tomó el partido de los
primeros reimplantando las restricciones, aunque al mismo tiempo aumentó
la ayuda para el desarrollo de la democracia.

FNCA, que había apostado por el aumento del intercambio entre cubanos en
y fuera de Cuba, se encontraba en la oposición hasta que en el 2008
Barack Obama fue elegido presidente y de nuevo facilitó para los cubanos
el viajar y enviar dinero a Cuba.

- Los mejores embajadores del cambio son los cubanos que regresan de
visita, explica Omar López Montenegro, responsable del trabajo por los
derechos humanos en la FNCA.
Aunque apoya el embargo él no cree que éste conduzca a la democracia.

- Lo más importante es el apoyo a la oposición dentro de Cuba.
Personalmente estuvo involucrado en una organización en defensa de los
derechos humanos dentro de Cuba, hasta su partida en 1992.

- No existe ninguna forma en que el gobierno norteamericano pueda
instaurar la democracia en Cuba. Los cambios no pueden venir jamás desde
afuera, no en Cuba, como tampoco lo fue en Suráfrica. Hoy está claro que
no fue el embargo contra Suráfrica quien produjo la democratización,
sino el hecho de que el ANC se convirtió en una organización pacífica y
consiguió movilizar a la sociedad hacia un cambio.

Investigaciones realizadas por la Universidad Internacional de la
Florida (FIU) en el 2011 indican que hay un claro apoyo entre los
cubanos de Miami a la reciente política de apertura. No es menos cierto
que un 80 por ciento apoya el embargo, pero asegura que no ha
funcionado. La mayoría de los cubanos apoya el diálogo nacional entre la
comunidad en el exilio, la disidencia y el gobierno cubano, que las
empresas americanas puedan vender comidas y alimentos a Cuba, que los
americanos puedan viajar a Cuba sin restricciones y que los gobiernos de
Cuba y Estados Unidos reestablezcan relaciones diplomáticas.

Los representantes cubano-americanos en el congreso continúan sin
embargo siendo críticos hacia la mayoría de los cambios. Y el motivo
pragmático. Los más viejos entre los cubanos de Miami son los menos
positivos hacia una política abierta pero ampliamente registrados como
votantes. Los más jóvenes, junto a los cubanos recién llegados, son más
positivos hacia la apertura pero están menos representados como votantes.

Pero en el 2012, según observaciones sobre la campaña electoral, Obama
recibió en las elecciones presidenciales apoyo de entre el 42 y el 50
por ciento de los cubanos, mucho más que cualquier otro presidente
Demócrata anteriormente.

El periodista Juan Tamayo, del Miami Herald es sin embargo cauteloso al
interpretar estas cifras.

- Está sucediendo una desmovilización de los votantes cubanos, explica
él, agregando que ninguno de los candidatos presidenciales mencionó a
Cuba durante la campaña electoral, ni siquiera en la Florida.

- Muchos de los viejos votaron por Obama quizás para conservar el
programa de seguridad social.

Si Cuba no estuvo presente en las elecciones norteamericanas, la
política de inmigración norteamericana fue uno de los temas más
candentes. Desde principios de enero, además, nuevas reglas entraron en
vigor en para los cubanos dentro de la isla que desean viajar al extranjero.

Las exigencias del permiso de salida y de una carta de invitación han
desaparecido. Y además el período durante el cual los cubanos pueden
mantenerse en el extranjero ha aumentado de un año a dos, lo cual hace
posible para estos recibir el permiso de residencia en USA y de esta
forma ayuda como inmigrantes y otras ayudas, y luego regresar a Cuba y
permanecer allí la mayor parte del tiempo.

Políticos cubano-americanos han señalado la dificultad que esto implica
defender estos beneficios ante representantes de otros grupos de
inmigrantes. Qué política propondrán, es difícil de avizorar.

- Yo creo que ellos quieren que aquellos que regresen a Cuba pierdan los
beneficios que el gobierno americano les garantiza, agrega Juan Tamayo.

El debate político sobre Cuba en Miami, desde hace mucho tiempo tiene
dos dimensiones, por una parte cómo los Estados Unidos pueden apoyar su
democratización, y por otro lado qué relación les estará permitida a
los cubanos en los Estados Unidos mantener con Cuba. La respuesta a la
primera es cada vez más unísona, que es el movimiento democrático en
Cuba quien debe tomar las riendas. El embargo va a seguir donde está
mientras no ocurran cambios.

Es la respuesta a la segunda disyuntiva la que ahora domina el debate.
Cuando el régimen cubano facilita a los cubanos abandonar el país, la
generosidad americana es puesta a pruebas. A dónde esto conducirá
depende de la medida en que los cubanos más jóvenes y los recién
llegados se acojan a la política norteamericana y se registren para
comenzar a votar.

Traducción Julio César Soler Baró

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=38913

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