La mentira de las elecciones
Martes, 19 de Marzo de 2013 00:26
Orlando Freire Santana
Cuba actualidad, Centro Habana, La Habana, (PD) Bien temprano en la
mañana del pasado 24 de febrero, los lectores de la edición dominical
del periódico Juventud Rebelde se toparon con una amplia entrevista con
la señora Amarilys Pérez Santana, quien se desempeñó como presidenta de
la Comisión de Candidaturas Nacional, el órgano encargado de nominar a
los candidatos que finalmente resultaron electos como diputados a la
Asamblea Nacional del Poder Popular.
Las declaraciones de la referida funcionaria denotaban la supuesta
tensión que afrontarían ese día los diputados, pues tendrían que elegir
al presidente, al vicepresidente y al secretario del Parlamento, así
como a los miembros del Consejo de Estado.
Según Amarilys Pérez Santana, un arduo proceso de consultas con los 612
diputados le permitió a la Comisión por ella presidida, conformar los
proyectos de candidaturas con vistas a la ocupación de los cargos
mencionados.
Es decir, que si nos ateníamos a las palabras de la señora Pérez
Santana, todo se iba a decidir en la reunión de la asamblea nacional que
tendría lugar ese domingo, incluso algo tan trascendental para el país
como la elección del presidente del Consejo de Estado. Pero, una vez
más, se puso de manifiesto aquello de que "más fácil se coge a un
mentiroso que a un minusválido".
Resulta que en el mismo momento en que los lectores matutinos de
Juventud Rebelde accedían a las afirmaciones de la presidenta de la
Comisión de Candidaturas Nacional, y hasta se compadecían de los
abnegados diputados por la tarea tan escabrosa que enfrentarían, y aun
antes de que comenzara la máxima reunión del Parlamento, se celebraba el
VI Pleno del Comité Central del Partido Comunista.
Bueno, ¿y qué tendrían que tratar a esa hora los comunistas cubanos?,
podría pensar algún observador despistado. La respuesta se encargaba de
ofrecerla el propio general-presidente al intervenir en ese foro
partidista. Al invocar el artículo cinco de la Constitución de la
República, donde se expresa que "el Partido Comunista, vanguardia
organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la
sociedad y del Estado", Raúl Castro expresaba que a los miembros del
Comité Central les tocaba aprobar a quienes luego serían presentados a
los diputados en la sesión plenaria de la Asamblea Nacional. Y
reafirmaba sus ideas con las siguientes palabras: "Si bien el Partido no
postula, tampoco puede desentenderse de la elección de los máximos
dirigentes del Gobierno".
O sea, que en realidad, la reunión de los diputados no iba a ser más que
un acto formal, para darle visos institucionales a decisiones que habían
sido tomadas previamente por la cúpula de la clase gobernante. Porque,
¿quiénes si no ellos--- los miembros del Buró Político del Partido---
habrían decidido que el propio Raúl Castro fuera reelegido como
presidente del Consejo de Estado, que Miguel Díaz-Canel Bermúdez
ascendiera a la primera vicepresidencia, o que Esteban Lazo sustituyera
a Ricardo Alarcón como presidente de la Asamblea Nacional?
Por favor, señora Amarilys Pérez Santana, si usted dentro de cinco años
repite por tercera vez como presidenta de la Comisión de Candidaturas
Nacional, sería conveniente, con vistas a que no perdiera la escasa
credibilidad que posee, que asimilara una sugerencia: está bien alguna
que otra mentirita de vez en cuando, pero no una mentira taaan grande...
Para Cuba actualidad: orlandofs21@yahoo.com
http://primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/6837-la-mentira-de-las-elecciones-.html
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