domingo, 29 de julio de 2012

Esto ya es un camino sin regreso

Esto ya es un camino sin regreso
Viernes, Julio 27, 2012 | Por Ernesto Santana Zaldívar

Entrevista con Antonio G. Rodiles, coordinador del proyecto Estado de SATS

LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org – Nota Introductoria-El pasado 24 de febrero, durante el sepelio del líder opositor Oswaldo Payá, fueron arrestados violentamente varios activistas políticos y disidentes, entre ellos Antonio Rodiles, que estuvo 24 horas en la Cuarta Estación de policía, interrogado por la Seguridad del Estado, precisamente cuando se cumplían dos años del primer encuentro organizado por el proyecto Estado de SATS. Unos días antes, Rodiles había concedido esta entrevista para Cubanet.

Dos años hace que nació Estado de SATS, pero ha sido sobre todo en el último año que este proyecto ha despertado más interés y ha experimentado mayor crecimiento, a pesar de los esfuerzos de la policía política en su contra. Muchas personas, por otra parte, se preguntan cuál puede ser el significado de tan peculiar nombre. Antonio Rodiles lo explica muy claramente: “Estado de SATS es un término usado en el teatro que representa el momento en que se concentra toda la energía para comenzar la actuación, o cuando un atleta está en el instante preciso antes de la arrancada. Es la concentración para luego explotar”. No hay descripción más gráfica y exacta para el espíritu de aquello que surgió en julio de 2010, cuando ocurrió el primer encuentro en la casa Gaia, en La Habana Vieja, organizado por Rodiles, físico matemático, y su amigo Jorge Calaforra, ingeniero civil cubano-polaco, con el notable apoyo del proyecto OMNI y la participación del grupo de teatro Cuerpo Adentro y Darwin Estacio, que organizó una exposición de pintura.

El propio Antonio Rodiles aporta más detalles en esta entrevista concedida a Cubanet en medio del intenso quehacer que ocupa casi todo su tiempo.

CN – ¿Cómo surgió y se desarrolló la idea del proyecto Estado de SATS?

Antonio Rodiles – Lo que nos propusimos en el primer encuentro fue romper el hielo; hacer algo independiente donde se pudiera generar un debate sobre temas de actualidad desde diferentes perspectivas, de artistas, intelectuales, profesionales. Fue un evento muy interesante que duró tres días, fue interesante el resultado. Se dieron cerca de siete conferencias y tres paneles, se hizo una exposición de pintura, se presentó la película Memorias del desarrollo, que apenas se había estrenado, y en el último día hubo un concierto donde se mezcló jazz con hip hop. Ese primer concierto fue muy positivo y dio pie para continuar, manteniendo siempre la idea de que confluyeran arte y pensamiento. La realidad de un país es muy compleja. Tiene diversos enfoques, y creemos que el arte puede aportar mucho. Hay cosas que un intelectual o un profesional ve y otras que no ve, y muchas de ellas las ve un artista. La forma de enfocar los problemas también es diferente.

CN – Es conocida la opinión que surgió hace un tiempo entre algunas personas acerca de que Estado de SATS era un proyecto de “oposición light” preparado por el propio gobierno. Se conocen las respuestas que ustedes dieron en aquel momento. Sin embargo, ¿qué responderías tú ahora que el proyecto ha seguido creciendo y desarrollándose?

AR – Creo que esto es  parte de una estrategia de la Seguridad del Estado, que ha tratado de diseminar esa opinión para crear divisiones internas entre los activistas políticos y sociales en Cuba. Cada cual puede decir lo que quiera, pero me parece que esto entra en el plano de las teorías conspirativas, porque en el plano de lo real vemos que por aquí han transitado personas con distintas visiones y posiciones. Ayer mismo tuvimos un encuentro con tres de los setenta y cinco ex prisioneros de la Primavera Negra, Eduardo Díaz Fleitas, José Daniel Ferrer y Ángel Moya. También ha estado Berta Soler, Wilfredo Vallín, Manuel Cuesta, Yoani Sánchez, Elizardo Sánchez, Alexis Jardines, Raudel Collazo, OMNI ZONA FRANCA y muchísimos más. Se ha debatido acerca de todo. Por último, nos hemos reunido entre todos para emplazar directamente al gobierno con la Demanda Ciudadana por otra Cuba, que es parte de una campaña que estamos iniciando para pedirle al gobierno la ratificación de los dos Pactos que ya ha firmado (el Pacto de los Derechos Civiles y Políticos y el Pacto de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales). Una campaña que queremos hacer a lo largo de todo el país y en la que pueden integrarse todo el que lo desee. Si aun así alguien piensa que este proyecto está orquestado por el gobierno, está definitivamente enfermo de paranoia. Algunas veces creo que es importante hablar sobre esto para que todo quede claro, pero otras veces siento que es perder el tiempo. Cualquiera, si es bien intencionado, con solo ver el trabajo que hemos hecho durante este año, que para nosotros ha sido larguísimo, puede entender la verdad de nuestro proyecto. Enredarnos en tantas explicaciones y réplicas me parece que es exactamente lo que quiere la Seguridad del Estado: entretenerte en detalles absurdos para que pierdas tu tiempo y tus energías.

CN - ¿Qué importancia le atribuyes al espacio de diálogo y reflexión que ha abierto este proyecto? ¿Qué impacto ha tenido, según tu parecer, la labor realizada hasta el presente?

AR – Lo que más me ha gustado personalmente es poder mostrar los rostros de una sociedad civil que el gobierno cubano trata de esconder. Siempre dice que los que se oponen a ellos son delincuentes, mercenarios, gente sin ninguna visión de futuro, sin ningún proyecto de país, lo peor de lo peor. Mostrar esa gama de rostros y visiones, definitivamente, da idea de que, cuando podamos terminar con esta larga pesadilla, habrá una clara perspectiva de un país mucho mejor. Ha sido también muy interesante la amistad que se logra con tantas personas, o que muchos individuos que antes no se conocían se conocen ahora y ya saben qué piensan, qué ven y cómo pueden colaborar. Otro aspecto importante es que se ha creado un espacio público de debate. Aquí no cabe esa descripción del poder de que “eres mi amigo o eres mi enemigo”. Aquí las personas pueden convivir con otros que quizás piensan distinto, pero que finalmente desean también un país mejor. Ese intercambio es esencial para una democracia. Sería muy bueno que espacios así surgieran en todo el país, que la gente lo hiciera por su propia inspiración. Es muy importante señalar que espacios como estos existen a montones en las sociedades democráticas. Esto solo puede parecer extraño en Cuba porque vivimos bajo un régimen totalitario. Indiscutiblemente está ocurriendo un proceso de maduración en la sociedad civil, pero está también el aporte de las nuevas tecnologías: poder tener un canal en YouTube o grabar un video y repartirlo entre la gente tiene un papel importantísimo, porque la gente que ve eso puede interesarse en venir, participar y saber qué sucede. Al principio venían unas quince o veinte personas, actualmente, en algunos encuentros, hemos observado más de noventa o cien personas.

CN – ¿Qué nuevos propósitos y planes nutren el proyecto en este momento?

AR – Quisiéramos que proyectos como este se difundieran por todo el país, que cada vez asistan a este lugar más personas de diferentes tendencias, incluso de instituciones oficiales. Para eso nos enfocamos en una mayor divulgación de lo que hacemos. Otro plan, en el que vamos a concentrar una gran energía, es la Demanda Ciudadana por otra Cuba. Creemos que es muy importante que, desde la sociedad civil, le reclamemos al gobierno nuestros derechos y que, a partir de esos derechos, ocurra una transformación democrática en el país. Haremos un trabajo muy intenso para divulgar toda esta concepción de una nueva sociedad, de cómo queremos que sea el cambio. También nos interesa mucho el intercambio con los cubanos que están fuera de Cuba. Lo hemos intentado varias veces y seguiremos intentándolo. Casi siempre tiene que ser a través de video grabaciones.

CN – ¿Puedes mencionar algunos de los procedimientos que ha usado la policía política para desanimar o hacer fracasar el proyecto?

AR – Han usado muchos. De entrada, como creían que yo abandonaría el país, intentaron chantajearme con quitarme el permiso de residencia en el exterior, algo que hicieron unos meses después que se iniciaron los encuentros en mi casa. Luego amenazaron a mis padres con retirarles la licencia que tienen para alquilar habitaciones e incluso mencionaron la posibilidad de quitarnos la vivienda. A los invitados los visitan y los amenazan con que, si vienen, habrá represalias. También a muchos que acuden como público los alertan para que no vengan más. En algunas ocasiones organizan operativos en los alrededores de la casa. Muy cerca de nosotros están las oficinas del Acuario Nacional y ahí normalmente montan operativos, aunque últimamente están siendo discretos. También instalaron dos videocámaras permanentes frente a la casa. Muchas veces hostigan a los que salen de los encuentros, pidiéndoles el carné de identidad en forma intimidante. En fin, nos tienen bien monitoreados y el trabajo que hacen es sistemático y continuo para tratar de asfixiar a las personas, sobre todo económicamente. La idea es aislarte, que te quedes solo y que cada vez sea menor el impacto que puedas lograr con esta labor. Creo que a medida que el proyecto siga creciendo, ellos se pondrán más nerviosos, pero esperemos que comprendan que esto es un camino sin regreso.

CN - ¿Cómo ves el panorama actual de nuestro país, las posibilidades reales de cambio?

AR – Mira, me parece que, después de casi año y medio del Congreso del Partido Comunista, que levantó tantas expectativas en algunos demasiados optimistas, por no decir ingenuos, y después de la Conferencia del Partido, la gente se ha dado cuenta de que todo quedó en palabras. El gobierno no tiene la capacidad para cambiar. Es un gobierno anciano con ideas ancianas. No hay capital humano en la cúpula del poder y tienen mucho temor, porque saben que hay descontento y que las esperanzas de los ciudadanos son por completo distintas de las que ellos ofertan. Ese temor crea en ellos una actitud inmovilista  que nos arrincona hacia una situación más crítica aún. Por otra parte, económicamente el país está en un atolladero. Las medidas tomadas no han logrado capitalizar nada. Se fue la empresa Repsol porque no encontró petróleo. No hay inversiones extranjeras de peso. Y algo que se ha convertido en una espada de Damocles es el factor Chávez. Si será reelecto o no, si sobrevive o no. La cuestión con Venezuela no es solamente los más de cien mil barriles de petróleo diarios, sino también la cantidad de profesionales que están trabajando allá. Si de pronto tienen que regresar a Cuba sin posibilidad de empleo, van a convertirse en una masa con gran nivel de descontento. Creo que la élite política ha ido postergando y postergando soluciones y lo que ha creado es una acumulación de problemas que cada vez son más insolubles. No me parece que ellos tengan la capacidad de resolver nada porque los problemas ya los rebasan por completo. Ahí es donde creo que juega un papel importante la Demanda Ciudadana por otra Cuba, que plantea como primer paso la restitución de nuestros derechos políticos, económicos, culturales, sociales, civiles. Creo que a partir de esa restitución se puede plantear claramente una transición a la democracia. Si, como ciudadanos, podemos organizar una campaña en todo el país donde la gente se movilice y reclame al gobierno esos derechos, y a raíz de la ratificación de los Pactos se implementan los cambios constitucionales en el código penal, y nosotros recuperamos las libertades básicas, creo que definitivamente el país iría a un cambio radical. Me parece que lo más importante es que pensemos en cómo hacer el cambio, ya en concreto; no decir queremos una transición o que Cuba quiere una transición, sino pensar qué tipo de país queremos.

CN - ¿Quisieras añadir algo más a lo que has dicho?

AR - Sí, me gustaría invitar a los cubanos que están fuera de Cuba a que se sumen a esta campaña. Una forma de contribuir es firmar la Demanda. Otra es traer materiales desde el exterior, el texto impreso, los videos que hemos ido haciendo para explicar cuál es la propuesta y qué pretendemos, y traer además información sobre los Pactos y la Declaración Universal de Derechos Humanos y dársela a sus familiares. Quizás algunos vean esto como algo pequeño, pero si en cada casa en Cuba pudiera saberse qué es lo que se está pidiendo y en qué forma estamos proponiendo los cambios en el país, eso sería un paso tremendo. Mientras dejemos en la abstracción nuestro deseo de un cambio, no aterrizaremos; pero, desde el momento en que decimos cómo hacerlo y todos empujamos en esa dirección, el cambio ocurre, porque la inmensa mayoría lo desea. La ratificación de los Pactos beneficiará a los de la Asociación Yoruba, a los que abogan por el respecto a las diferencias de género, a todas las iglesias, a los músicos, a todos los ciudadanos. Por eso todos deben saber el significado de esos Pactos y cuáles son los beneficios que traería su ratificación. Pienso que están dadas las condiciones para que esto se convierta en una formidable campaña. He hablado con muchas personas, y me dicen que este reclamo les parece muy sensato, que es una forma acertada de empezar a desatar este nudo. Ni siquiera el gobierno podría decir que esta es una idea descabellada. El gobierno, debe entender que mientras más prolongue esta situación peor será el final, porque habrá una cantidad mayor de problemas acumulados. Creo que estamos a las puertas de lograr una transición en Cuba, pero solo si toma el ritmo que debe. Si no, el impulso se enfriará y entonces volveríamos a caer en la apatía y el cambio podría suceder de forma espontánea y fuera de control,  generar violencia y colocarnos a todos frente a un callejón sin salida.

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