Sociedad
Cubanos, turistas y en los Cayos
Polina Martínez Shviétsova
La Habana 11-07-2012 - 10:18 am.
¿Es tan distinta la vida en los hoteles 'All Inclusive' de los Cayos a
la del resto del país?
En el año 2008 se reabrió por parte de las autoridades el acceso al
pueblo cubano al alquiler y hospedaje en hoteles, excursiones y otros
programas especiales que atiende el Ministerio de Turismo. Hoy en día,
si no tienes amigos y/o parientes o padrinos en esa esfera, es muy
difícil que te enteres de las verdaderas ofertas que están disponibles a
los clientes nacionales quienes, de alguna forma, han logrado integrar
esa clase elite que se va de vacaciones a los hoteles.
Las ofertas y precios están en un índice muy alto en CUC. Las mejores
llegan de manera sorpresiva, como ocurrió el sábado 2 de junio en el
Salón de los Embajadores del Hotel Habana Libre. Se trataba de una
convocatoria especial, que de modo muy subrepticio, realizaron las
cadenas hoteleras de todo el país. Su intención fue atraer a los
clientes con unas supuestas ofertas a precios más bajos, cuando
realmente la diferencia era de apenas 5 a 10 CUC con respecto a las
tarifas habituales.
Para usted tomar la decisión de alquilar unos días en la zona turística
denominada "Jardines del Rey", ubicada en los cayos al norte de Ciego de
Ávila, debe ir preparado al menos con 600 CUC. Sin contar con el
transporte. O sea, que bien puede llegar a los 800 CUC. Lo cual
significa que para acceder a este nivel, el cubano como mínimo debería
devengar cerca de 1000 CUC por semana. Y sabemos que en Cuba los
salarios estándares son de 16 a 23 CUC mensuales.
Luego de pasar por la ciudad de Morón, se va directo a los Cayos Coco y
Guillermo. Antes de acceder con el auto a la vía de acceso, se paga en
CUC el peaje. A partir de ese momento, entras en "otro mundo". Pero
cuando estas debidamente hospedado, con manilla "All Inclusive"
descubres poco a poco que no es así.
"Claro son cubanos y no dan propinas", los camareros y el resto de los
empleados te comienzan a mirar con cara alargada.
Basta con que empieces a pedir cerveza en exceso.
En las habitaciones, el aire acondicionado no enfría, tampoco la nevera.
El teléfono con intercomunicador interno está muerto. Y hay que cazarle
la pelea al carrito de mantenimiento y seguridad para que atienda las
múltiples quejas de los clientes.
En la publicidad el hotel aparece descrito como un 4 estrellas, cuando
en su máxima expresión es un 3 estrellas. O sea, que en principio se ha
pagado de más. Llegas a la conclusión de que te han timado, y has caído
como mansa paloma en una estafa nacional.
Si por casualidad eres un cubano "despierto", te darás cuenta que en la
recepción hay informaciones ocultas, no reveladas a los clientes
nacionales o foráneos. Por ejemplo, hay que llegar a descubrir por uno
mismo que existe la modalidad de "pasadía", que permite pasar el día
completo en un hotel vecino. Cuentas además (pero esto tienes que
descubrirlo por ti mismo, pues esconden la información) con el servicio
del bus tour con ida/vuelta a lo largo de los Cayos.
Técnicamente te han vendido gato por libre. Encima, no te aclaran las
ventajas de determinados servicios. ¿Entonces de que calidad de turismo
estamos hablando?
Luego de haber aprendido a descifrar el contexto, tienes la dicha de
largarte a conocer otros hoteles. Entonces es cuando te das cuentas que
has hecho el papel de conejillo de indias. Y, cuando crees que has
tomado las riendas de la situación en tus manos, entonces quieres
"pasarte de pillo".
Luego de disfrutar la "pasadía", se te ocurre que puedes divertirte
también en la discoteca del hotel más animado que hay en el Cayo. Estas
rápidamente de regreso en el tuyo, apurado por comer en la mesa buffet y
lanzarte a la fiesta nocturna. Sin embargo, la realidad te para los pies
en forma de un guardia "Sepsa", que te increpa: "¿ A ver tu manilla?"
Y que, después de una ojeada a la manilla, aclara las leyes del juego:
"Amigos, la 'pasadía' termina a las 6.00 pm, ¿no se los informaron en su
hotel?"
Desde que los cubanos entran a los Cayos están chequeados por cámaras de
vigilancia y otros dispositivos. Te das cuenta, con estas revelaciones,
que el paraíso no es tal paraíso. Eres entonces un ser insignificante,
atrapado en el slogan "All Inclusive", que también incluye monitoreo,
mala atención y desinformación.
Cuando sales de "ese otro mundo" te vas con la impresión resumida en una
frase: "te conocí, pero no vuelvo más". Incluso en la burbuja de esos
hoteles, en lo que prometía ser un paraíso, no deja uno de encontrarse
con la vida de afuera. La de todos los días en el resto del país.
http://www.diariodecuba.com/cuba/11967-cubanos-turistas-y-en-los-cayos
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