La 'evolución' cubana
OLGA CONNOR
El turismo norteamericano en Cuba es de gran importancia para la
economía de la isla. Después del restablecimiento de las relaciones con
Cuba en diciembre del 2014, este fue el aspecto más publicitado por la
variedad y naturaleza de las personalidades internacionales que
visitaron la isla, incluyendo el propio presidente Barack Obama.
Toda esa propaganda entusiasmó a los norteamericanos, y dio como
resultado que se iniciaran múltiples vuelos aéreos de diferentes
aerolíneas y cruceros a varios puertos. Se decía que "había que ir antes
de que cambiara el país". Pero el gobierno dirigido por el Partido
Comunista no ha cambiado.
Aún así, para los cubanos de la isla el país sí ha cambiado, y mucho.
Ellos lo llaman "evolución". Percibí en mi reciente viaje a La Habana
que era como un hervor por las nuevas medidas, que permiten compraventas
de propiedades y aperturas de nuevos paladares o restaurantes. A su vez,
afecta a todo lo que se relaciona con el turismo: taxis, shows, souvenirs.
En una visita al estudio del artista René Francisco en Miramar vi un
emblema de esta "evolución": una escultura en material transparente con
un letrero grande en mayúsculas que decía: rEVOLUCIÓN, con la letra R
rota o aplastada.
Noté que muchos en la ciudad estaban preocupados acerca de las
decisiones que tomaría Donald Trump. Finalmente, el 16 de junio proclamó
en Miami que rechazaba y revertía la apertura de Obama. Esto ha
entusiasmado al pueblo cubano exiliado, porque el presidente de Estados
Unidos manifestó enfáticamente que deplora la dictadura militar de Cuba.
En las relaciones de negocios con Cuba las nuevas medidas no harán mucho
más que afectar al turismo, y las libertades de los viajeros
estadounidenses, prohibiendo que usen los hoteles aliados al gobierno de
la isla. Que en cierto sentido son todos.
Además de los cruceros, tienen acceso a las propiedades particulares,
reguladas por los Airbnb, o por anuncios en la internet. Negocios
basados en muchos casos en viviendas usurpadas desde el principio por el
gobierno revolucionario. La mayoría de familias en las ciudades no tenía
casa propia en los años 50. Algunos de esos antiguos propietarios o sus
hijos y nietos viven aún en Cuba, no todos están exiliados. Y lo mismo
allá que acá, muchos han guardado los títulos legales.
Por eso es irónico que se hable de las fuentes del nuevo sector
empresarial privado e independiente del gobierno, como proclamó el
senador Marco Rubio. Porque muchos propietarios de hoy recibieron esas
viviendas por la Reforma Urbana del 14 de octubre de 1960. Otra reforma
posterior ratificó esos derechos revolucionarios, la del nuevo Código
Civil de Cuba, Ley Nº 59, del 16 de julio de 1987. Y más reciente la Ley
288, de 2011, permite las compraventas, lo que describe ampliamente el
cubanólogo Carmelo Mesa Lago, en el capítulo cinco del libro del que fue
coordinador, Voces de cambio en el sector no estatal cubano (Editorial
Iberoamericana, 2016).
La oficina legal de mi esposo en los años 50 administraba 300 unidades
de varios propietarios en grandes y pequeños edificios, algunos eran de
familiares. Nos fuimos en junio de 1960, pero quedó un secretario a
cargo, que notificó a los dueños que entregaran las propiedades al
Estado, al cual le siguieron pagando mensualmente los inquilinos. Los
forzaron a ser usurpadores, aunque no quisieran, como lo hacen todas las
mafias. La indemnización a los propietarios originales fue una suma que
podría llegar hasta $600 al mes como máximo (Artículo 22 de la Ley de
Reforma Urbana), no importaba cuán grande fuera su fortuna. Pero no les
dieron nada a los que se exiliaron, aunque muchos lo pudieron declarar
como pérdidas al IRS en Estados Unidos.
Por esa razón el problema de la legitimidad de la propiedad en Cuba
sigue subyacente. Cuando fui a ver una casa para alquilar, el que la
rentaba me dijo: "yo nací aquí". Una amiga española que estaba comprando
un piso se preocupó de que el título pudiera ser de origen dudoso, y
tuvo la misma respuesta del vendedor, "yo nací aquí".
En otros países que pertenecieron al bloque soviético se han devuelto
las casas, al terminar esos gobiernos, cosa que exploré cuando fui a
Sofía, Bulgaria, y a Bucarest, Rumania. También en la parte de Alemania
que fue gobernada por los comunistas. En Rostock, en la antigua
República Democrática Alemana, hay todavía casas en litigio por la
reclamación de viviendas.
Además, en Miami se ha discutido la recuperación de bienes, muebles e
inmuebles, en algunas ocasiones, sobre todo el arte.
Creo firmemente que la supervivencia económica de los cubanos de la isla
requiere que tengan negocios propios, aunque sea con sus actuales
viviendas. Esto será aun mejor que recibir dinero en remesas, ya que
contribuye a la independencia personal por lo ganado con el esfuerzo propio.
Aunque, a pesar de las ventajas de esta "evolución", hay que constatar
que los negocios particulares en Cuba tienen bases tan ilegítimas como
las cadenas hoteleras. Ya que nada ni nadie en Cuba está libre de la
urdimbre del tejido totalitario que ha manejado toda su historia en
estos 58 años.
olconnor@bellsouth.net
Source: La 'evolución' cubana | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article159032204.html
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