Sin noticias de Trump en Cuba, un año después de la histórica visita de
Obama
LORENA CANTÓ, La Habana | Marzo 21, 2017
(EFE).- Un año después de la visita de Barack Obama a Cuba, la primera
de un líder de Estados Unidos en casi 90 años, la euforia que desató el
deshielo entre los dos países se ha disipado para dar paso a la
incertidumbre que impera desde que llegó a la presidencia Donald Trump,
quien aún no ha movido ficha.
La visita de Obama, que aterrizó en La Habana un lluvioso 20 de marzo
junto a toda su familia, suegra incluida, marcó el punto culminante del
proceso iniciado el 17 de diciembre del 2014, cuando tras medio siglo de
enemistad, la Isla y su vecina potencia anunciaron al mundo que
emprendían el camino de la reconciliación.
El mundo entero tenía sus ojos en el país caribeño en el momento en que
el Air Force One de Obama tocaba tierra en la hasta entonces "isla
prohibida", un aterrizaje con todas las de la ley que inició para el
mandatario una intensa agenda que incluyó reuniones con su homólogo,
Raúl Castro, con emprendedores y con disidentes.
Pero aunque solo ha transcurrido un año desde que Obama y Castro se
dieron un apretón de manos en Cuba, el panorama ha cambiado radicalmente
y un hipotético saludo entre el menor de los Castro y el nuevo inquilino
de la Casa Blanca no parece probable a corto plazo.
Y es que no había una hoja de ruta para este escenario.
Al estupor inicial que provocó en La Habana la elección de Trump como
presidente de EE UU en noviembre, le siguió una carrera contrarreloj
para concretar el máximo de acuerdos bilaterales antes de la llegada de
la nueva administración.
Desde la llegada de Trump no se ha firmado -que se sepa- ningún nuevo
documento y también están congeladas las visitas de alto nivel.
En los últimos tres meses, a Cuba solo han viajado un nutrido lobby
económico de la ciudad de Chicago y un grupo de senadores que fueron
recibidos por Raúl Castro.
El nuevo presidente no se había mostrado en contra del deshielo durante
los inicios de su campaña presidencial, pero poco antes de los comicios
viró su postura, algo interpretado como un intento de captar los votos
del exilio cubano de Florida, furibundamente anticastrista.
Trump prometió entonces revertir las medidas de su antecesor, en su
mayoría directivas presidenciales para suavizar el embargo que EE UU
mantiene sobre la Isla desde hace casi 60 años, impulsar el crucial
sector de los trabajadores por cuenta propia y promover el contacto
directo entre los ciudadanos de una y otra orilla.
Dijo que lograría un "mejor acuerdo" porque la Isla no había hecho
ninguna concesión en materia de libertades y derechos humanos, y cuando
en noviembre murió el exmandatario cubano Fidel Castro, Trump lo celebró
en las redes sociales y lo tildó de "tirano".
Desde entonces las alusiones de Trump a Cuba han llegado con cuentagotas
y son analizadas con lupa en la Isla, en busca de una pista que indique
cuáles son las intenciones del magnate.
En febrero el presidente estadounidense se vio con el senador
cuboanoamericano Marco Rubio, crítico acérrimo del Gobierno de Cuba. El
encuentro suscitó preocupación en la Isla, pero desde entonces Trump
parece haber olvidado de nuevo a sus vecinos socialistas.
Sus contadas referencias a Cuba y el complicado escenario multilateral
al que se enfrenta el mandatario desde su llegada a Washington apuntan a
que la Isla no es una de sus prioridades.
En medios independientes aún prima la tesis de que el republicano no irá
más allá en el acercamiento, pero tampoco retrocederá en lo ya avanzado,
e incluso hay expertos que sostienen que eventualmente acabará
imponiéndose su pragmatismo de hombre de negocios.
En este enjambre de elucubraciones, el Gobierno de Raúl Castro guarda
silencio, roto en contadas ocasiones para reiterar que Cuba desea seguir
trabajando con EE UU pero sin injerencias en sus asuntos internos y
sobre la base del respeto mutuo.
La principal alusión al asunto por parte del presidente cubano tuvo
lugar en enero durante la V Cumbre de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en la República Dominicana, donde
Raúl Castro tendió la mano para "proseguir el diálogo respetuoso y la
cooperación en temas de interés común con el nuevo gobierno del
presidente Donald Trump".
Pero en ese mismo escenario, Raúl Castro acotó que no debe esperarse que
Cuba realice "concesiones inherentes a su soberanía e independencia" y
reclamó al nuevo gobierno de EE UU que "opte por el respeto a la región".
La exigencia de La Habana de que se levante el embargo tampoco ha
perdido fuelle en estos meses, aunque parece improbable que la mayoría
republicana del Congreso estadounidense lo permita a corto y medio plazo.
El frenazo del deshielo y la permanencia del embargo llegan en un
momento económicamente nefasto para Cuba, que el año pasado entró en
recesión, no recibe aún suficiente inversión extranjera y sufre la merma
del apoyo energético de Venezuela, inmersa en su propia crisis.
Para el recuerdo quedan hoy las esperanzas que Obama avivó en la Isla
cuando aseguró que el embargo "va a terminar".
Source: Sin noticias de Trump en Cuba, un año después de la histórica
visita de Obama -
http://www.14ymedio.com/nacional/noticias-Trump-Cuba-historica-Obama_0_2184981486.html
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