El ciudadano clon
La papilla apologética del socialismo del siglo XXI tiene un comensal
predilecto
Miércoles, marzo 22, 2017 | Víctor Manuel Domínguez
LA HABANA, Cuba.- Tal vez una pócima de Moringa y Siete Potencias, bien
cargada de ron Cubay y tomada frente a una Mesa Redonda de la televisión
cubana o un Dossier de Telesur, sea el estímulo ideal para detener el
desánimo y frenar las malas ideas de algunos participantes del XV
encuentro de la Red de Redes en Defensa de la Humanidad, celebrado en
Caracas entre los días 6 y 7 del presente mes
Esta especie de telaraña ideológica, integrada por intelectuales,
movimientos sociales, escritores y artistas que eructan patria y pobreza
luego de cada atracón de caviar —pese a que se autodefinen como
pensadores y progresistas de izquierda—, luchan por mantener el
monopolio informático de sus gobiernos sin importar si tienen que
apresar a periodistas y cerrar los medios radiales y televisivos que no
repitan como cacatúas sus ideas sobre un ciudadano clon en su modelo de
país.
Según expresó Abel Prieto —el reciclado Ministro de Cultura de Cuba—,
en unas declaraciones al diario Granma publicadas el día 9 de marzo:
"La situación es terrible". Añadió que "los grandes medios han formado
una masa de personas —sobre todo de jóvenes que están muy pendientes de
lo que se mueve en las redes—, que son muy crédulas", y esta situación
insostenible es la que se necesita revertir.
Para ello, señala el desanimado pero insurrecto y reciclado ministro,
"es necesario que haya una vigilancia ética sobre los medios de
comunicación", "articular los núcleos de resistencia cultural", "y
formar guerrillas digitales" para que asalten, digo yo, las trincheras
de informaciones subversivas a nivel internacional, y así romper el
cerco mediático impuesto por la "reacción".
El ciudadano clon
Sin lugar a dudas, toda esta parafernalia guerrerista contra el acceso a
los medios de información global tiene el marcado propósito de controlar
cuánto se diga en Davos, la lanchita de Regla o en los retretes públicos
del Kurdistán para, mezclados con un discurso coral tomado de las ideas
extintas de Bolívar, Martí, Chávez y Fidel, hacer una papilla
apologética del socialismo del Siglo XXI, donde no exista otra forma de
pensar y vivir que no sea atrapado en esta zurda y siniestra Red.
Quienes vivimos bajo el bombardeo ideológico de dictaduras
"progresistas", que sobreviven por el control absoluto de los medios de
comunicación y las fuerzas del poder, sabemos en qué se traducen estas
supuestas buenas intenciones de quienes hablan en nombre del pueblo,
aunque de espaldas a sus necesidades y anhelos de cambiar: La creación a
nivel de país de un ciudadano clon.
Es decir, que ya exiliado y extinto el "hombre nuevo" del Che, quien con
rostro de matriuska barbuda emprendería el camino hacia el paraíso del
comunismo mundial con el mismo paso y una sola voz, se necesita formar
un ciudadano clon más sofisticado, al menos en su forma de vestir, pues
se le permitiría andar con trajes Armani, zapatos Gucci y gorras de los
Yanquis de Nueva York, y vender papas rellenas, tener dos paladares,
dirigir una cochiquera, pero pensar y sentir de forma similar.
De lograrse un control casi absoluto de la información a nivel
continental, como sucede en Cuba hasta hoy, "la vigilancia ética sobre
los medios de comunicación" no será otra cosa que la intromisión,
monitoreo y regulación de cuanto vean o escuchen los ciudadanos de un
país; "articular los núcleos de resistencia cultural" es prohibir el
acceso a los espacios bajo control estatal o la difusión de voces y
proyectos que no respondan a los patrones del ciudadano clon.
Además, "las guerrillas digitales" a las que se refiere Abel —¿o Caín? —
no son otra cosa que el asalto gansteril de chivatos populares que,
aliados con agentes de policía y de la Seguridad del Estado, suben por
escaleras, brincan azoteas y destapan cisternas para desmantelar las
antenas de quienes consumen, de forma clandestina, materiales
subversivos que atentan contra la tranquilidad del país, como Caso
Cerrado, El último Mariachi, Chávez, El paquete semanal o TNT.
También estas guerrillas digitales y sus encumbrados fuera de peligros
combatientes, disparan sus manipulaciones y mentiras desde Cubadebate,
descalifican e insultan a través de La Pupila Insomne del
ciberguerrillero Iroel Sánchez, o atacan en zafarrancho —de un combate
del sí pero, no— desde una Segunda Cita que "metratrovea" Silvio
Rodríguez, quien asegura vivir en libertad.
Pero el ciudadano clon nunca será un hecho en este país. Bastante ha
tenido que fingir y se le ha obligado a gritar "¡seremos como el Che!"
para venir a caer en una clonalización nacional. El cubano está ávido de
información y nada lo detendrá. Ni las razias anti antenas satelitales,
ni los elevados precios para conectarse a Internet, ni las humillaciones
que significan acceder a través de un wifi, tirado en una acera o arriba
de un árbol, rodeado de borrachos, timadores y vaya usted a saber.
vicmadomingues55@gmail.com
Source: El ciudadano clon CubanetCubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/el-ciudadano-clon/
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