Vagabundos en Guantánamo: 'El número crece y el Gobierno calla'
MANUEL ALEJANDRO LEÓN VELÁZQUEZ | Guantánamo | 6 de Febrero de 2017 -
12:08 CET.
El número de vagabundos crece en las calles de Guantánamo y la prensa
oficial calla, se quejan habitantes de la ciudad.
"Cada vez son más y en Gobierno trata de ocultar su existencia", dice
una joven ama de casa. "Hasta los llaman de una forma delicada, personas
deambulantes. No sé a quién quieren engañar", comenta mientras espera
para entrar a la pizzería La Veneciana.
Muchos vagabundos viven en las calles porque no tienen familia a la que
pedir ayuda, otros están visiblemente alcoholizados.
"Mi mamá tiene un rancho que posiblemente esté en peores condiciones que
esto donde me refugio ahora", dice Joel Samillón, quien cree que pasará
el resto de su vida como indigente. "Con ella vive un hermano mío que
está casado y, como a mí no me gusta molestar, me tiré para la calle con
una mochila, a luchar", añade.
"Lavo mi ropa en el río y de paso me baño. Llevo casi dos años durmiendo
donde me coja la noche, aunque generalmente lo hago frente a la estación
de bomberos que está en el centro de la ciudad", indica.
Benigno García Cobas, otro vagabundo, pasa las tarde en el parque José
Martí.
"Duermo en los corredores de la ciudad en busca de abrigo y
subsistencia. Me la paso recogiendo vasitos, laticas de cerveza o
refresco, una botella. Así me busco mi dinerito para comer", señala.
Los vagabundos tienen "casi nula capacidad de acceder a los recursos
básicos para satisfacer sus necesidades elementales como la
subsistencia, protección, afecto, participación, ocio", advierte una
psicóloga bajo condición de mantener el anonimato.
"Estas personas no ejercen sus derechos como seres humanos ni como
ciudadanos y son víctimas de exclusión social, al no poder insertarse en
una serie de procesos (trabajo, salud, familia, educación, ingresos,
entre otros) que les permitirían mejorar su calidad de vida", agrega.
Odalis Urgellés se refugia en las calles y en el alcohol desde la muerte
de su pequeño hijo. Vende lo poco que le queda para sobrevivir. "A veces
tengo que vender una ropa de las que aún conservo para poder
alimentarme", dice esta mujer que asegura haber sido psicóloga.
Comer es justamente uno de los principales problemas para los vagabundos
en un país en constante crisis.
"Hace aproximadamente 19 años que vivo rodando en la calle y hay días
que no almuerzo, como por ejemplo hoy", afirma un hombre de 70 años de edad.
La mayoría de los sin hogar entrevistados coinciden en que los comedores
a precios subsidiados para personas de más de 60 años de edad son un
alivio, "aunque a veces ni para eso tenemos dinero".
Un empleado de unos de estos comedores explica que "el precio de la
comida, por lo general, es de un peso con algunos centavos en moneda
nacional y en ocasiones menos".
El plato que reciben los comensales puede incluir arroz, frijoles,
picadillo y a veces pollo o carne de cerdo, detalla.
"Se le vende comida a quienes designan los trabajadores sociales y a los
autorizados por los delegados de Circunscripciones", precisa y confirma
que es frecuente la afluencia de mendigos.
Pese a la dura vida que llevan, varios de estos vagabundos aseguran que
no reciben ayuda del Gobierno.
"Mira cuantos locos hay por ahí y no le dan ayuda a ninguno. El Estado
jamás me ha brindado ayuda. Te dicen una cosa y es otra. Esto aquí no va
a cambiar nunca y mucha gente sufre en la calle por la situación que se
está viviendo, pero aquí estamos", concluye Odalis Urgellés.
Source: Vagabundos en Guantánamo: 'El número crece y el Gobierno calla'
| Diario de Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1486379325_28635.html
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario