miércoles, 8 de febrero de 2017

Una mirada joven al periodismo cubano

Una mirada joven al periodismo cubano
REINALDO ESCOBAR, La Habana | 08/02/2017

Estos días se celebra el II encuentro de jóvenes periodistas en la sede
del Instituto Internacional de Periodismo José Martí. El evento,
organizado por la Unión de Periodistas de Cuba (Upec), asume como
objetivo central debatir sobre "el periodismo y la participación
ciudadana, y la comunicación en el contexto de actualización del modelo
socioeconómico cubano".

Según las notas informativas publicadas en la prensa oficial, además de
repasar las 24 propuestas del encuentro anterior, celebrado en diciembre
de 2015, se reiteró "la urgencia de un cambio en las rutinas productivas
y de transformar su modelo de gestión".

Probablemente los jóvenes participantes de esta experiencia salgan de
ella con la creencia de que el periodismo nacional está a punto de dar
un vuelco y que ellos tendrán un rol protagónico en esas
transformaciones. Esa sería la más saludable equivocación de su
trayectoria profesional.

Imbuidos de este provechoso error, regresarán a sus redacciones
convencidos de que el sagrado versículo de "cambiar todo lo que debe ser
cambiado" será aplicado a los medios de difusión para que finalmente la
prensa cumpla su función social de mantener informada a la población de
lo que realmente acontece en el país.

La inmensa mayoría de los que tienen a su cargo decidir lo que puede
publicarse y lo que tiene que ser silenciado conocen perfectamente lo
difusos que suelen ser los límites por donde discurre su
responsabilidad. Saben, por ejemplo, que pueden fustigar la negligencia
del administrador de un centro de acopio donde se pudrieron unos
plátanos sobre un camión, pero que nunca podrán criticar los efectos
nocivos del exceso de centralismo en la administración pública.

A la hora de elegir, estos cuadros de dirección preferirán censurar
antes que desclasificar porque, que se sepa, a ningún director de un
periódico o estación de radio lo han destituido nunca por acallar una
crítica o guardar en la gaveta una denuncia.

Cuando estos impetuosos muchachos regresen a sus medios con una nueva
carga de adrenalina, sus colegas con más experiencia se ocuparán de
explicarles que ya desde el III Congreso de la Upec, realizado hace más
de cuarenta años, parecía que todo iba a cambiar si se cumplía el lema
que encabezaba el evento: "Por un periodismo crítico, militante y creador".

Desde entonces, ha sido mucho lo que se ha hablado desde las tribunas
acerca del secretismo y la inapelable necesidad de hacer rigurosos
análisis sobre los problemas que aquejan a la población.

Un breve inventario de recientes ausencias informativas podría
justificar cierto pesimismo sobre el futuro del periodismo oficial
cubano. El más notorio de los ejemplos es que nadie ha informado sobre
la causa de muerte del expresidente Fidel Castro, a pesar de que su
fallecimiento fue la noticia que más espacio ocupó en los medios desde
finales del año pasado.

Ningún periodista ha intentado explicar en los medios oficiales por qué
Marino Murillo, en la última sesión del Parlamento, no presentó su
tradicional rendición de cuentas sobre la implementación de los
lineamientos del Partido, ni cuál ha sido el destino de aquella nueva
ley electoral que Raúl Castro anunció en febrero de 2015.

El silencio se cierne sobre temas tan importantes como la fecha en la
que terminará la dualidad monetaria, la ratificación de los pactos de
derechos humanos o la profundidad del dragado en la Bahía de Mariel, por
mencionar solo asuntos de actualidad.

Si retrocedemos una década, salta a la vista la ausencia de
explicaciones sobre cómo terminó una superentidad denominada Batalla de
Ideas al frente de la cual se puso al señor Otto Rivero, de quien nunca
se ha dicho más nada. Tampoco se informó oficialmente de la destitución
de Carlos Venciaga, miembro del Consejo de Estado, ni tampoco sobre qué
fue de aquella tropa de trabajadores sociales que se volvieron
omnipresentes.

El vicepresidente Miguel Díaz-Canel compartió con los periodistas la
tarde del lunes y enfatizó "la necesidad de perfeccionar" el trabajo de
los medios informativos. De paso, llamó la atención sobre las formas de
enfrentar "las plataformas de subversión política ideológica" de la que
son blanco los jóvenes. Curiosamente entre esas plataformas aparecen
todos los medios del periodismo independiente cubano, que encuentra
entre sus principales nichos de información todo aquello de lo que no
habla la prensa oficial.

Source: Una mirada joven al periodismo cubano -
http://www.14ymedio.com/blogs/desde_aqui/mirada-joven-periodismo-cubano_7_2160453934.html

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