Una española considera al CIREN 'un sacaperras para extranjeros de Europa'
DDC | Madrid | 5 de Febrero de 2017 - 13:02 CET.
El Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN) ha recibido
hasta el momento a unos 316 españoles convirtiendo al país en el primer
emisor de pacientes en Europa, seguido de cerca por Italia.
Según un artículo que publica El Español el costo de los tratamientos
que ofrece la institución estatal para ciudadanos fuera de Latinoamérica
ronda los 12.900 dólares para unos 35 días. Precisa que no todo es
atribuible al tratamiento; el paciente ha de viajar con un acompañante,
que se alojará también en alguna de las 11 residencias con 104 camas que
componen el área denominada "de la Neurovilla".
El coste del alojamiento diario del familiar o amigo que viaje con el
paciente asciende a casi 50 dólares, por lo que hay que sumar alrededor
de 1.500 dólares al precio del tratamiento.
El medio recuerda el caso de Luis Eduardo Aute que pasó parte de los
meses de diciembre y enero en el CIREN donde se sometió a tratamiento de
rehabilitación tras un severo infarto. La decisión de Aute habría
obedecido a la recomendación de su amigo Silvio Rodríguez.
El diario recoge el testimonio de otra española, Paloma Castro, quien en
abril de 2004 viajó con su madre al CIREN donde estuvo allí un mes y,
aunque no recuerda exactamente cuánto pagaron, lo cifra en alrededor de
6.000 euros.
Su madre, fallecida en 2006, padecía una enfermedad neurológica
—parálisis supranuclear progresiva— sin tratamiento curativo, o al menos
es lo que le habían dicho en España, donde la atención varió a lo largo
de los años.
Lo que más le atrajo del CIREN: el hecho de que dispusieran de un
tratamiento diseñado específicamente para la enfermedad.
Castro es cautelosa a la hora de criticar el centro, del que cree que
hay muchas cosas que España "debería imitar". "No le diría a nadie
definitivamente que no fuera, pero tampoco le recomendaría que se
endeudara para acudir allí", añade.
La empresaria reconoce que su madre mejoró durante el mes que estuvo en
el centro, aunque destaca que "no es la panacea".
"Gran parte de la mejora se debe atribuir al trabajo que hacen los
pacientes, no hay nada milagroso", subraya. Lo que más destaca del
centro es la organización de la jornada de los días laborables, que
comenzaba a primera hora con la visita de un amplio equipo médico y se
completaba con la administración de los distintos tratamientos, desde
logopedia, a reflexoterapia y ozonoterapia.
"Era un nivel de actividad con el que te estaban estimulando las
neuronas todo el día", recuerda. "Es un elemento que habría que aprender".
Los pros y los contras
Castro también destaca la preparación y amabilidad de casi todo el
personal. "Había algunos jefes médicos endiosados, pero los enfermeros
eran maravillosos", rememora. También habla de algunas características
positivas más inherentes al carácter cubano.
"Recuerdo que en España la gente miraba mal a mi madre, por ejemplo
cuando por su enfermedad tardaba mucho en sacar las monedas del
monedero", comenta. "Allí, tres o cuatro personas venían a decirle cada
día lo bien que la veían y lo que estaba mejorando", recalca.
Sin embargo, considera que el centro es "un sacaperras para extranjeros
de Europa" y apunta a que, durante su estancia allí, se quejó de que los
latinoamericanos pagaran menos.
"Me parece bien que subvencionemos a gente que no tiene dinero, pero
recuerdo a la hija de un magnate hotelero mexicano que tenía incluso
servicio y que pagaba menos que nosotras. Si vas a redistribuir la
riqueza, que el parámetro sea el nivel de ingresos, no la nacionalidad",
reflexiona.
El precio de los tratamientos del CIREN para ciudadanos de América
Latina "y otros países del tercer mundo" es ligeramente inferior y
asciende por una estancia de 35 días a 10.974 euros, según la propia web
del centro médico estatal.
En el tiempo que su madre se trató en el CIREN, Paloma vio sobre todo a
venezolanos ("había muchísimos"), argentinos y chilenos. No coincidió
con ningún español y vio a pocos cubanos. "Yo creo que recibían
tratamiento ambulatorio, aunque alguno había ingresado", apunta.
Para Castro, ni la tecnología ni las instalaciones permitían pensar que
los responsables del centro se gastaban todo el dinero que les cobraban.
Además, no puede evitar mencionar las comidas. "Casi todos los días te
ponían frijoles con arroz, a veces con bichos. También una loncha de una
especie de mortadela; a veces daba pena ver la cara que ponía mi madre",
recuerda y señala como acabaron saliendo a comer por los alrededores con
otros pacientes, pagándolo de su bolsillo.
La sensación final: "Fue muy caro para lo que era y te lo vendían muy
bien. Te lo ponen mejor de lo que realmente es y gran parte de la mejora
es porque la persona trabaja mucho y porque la atención es muy
personalizada". "Pero sí que hay cosas que aprender de ese centro",
concluye.
A nivel mundial, Venezuela lidera con el mayor número de pacientes
enviados al CIREN, con 2.878. Según El Español 87 ciudadanos
estadounidenses han recibido también cuidados en el centro.
Source: Una española considera al CIREN 'un sacaperras para extranjeros
de Europa' | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1486296123_28693.html
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