lunes, 6 de febrero de 2017

Una Cuba ecológica?

¿Una Cuba ecológica?
Armando Chaguaceda

Hace unos días, la filial mexicana de Greenpeace llevó activistas a
Cuba. En redes sociales, compartieron emocionados fotos y testimonios
sobre sus encuentros con contrapartes isleñas. Como regla, celebraban
que la ecología, el consumo sostenible y la preocupación ciudadana por
el Buen Vivir gozaran de buena salud en la isla caribeña.

Conocedor de que la ingenuidad foránea es suelo fértil para la
manipulación y propaganda políticas del gobierno cubano, me animé a
escribirles. Porque se entiende el deseo de encontrar modos de producir
y vivir diferentes a los de las sociedades capitalistas. Pero, como
cubano y mexicano, pude sugerirles mirar más allá del encantamiento.

Les expliqué que Cuba no ha logrado —por una mezcla de efectos del
embargo y de problemas estructurales de su modelo económico— la
seguridad alimentaria. Pues con salarios de 30 dólares mensuales —que no
compensan los servicios sociales gratuitos, degradados desde los años
90— el trabajador cubano está en situación similar a los pobres mexicanos.

Les hice saber que los proyectos de agroecología —que tanto llaman la
atención a los visitantes de Greenpeace— no constituyen la espina dorsal
de la producción agraria insular, cada vez más dependiente de insumos y
modelos de gestión derivados del agronegocio. Incluidos los proyectos de
siembra de soja e introducción de transgénicos, impulsados en joint
venture por los militares y empresas extranjeras. Sin obviar que buena
parte de la dieta del cubano depende de productos importados de USA;
difícilmente conciliables con el modelo de economía, producción y
consumo socialmente responsables y sostenibles que Greenpeace
meritoriamente impulsa, a escala global.

Les invité a preguntarse si en la isla es posible la constitución y
existencia de organizaciones-movimientos análogas a Greenpeace. Pues si
bien existen algunas ONG con un trabajo apreciable, se ven obligadas a
operar a un nivel micro (educación ambiental comunitaria) asumiendo un
lenguaje y agenda excesivamente técnicos y despolitizado. Les sugerí
contactar a activistas como Isbel Díaz Torres y leer los trabajos y
testimonios publicados en sitios como
https://elguardabosquescuba.wordpre... para ahondar más en esas
problemáticas y diversificar las miradas.

Desconozco si tomaron en cuenta mis comentarios; pero no pude dejar de
pensar en el tema cuando, esta semana, un activista ambiental y LGBT era
interrogado por los agentes cubanos, justo mientras repartía el boletín
El Guardabosque. Si en la Cuba que celebran los colegas de Greenpeace
cualquier intento de deliberación, movilización y cuestionamiento
socioambiental alternativos a las políticas estatales recibirá la
represión como respuesta, creo aquellos deberían revisar su entusiasmo.
Pues una cosa es el desconocimiento del recién llegado y otra, una vez
informados, sostener una apología cómplice.

Source: ¿Una Cuba ecológica? :: Armando Chaguaceda :: La Razón :: 6 de
febrero de 2017 -
http://www.razon.com.mx/spip.php?page=columnista&id_article=337037

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