La corrupción en Cuba es un estilo de vida
03 de febrero de 2017 - 19:02 - Por IVÁN GARCÍA
Tras 58 años de la llamada revolución la fórmula de Castro se mantiene
en el poder con la ayuda de quienes prometen lealtad a cambio de que los
dejen robar
LA HABANA.-Después de un fin de semana junto a un grupo de amigos,
bebiendo vodka con jugo de naranja y comiendo masas de cerdo a la brasa,
Miguel, inspector de la empresa eléctrica, regresa el lunes al trabajo
dispuesto a hacer dinero a cómo de lugar.
El caos estatal y las innumerables indisciplinas sociales del cubano de
a pie son el caldo de cultivo perfecto, para que el ejército de
inspectores estatales implementado por la autocracia verde olivo lo
aprovechen a su favor.
"Trabajo con otros dos inspectores. Un día cualquiera, cada uno gana de
20 a 30 pesos cuc (20 o 30 dólares al cambio). Y, para cumplir con lo
establecido, imponemos media docena de multas a empresas o personas",
subraya Miguel, mientras escucha baladas españolas de los años setenta
en un equipo de audio.
El modo de operar es fácil. "Por ejemplo, en Cuba es frecuente que los
consumidores roben electricidad para pagar menos en la cuenta a fin de
mes. Lo suelen hacer casi todos los dueños de negocios de comida,
herreros o personas que por su contenido de trabajo consumen elevadas
cuotas de energía. O se conectan a la red pública o inventan decenas de
trucos para defraudar al Estado. También lo hace el ciudadano común.
¿Cómo lo aprovecha un inspector para ganar dinero? Simple, detectarlos y
amenazarlos con elevadas multas para que el infractor te proponga un
trato y te ofrezca determinada cantidad de dinero.
Opciones
Otra manera de ganar plata es vendiendo por la izquierda contadores
eléctricos de 220 voltios en 30 o 40 chavitos (pesos convertibles, 30 o
40 dólares al cambio)", confiesa Manuel.
Las coimas por debajo de la mesa y la corrupción rampante se han
convertido en una manera de resolver una entrada extra de dinero para
miles de funcionarios, que supuestamente deben velar por el cumplimiento
de la ley.
"Las 'mordidas' son habituales. A toda hora y todos los niveles. Lo
mismo por parte de un policía de tránsito, un inspector de carretera que
un burócrata del Ministerio del Transporte cuando te legaliza un
documento", cuenta Arsenio, taxista privado. Y añade: "Si en Cuba se
cumpliera la ley y no existiera la salvaje corrupción actual, te aseguro
que rodarían muy pocos almendrones por las calles. La mayoría se ha
remotorizado con piezas que salen por la puerta de atrás de
establecimientos del Estado. Otros son un peligro vial por su mal
estado, pero tu ofreces 200 cuc y los funcionarios que hacen el chequeo
técnico te dan el OK".
La corrupción en la Isla es un estilo de vida. Es muy raro que un
bodeguero o carnicero no le robe al cliente en la pesa, que un
trabajador en un centro de elaboración de alimentos no cargue en su
mochila con varios kilogramos de aceite, queso o jamón, o que un
inspector no se deje sobornar por un usuario cuando es pillado
infringiendo la ley.
Dinero en mano
"Cuba es el país de la siguaraya. Aquí con dinero en mano se puede
conseguir lo que tú quieras. Es más fácil ver a Dios caminando por la
calle que encontrar a un funcionario honesto. Uno de los sectores más
corruptos es el sistema judicial. El entramado de normas, controles y
papeleos generan una corrupción galopante", confiesa un abogado.
Julio Ferrer Tamayo, jurista disidente actualmente encarcelado, lo sabe
mejor que nadie. Con documentos que lo certificaban, hace diez meses
Julio me contaba el entramado corrupto de la Fiscalía en el municipio
Guanabacoa y a nivel nacional, que involucraba incluso al propio Rubén
Remigio Ferro, presidente del Tribunal Supremo Popular.
Pero sus denuncias, en vez de ser investigadas por el Gobierno, fueron
la coartada perfecta para armarle un expediente judicial a Ferrer y su
esposa, la también abogada Marienys Pavo Oñate, y enviar a los dos a
prisión.
"En Cuba un abogado o persona honesta es un estorbo. Y siempre buscan la
manera de 'empapelarte' y joderte. Es muy difícil que en este país, de
una forma u otra, un cubano no infrinja la Ley. Si compras carne de res
o leche en polvo en el mercado negro, que lo hace todo el mundo, te
acusan de cualquier cosa, te aplican determinadas normas y te sancionan.
Por eso la gente opta por sumarse a los entramados de corrupción o virar
la cara hacia otra parte y no darse por enterado", apunta un abogado que
prefirió el anonimato.
"Todo el mundo roba"
Saúl, jefe de almacén de una panadería y miembro del partido comunista,
ha acumulada suficiente experiencia para lidiar con la marea corruptora
que campea en el sector de comercio interior y gastronomía, un auténtico
cartel mafioso.
"Aquí todo el mundo roba o se empapa con dinero mal habido. Desde los
directivos de la empresa hasta un simple panadero. Por eso el sistema
costará mucho trabajo cambiarlo. Son miles las personas que, de una
forma u otra, viven agarradas a la teta de la vaca estatal. En una
democracia eso no pasaría, o fuera más complejo infringir las leyes. Las
autoridades lo saben, y te dejan robar a cambio de compromiso político y
lealtad a la revolución", indica Saúl.
Y es que en Cuba un billete en moneda convertible guardado con
discreción en el bolsillo de un burócrata corrupto, a cambio te permite
certificar diferentes ilegalidades.
Las claves de por qué la autocracia de los hermanos Castro se mantienen
en el poder hace seis décadas, pasan por la corrupción, el robo y el
descontrol de la economía y los servicios a nivel nacional. No lo duden.
Source: La corrupción en Cuba es un estilo de vida | Cuba -
http://www.diariolasamericas.com/america-latina/la-corrupcion-cuba-es-un-estilo-vida-n4114095
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