El medio ambiente cubano tiene voz propia
En la contaminación ambiental el periodismo independiente puede
encontrar un amplio campo para tratar en Cuba
Martes, agosto 9, 2016 | Miguel Saludes
LA HABANA, Cuba.- La contaminación en la bahía habanera y el Golfo de
Batabanó, el agua como recurso vital no renovable, la claria (una
especie acuícola foránea introducida en Cuba), los ríos de Santa Clara,
la recuperación aún no lograda del Almendares, la superpoblación urbana
y la pesca ilegal que enfrenta el río Capellanía en Artemisa, la ley de
medio ambiente del 97 y un pequeño resumen mundial de noticias
ecológicas, son los temas que aparecen en el segundo número de la
publicación digital Naturcuba, el más reciente proyecto de la prensa
independiente cubana, enfocado a los problemas medio ambientales.
Los trabajos firmados por Amarilis Rey, Odelín Alfonso, Carlos Torres,
Margarita Martí, Rogelio Fabio Hurtado, Manuel Aguirre, José Antonio
Fornaris, Osniel Cabrera y Th. Milián, parecen encaminarse a la
solidificación de un propósito que merecedor del mayor respaldo de la
sociedad civil en la Isla, desde la ciudadanía hasta las autoridades del
gobierno. Porque la atención medio ambiental, su salud y conservación,
alcanza el nivel prioritario en estos tiempos que vivimos, donde la
defensa de la naturaleza está profundamente vinculada a la de los
derechos fundamentales del hombre y la consecución solidaria de un mundo
mejor. Una lucha que implica valores soberanos y universales, pues los
resultados de una batalla por la ecología repercuten más allá de las
lindes regionales y fronteras nacionales en que se libra la acción.
Para quienes crean que asumir este reto significa tomar caminos más
placenteros, acomodaticios o lejanos a los riesgos del activismo por los
derechos políticos y libertades de expresión, están lejos de la
realidad. La mirada crítica hacia los peligros que amenazan la
estabilidad del medio ambiente, el cuidado de este y la procura de su
sano desarrollo no están exentos de serios peligros para quienes escogen
este camino arduo.
La denuncia de la contaminación industrial, la explotación descontrolada
de los recursos naturales, la marginación a que son condenadas
poblaciones locales, indígenas y campesinas por inversiones foráneas o
nacionales, la deforestación, el exterminio de animales sea por el
inescrupuloso negocio de la caza ilícita (una lacra que debe ser
considerada tan punible como el resto de los tráficos), procurar
regulaciones que impida estos desmanes o simplemente la indolencia de
una sociedad que no calcula la importancia de cuidar estos bienes , se
traduce en un largo listado de mártires. En el continente
latinoamericano y en otras partes del mundo. No debe olvidarse el
destino de Dian Fossey, la defensora de los gorilas de montaña,
asesinada salvajemente en las selvas de Virunga en 1985 por cazadores
furtivos. La misma suerte corrida más recientemente el biólogo español
Gonzalo Alonso Hernández, destacada voz acusadora contra la depredación
de bosques y fauna en Brasil.
El número de los que han pagado con su vida la defensa medio ambiental
se calcula en centenares. Solamente entre 2002 y 2014 ciento once
activistas fueron asesinados por ese motivo en Honduras. Desde allí
impactó en las noticias el brutal asesinato perpetrado contra Berta
Cáceres el pasado 3 de marzo. La ambientalista había ganado una dura
cruzada contra intereses transnacionales que pretendían montar un
proyecto hidráulico en detrimento del medio ambiente en la zona
selvática poblada por la tribu lenca, quienes sufren por años la
destrucción de su hábitat natural. Pero no todos los esfuerzos reciben
el mismo premio fatal. Este año la campesina peruana Máxima Acuña fue
reconocida en Estados Unidos por su labor ambientalista al impedir la
concreción de un proyecto minero de impacto negativo para varias cuencas
hidrográficas y una zona rica en biodiversidad en el país andino.
Ahora en Cuba se levanta un bastión en la defensa de un derecho esencial
que no puede dejarse a un lado, sobre todo cuando a tierras insulares
comienzan a desembarcar grandes empresas llenas de promesas y
posibilidades económicas, pero también con la idea de obtener ganancias
para las que el medio ambiente y su cuidado significan mucho menos que
las cifras monetarias a las que aspiran obtener con el negocio. Un
camino trillado donde el ecosistema pierde cuando del otro lado de la
balanza se coloca intereses que requieren el sacrificio del primero.
Pero no se trata solo de una lucha contra agresiones empresariales. El
rol de un activismo ecológico se proyecta con igual fuerza sobre la
concientización para establecer proyectos de limpieza de ríos, el
cuidado de las playas y costas ante la urbanización ingente o el turismo
desenfrenado, la reforestación que urge comenzar, el cuidado de la fauna
en peligro de extinción, el control de especies foráneas que afecten a
las autóctonas, la penalización de caza ilícita y furtiva o el respeto
de las leyes protectoras del medio ambiente, son temas en los que el
periodismo independiente puede encontrar un amplio campo para tratar en
Cuba. Naturcuba es solo paso. Un pequeño paso que merece la compañía de
todos los miembros de la sociedad cubana.
Source: El medio ambiente cubano tiene voz propia | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/el-medio-ambiente-cubano-tiene-voz-propia/
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