Visita a las ruinas del porvenir
RAÚL RIVERO
A nueve meses del anuncio del proceso de restablecimiento de relaciones
diplomáticas entres Estados Unidos y Cuba el asunto sigue en las agendas
de los gabinetes de los gobiernos de los principales países del mundo. Y
el anecdotario, las crónicas, las reseñas y las opiniones que genera el
acontecimiento se mantienen en las páginas de los medios de comunicación
más importantes. La dictadura, entretanto, aprovecha para peinarse y
sacar cuentas.
De esa realidad, aparte del júbilo, los reconcomios, las sospechas, las
esperanzas, la frustración, y las desesperación por irse a Miami de
grandes sectores de la población, trasciende una imagen del país,
favorecida por la propaganda, que ha abierto una arista insólita del
turismo y ha puesto de moda visitar las ruinas del socialismo y escuchar
como narran los protagonistas, en primera persona, las aventuras del
fracaso mientras el viajero se bebe un mojito.
Este es uno de los fenómenos más importantes del nuevo panorama de la
actualidad cubana después del 17 de diciembre: el aumento de los viajes
de extranjeros procedentes de Alemania, Francia Inglaterra, Canadá y
Estados Unidos. El otro punto que complementa esa visión y, al mismo
tiempo, demuestra que la esencia del régimen está intacta, tiene que ver
también con un aumento, esta vez el de la represión a los opositores.
En el primer semestre de este año, en plena la antesala del izamiento de
las banderas, viajaron a Cuba dos millones de turistas, entre ellos,
unos 90 mil norteamericanos, el doble de los visitaron la isla en los
seis primeros meses del año pasado.
Así es que, con esos truenos que les suena a música, el Estado Mayor de
los dueños de la isla ha dispuesto que el grupo Gaviota de las Fuerzas
Armadas amplíe, desde ahora hasta el año 2020, de las 24 mil que tiene
hoy a 50 mil las habitaciones de hotel y que se ponga especial atención
en abrir capacidades en La Habana, donde los escombros proponen una
nostalgia que disuelve el polvo y los relatos tienen emocionantes
referencias al esplendor de los años 50.
Desde el mismo despacho castrense se cursó la orden a la policía
política para que intensifique su represión contra la oposición
pacífica, el periodismo independiente y los artistas libres. Se trata de
que ningún aguafiestas con ínfulas de demócrata, ni presos políticos ni
Damas de Blanco, estropeen los paseos de los turistas por los despojos
auténticos del sistema político que se anunció, durante medio siglo,
como el porvenir de libertad y progreso de los cubanos.
Fuerza y disciplina para golpear, encarcelar y acosar, para sacar dinero
por cualquier vía y seguir en el poder ahora mediante directrices del
capitalismo injertadas en una unidad militar.
Source: RAÚL RIVERO: Visita a las ruinas del porvenir | El Nuevo Herald
- http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/article30437928.html
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