Necrología y oposición pacífica
El apoyo a una causa política no se busca donde ya se tiene
incondicionalmente, sino donde hay que conseguirlo para hacerla avanzar
Arnaldo M. Fernández, Broward | 10/08/2015 1:28 pm
For God´s sake, see if you can find some headless bodies
LBJ, 1965
Para justificar por qué invadía República Dominicana, Lyndon B. Johnson
sabía que no bastaba el pretexto de rescatar o proteger a los ciudadanos
americanos ni agitar el trapo de la amenaza roja. Se precisaba algo
horroroso y entonces echó a circular los reportes sobre gente
decapitada. Como esta noticia en seco tampoco causó impacto, Johnson
llamó a su embajador en Santo Domingo, "Tap" Bennett, para ver si, por
amor de Dios, podía encontrar algunos cadáveres sin cabeza.
Algo así tendría que ocurrir en Cuba para que la disidencia pueda
convencer a la opinión pública mundial de que la represión política es
razón suficiente para apretar las clavijas al régimen castrista en vez
de irlas aflojando. Sin embargo, las marchas que dan pábulo a los
domingos de represión van ya por 17 sin lograr ni por asomo su objetivo
pregonado: "Si #TodosMarchamos los domingos, el miedo y la dictadura se
acaban".
Fuera de lugar
Y tal como había previsto el filósofo Emilio Ichikawa, Antonio Rodiles
sanó, recuperó su pasaporte y salió de gira, esta vez con Berta Soler y
Antúnez, para pedir apoyo a la campaña Todos Marchamos en el lugar menos
indicado: Miami, donde cualquier cosa en contra del castrismo se apoya
incondicionalmente, aunque no se pueda dar otro apoyo que subsidiar a
disidentes y armar circos mediáticos. El apoyo a una causa política no
se busca donde ya se tiene incondicionalmente, sino donde hay que
conseguirlo para hacerla avanzar. Ese lugar no es otro que la propia Cuba.
La nueva visita a EEUU de aquellas víctimas de la represión política no
surtirá efecto ni en las marchas opositoras ni en la rutina represiva
del gobierno. Tras la excarcelación masiva en virtud del pacto
Obama-Castro, la liberación de los presos políticos dejó de ser interés
generalizable, esto es: con posibilidad de ganar partidarios más allá de
los incondicionales de siempre.
Otra cosa sería que las marchas abogaran por la ratificación de los
pactos internacionales de derechos humanos, a los cuales el gobierno da
largas después de haberlos firmado, pero Rodiles abandonó este
propósito, que podría discutirse con seriedad en todo foro internacional
y serviría para ganar partidarios mucho mejor que dando vueltas en torno
a confusas listas de presos hasta con casos políticamente insostenibles.
Su desconexión con la realidad es tal que declaró al Jeral no saber aún
si el Secretario de Estado Kerry "va a recibir a la oposición". Por
supuesto que no. Kerry no recibió al exilio el 20 de julio en el
Departamento de Estado y el 14 de agosto consumará simbólicamente en La
Habana una negociación entre gobiernos, donde no caben opositores sin
fuerza política ni siquiera en sus respectivos barrios.
Y Miami ni se conmueve por la denuncia que Rodiles y los demás hicieron
al aterrizar: "Ha aumentado la represión, sobre todo la violencia". Amén
de que los partes semanales de Soler y Ailer González, así como
mensuales del decano de los contadores, Elizardo Sánchez, jamás animarán
a militar por la causa de los presos políticos, la rotura del tabique
nasal y demás secuelas de la brutalidad policial en Cuba no interesan
más allá del sector exiliar de siempre y son pecatta minuta en Miami,
donde la policía no sólo golpea más duro, sino que en lo que va de año mató:
Al esquizofrénico Lavall Hall, de apenas 5'4" de estatura, por salir de
su casa en ropa interior y armado… con un palo de escoba plástica.
Al indigente Fritz Severe, usuario habitual de Gibson Park, de cinco
balazos por blandir un tubo metálico sin oportunidad de golpear a nadie.
Al enfermo mental Máximo Rabasa, por reiteradas descargas de taser
cuando andaba semidesnudo con una navaja sin nadie cerca.
Ni qué decir del contexto nacional. Los estadounidenses están bien
acostumbrados a que su policía mate a personas desarmadas. Según la
investigación del diario The Guardian, estas sumaban 139 de las 665
muertos a manos del orden público registrados al cierre de julio de
2015. Ese mes fue el más letal, con 118 muertos, entre ellos 20
desarmados. Así, las 674 detenciones políticas en Cuba el mismo mes, sin
muertos ni heridos graves, pasan inadvertidas fuera de los círculos
mediáticos de siempre.
Letanía estadística
Desde luego que los muertos a manos de la policía estadounidense no
luchaban por la democracia y los detenidos en Cuba sí. Pero precisamente
si luchan por la democracia tienen que buscar el apoyo del pueblo cubano
antes que del exterior, porque la clave democrática radica en que la
mayoría desorganizada, políticamente indiferente o inerte, es el árbitro
de la contienda entre las minorías organizadas y políticamente activas
del gobierno y de la oposición. El penúltimo embullo disidente no marca
ese compás.
Soler larga cada semana un informe sobre la represión, que siempre narra
la misma historia de damas (hasta 30) y activistas (hasta 25) arrestados
antes de arrancar la marcha dominguera, a la cual asisten como máximo
unas 170 damas y 40 activistas, de los cuales son detenidos más o menos
50 y 35, respectivamente.
Aquellas van a dar en guagua a "un centro de detención y tortura en
Tarará", mientras estos paran en el vivac. A la postre todos son
liberados sin cargos, pero si Soler o su esposo, el ex preso político
Ángel Moya, no saben dónde está detenido alguien, reportan
"desaparecido", como si este y aquel jueguito lingüístico con Tarará
corrigieran la miopía política de exponerse a la represión por una causa
que no convoca ni a 250 personas.
Las marchas ni siquiera tienen arrastre en Internet. A la semana de
principiar, el informe semanal de Soler tuvo 303 visitas y enseguida
bajaron a 244. En lo adelante no pasaron de 200 y el 26 de julio sumaron
56. En Facebook, Todos Marchamos acumula 240 pages likes y en Twitter
Ailer González tiene menos de 3,000 seguidores.
Coda
Todas estas cifras pueden inflarse o desinflarse a gusto sin que
influyan para nada en un hacer que viene reciclándose con la misma gente
de siempre, buscando apoyo en los mismos lugares de siempre y corriendo
la misma suerte de siempre: armar bulla sin llegar a nada ni ganar
prosélitos, porque no refleja intereses generalizables del pueblo y, por
tanto, son cualquier cosa menos acción política cuerda.
Si la premisa del opositor dentro del Estado totalitario es ser víctima
de la represión política, pero no aparecen cadáveres sin cabeza,
entonces hay que arrostrar esa represión con y por algo sensato que
llegue a los demás dentro de Cuba, en vez de que salgan a pasear fuera
cadáveres políticos sin enterrar.
Source: Necrología y oposición pacífica - Artículos - Opinión - Cuba
Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/necrologia-y-oposicion-pacifica-323386
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario