Mi escuelita sigue igualita
JORGE ENRIQUE RODRÍGUEZ | La Habana | 28 Ago 2015 - 11:26 am.
Padres y maestros se quejan de la reventa de uniformes, la falta de
docentes y libros de texto y el mal estado constructivo de muchos centros.
La afirmación del Ministerio de Educación (MINED) de que "el curso
escolar 2015-2016 estará totalmente listo para comenzar el venidero 1 de
septiembre, cuando todos los recursos se encuentren en las escuelas", ha
sido recibida con escepticismo entre padres y profesores.
Opiniones de familiares, maestros y algunos funcionarios contrastan con
el "entusiasmo que ha caracterizado a las reuniones de trabajo del MINED
con sus representantes territoriales", donde problemáticas de cursos
anteriores, como el descenso del rendimiento académico, "no formaron
parte de las discusiones y estrategias de trabajo", alerta la directora
de una secundaria básica en Boyeros.
Reventa de uniformes
El tema de los uniformes escolares solo se aborda por las autoridades
del MINED y los medios de prensa oficiales desde una arista: la
obligación de cumplir las normas para el uso correcto del mismo.
Sin embargo, apenas existen referencias que reconozcan el creciente
fenómeno de reventa. Mientras el Estado concede cada año un bono para
adquirir un solo uniforme, en el mercado clandestino las prendas que
componen el atuendo escolar, sea camisas, blusas, pantalones o sayas,
cuestan 50 pesos cada una.
"La reventa sigue en auge, año tras año, y sobre ese tema el Granma no
dice ni jota", critica Zurelys Suárez. "Mi niña va para séptimo grado;
en la tienda tuve suerte de encontrar una saya que se acercara a su
talla, pero no así con la blusita. Sin embargo en la calle encuentras de
todo y de todas las medidas. Al final tuve que comprar las cinco blusas
por la izquierda".
A pesar de que el Gobierno dice que la empresa de confecciones Yamarex,
equipada con tecnología china, garantiza la producción de uniformes
escolares, la realidad es otra.
Como explica una trabajadora de las tiendas habilitadas para la venta,
"los uniformes se distribuyen desde mayo, pero las tallas pequeñas o
medianas se agotan en una o dos semanas porque llegan muy pocas".
"Yo no logro entender por qué las fábricas producen, por ejemplo,
pantalones de talla 40 o camisas talla L para adolescentes. Esas son
medidas para un hombre adulto y muy corpulento", señala.
"Este año los municipios más afectados fueron 10 de Octubre, Arroyo y
Boyeros, pero todos los años es el mismo problema. Lo peor es que somos
nosotras las que tenemos que soportar los comentarios de la gente, que
nos culpa de ser parte del negocio de reventas", se queja.
Contado maestros
La disponibilidad de maestros es otro punto de preocupación. El Gobierno
dice que "las graduaciones de las escuelas pedagógicas y de las
facultades y universidades de esas especialidades no satisfacen la
demanda" y recomienda, para superar la crisis, que "la escuela se abra
más a la comunidad".
"Se insiste en que la familia se involucre con los niños en su vida
escolar, y es cierto que debe ser así, pero no podemos asumir el papel
de maestros", opina Gladys Santisteban. "No todos los padres y abuelos
tenemos capacidad de ayudar a solucionar las dudas de nuestros hijos en
materias determinadas", agrega su esposo. "Hay que delimitar bien las
responsabilidades en eso que llaman 'formar un ser social integral'".
Una funcionaria de la Dirección Municipal de Plaza, con 30 años de
experiencia docente, ejemplifica una realidad común.
"Mi nieta me preguntaba hace poco qué futuro tiene ser maestra. No
existe una respuesta convincente para los jóvenes, al menos en los
tiempos que corren", dice.
"El Estado tiene que plantearse varias interrogantes: ¿cuáles serían las
perspectivas de superación después de graduados?, ¿podrían acceder a una
maestría o posgrado en universidades extranjeras?, ¿sus salarios están
acordes, no solo a su oficio sino también como jóvenes, en una sociedad
que se abre vertiginosamente al consumismo? El caso de los graduados en
Cultura Física es ilustrativo: antes de ser maestros de Educación física
prefieren sacar una licencia e impartir clases en gimnasios particulares
que proliferan por toda la ciudad", advierte.
También faltarán libros
El MINED dijo que provincias como Holguín, Matanzas y La Habana se
comprometieron "a redoblar esfuerzos para completar a tiempo los
elementos que conforman la base material de estudio", mientras que
"cerca de 43 títulos llegarán a las escuelas después del comienzo del
curso, debido a atrasos en sus programas de publicación".
"Todos los años aluden a la misma justificación con los libros", dice el
ingeniero el ingeniero Bárbaro Aliaga. "Pero no se atreven a decir
cuáles son las causas de estos atrasos ni cuáles las consecuencias que,
curso tras curso, provoca la falta de textos".
En el curso escolar anterior libros o cuadernos de asignaturas como
Educación Laboral, Matemáticas y Geografía nunca llegaron a las aulas.
"Cuando alumnos y maestros no tienen los textos requeridos no puede
hablarse de calidad en las clases ni de rendimiento académico", señala
una metodóloga de la Dirección Municipal del Cerro.
"Un buen maestro, además de vocación, debe estar respaldado por los
materiales de estudio. A nadie se le ocurriría pensar en un buen
cirujano sin sus instrumentales. Es triste reconocer, al menos para mí,
que al no existir un mercado negro para los libros y cuadernos escolares
el nuevo curso augura el decrecimiento en los índices de evaluación y en
el componente educativo, además de otro calvario para la docencia", añade.
Mal estado constructivo
Otro de los temas que "no ocuparon espacio en los anuncios" del MINED
para el nuevo curso es "el estado constructivo de los centros
escolares". Las referencias solo incluyeron "salideros y enyerbamientos
que representan la proliferación de vectores […] la higiene en la
elaboración de los alimentos y la necesidad de que los alumnos
incorporen a sus rutinas escolares el hábito de lavarse las manos".
En recorrido por varios municipios de la periferia habanera se pudo
comprobar que muy pocos centros con deterioro en sus estructuras han
recibido el mantenimiento requerido, fundamentalmente en sus
instalaciones hidrosanitarias. Funcionarios de la Dirección de
Mantenimiento e Inversiones del MINED se abstuvieron de dar
declaraciones al respecto.
"Esto recaerá, como siempre, en nuestros bolsillos", lamenta Eric
Tamayo. "Esa insistencia en la 'ayuda de la familia', se traduce en que
tenemos que recolectar fondos y además servir como mano de obra para
estas reparaciones. Es penoso ver cómo se destinan recursos a maquillar
las calles y las fachadas por la visita del Papa, mientras muchas
escuelas en los barrios seguirán como el cuartico… igualitas".
Útiles que también componen la "base material de estudio y vida" en
ocasiones tienen precios excesivos en las tiendas en divisas. Mochilas,
merenderos, botes de agua… todo un conjunto que llega a exceder hasta
tres veces un salario promedio. A ello se suma la tradicional colecta de
los familiares para comprar ventiladores que para las calurosas aulas.
"Ahora también tenemos que incluir en los gastos jabón y toallitas", se
queja Elizabeth Méndez. "No veo mal ayudar con las condiciones de
higiene, pero a la escuela hay que ir con zapatos y medias, y los
precios en las tiendas son de primer mundo. Me parece que va siendo hora
de que aclaren en qué consiste la ayuda de la familia. Espero que junto
a la incorporación de las 2.400 computadoras, también lleguen impresoras
para los trabajos prácticos y profesores que impartan las clases de
computación".
Quedan pocos días para el inicio del curso escolar 2015-2016. Nada
indica que esta vez puedan revertirse la mayor parte de las
problemáticas y los índices en descenso del período anterior.
Source: Mi escuelita sigue igualita | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1440607518_16558.html
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