Diáspora y arqueología… ¡con Exilio incluido!
ILEANA FUENTES | Miami | 8 Ago 2015 - 8:58 am.
Cuba, con su régimen censor y dictatorial, es hoy socio diplomático y
político de EEUU. ¿Qué significa esto para la cultura cubana en el exilio?
En reciente entrevista a Orlando González Esteva publicada en este
diario, el poeta se lamenta de la eventual desaparición del Miami cubano
sinónimo de exilio original. Sin permiso de González Esteva, sustituiré
"Miami" con "Exilio".
Dice Esteva: "El día en que desaparezcamos los que aún tenemos memoria…
nada quedará, y ya son más los que ignoran que los que recuerdan, y más
los indiferentes que los que, por razones obvias, no podemos dar la
espalda a ese Exilio fantasma alque no tardaremos en incorporarnos".
Y agrega: "Cada una de esas desbandadas o infiltraciones de compatriotas
nuestros, expuestas a formaciones y circunstancias diversas, cada vez
más enconadas contra el país natal por la debacle en la que vieron
naufragar su niñez, su adolescencia y buena parte de su juventud, se ha
creído capaz de rehacer al Exilio,de rectificarlo, porque el Exilio
anterior a ellas se les ha antojado insuficiente o deleznable... Quienes
llegaron en los años 80 dieron por sentado que el Exilio era un sitio
inculto y se propusieron cultivarlo… nada queda de aquel propósito a no
ser el recuerdo, también evanescente, de su presunción y su buena voluntad…"
Esta es una descripción que se acerca bastante a lo que en un principio
fue la generación que se nombraría a sí misma "Generación Mariel", que
en su desconocimiento de lo acontecido en exilio entre 1960 y 1980,
creyó ser la primera en aportar cultura a la comunidad del destierro que
le recibió. La censura y la alteración de la historia pre-1959 por parte
de las instituciones culturales y docentes del régimen borraron la
cronología de un siglo de vida cultural. Los que se quedaron en Cuba no
se enteraron de lo acontecido previamente en la patria. Desde las
oficinas de Educación y Cultura, de Patrimonio Nacional, de Bienes
Culturales, y de cuanto oficialista censor tuvo potestad para hacerlo se
reubicó en el anonimato a cientos de creadores que en esos 20 años
pre-Mariel partieron desafectos al extranjero.
El que algunos miembros de la Generación Mariel creyeran ser "la última
Coca-Cola del desierto" y la primera Cuba-Cola de Miami, sembró un leve
resentimiento entre los cientos de artistas y escritores que ya iban por
su vigésimo año de desarraigo. Por suerte, ni la ignorancia, ni el
resentimiento, ni el ninguneo duraron mucho tiempo. En pocos años los
nuevos y los viejos armaron una más fuerte y más amplia cofradía de
creadores exiliados. Prueba del aprendizaje y reconocimiento
simultáneos se palpa en lo que fue la revista Mariel, que resaltó a los
predecesores en sus páginas.
No obstante, el que muchos se sintieran ignorados por los recién
llegados y el deseo de sanar las heridas de ese sufrir, fue lo que
inspiró el proyecto Outside Cuba/Fuera de Cuba iniciado en la
Universidad de Rutgers, Nueva Jersey, en 1984, y el de Cuba USA: The
First Generation patrocinado por Fondo del Sol en 1988, en Washington
DC. Y no sería un error decir que la exposición The Miami Generation de
1984-85 también haya resultado del impacto Mariel.
González Esteva se refiere en su entrevista a una visita realizada a
Tampa, que fuera ciudad cubana en una época, y otra a Cayo Hueso, que
fuera exilio cubano en el siglo XIX, y nos advierte que no halló ni
rastro de aquella gloria:"No encontré más que desolación: ni los restos,
insignificantes, justificaban la visita".
En este texto me propongo contagiar de optimismo a mi amigo Orlando
González Esteva. Pero antes, veamos que ha estado pasando en los últimos
siete meses desde el anuncio, el 17 de diciembre 2014, de la renovación
de las relaciones entre EEUU y Cuba, con tirano incluido. No hay duda
de que la cápsula "exilio" parece estar disolviéndose. La cubierta
protectora —la distancia al menos formal de la oficialidad cubana— se
fue a bolina. Cuba, con su régimen censor y dictatorial, es hoy socio
diplomático y político de EEUU. El país que nos acogió con el presidente
Eisenhower aúun en la Casa Blanca en 1960 no es el mismo de hoy. Esa es
una píldora difícil de tragar, sobre todo para los que llevamos medio
siglo "al norte del infierno", para citar al escritor —también de
Mariel— Miguel Correa.
En el campo cultural, mucho ha pasado desde el 17 de diciembre de 2014.
Citemos algunos detalles:
1. Tania Bruguera, artista cubano-americana, fue detenida, a fines de
diciembre, mandada a callar mediante la Ley Mordaza, y su performance
censurado.
2. Se lleva a cabo la 12ma Bienal de La Habana, llamada ya "la Bienal
del deshielo".
3. Vemos la presencia de artistas del exilio en ella, artistas que
salieron huyendo de Cuba por la censura y la falta de libertad de
creación, y que ahora intentan maximizar espacios alternativos no antes
permisibles en la Isla.
4. Abelardo Mena, excurador del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) y
consultor de la Colección Farber en Miami, funda RM Estudios como
"empresa de servicios de consultoría de arte para coleccionistas
privados y corporativos".
5. Llegan a La Habana-que-se-deshiela, coleccionistas de arte como el
multimillonario filántropo latino-miamense Jorge Pérez, para, entre
otras razones, comprar obras a los artistas de Cuba.
6. Anuncia el Bronx Art Museum, en Nueva York, un intercambio de
exposiciones con el MNBA para 2016-17. O sea, parte de la colección del
Bronx viajará a La Habana, y parte de la colección de La Habana viajará
al Bronx.
7. Se divulga la noticia en Miami del regreso de Los Van Van a EEUU, en
gira por el país.
8. Se publica el anuncio (por mencionar solamente uno) de Pan American
Art Projects —que representa en Miami a importantes artistas cubanos
exiliados— de sus cuatro próximas excursiones este año a Cuba, y cito en
inglés: "Join us for our art tours of Cuba. Take advantage of our
Gallery's twenty- plus years of working with artists from Cuba with
intimate studio visits and private museum tours in Havana".
(Puedo equivocarme, pero no recuerdo que el Pan American Art Projects
haya organizado visitas íntimas a los estudios de artistas cubanos
exiliados —Cruz Azaceta, Carlos Estévez y Gustavo Acosta, para mencionar
solamente a tres de los que PAAP exhibe periódicamente en su galería de
Wynwood. ¿Eso de ser "from Cuba" quiere decir "ser de, y vivir en, la
Isla"? ¿Es que ser "from Cuba" excluye a quienes viven en lo que
llamamos "el exilio"?)
No voy a mencionar las propuestas de proyectos de intercambio y visitas
de investigación en las otras disciplinas, o sea, en literatura, cine,
teatro, música, porque son muchas. Estos programas existen desde hace
años, e incluyen el campo académico totalmente dentro de la ley
norteamericana que protege dichas colaboraciones culturales.
Creo que todo eso es positivo. Es válida la noción de que la cultura
cubana es una. Pero lo que no puede obviarse es el hecho de que la
cultura cubana no habla un solo idioma, ni se plantea en un solo
discurso, ni se manifiesta en un solo escenario, ni se rige por una
autoridad específica, ni tiene una historia única.
Creo justo decir que el derecho —apoyado en la oficialidad del país
Cuba— de lo insular a existir y hacerse presente termina donde comienza
el derecho —sin ningún apoyo oficial de ningún país— de lo extrainsular
a existir y manifestarse. Y la cultura toda tiene además derecho y
necesidad de preservarse. Eso quiere decir Isla y Exilio. Relaciones o
no relaciones. Embajadas o no embajadas. Deshielo o no-deshielo.
Si se le preguntásemos a cualquier cubano si sabe quién es Enrique
Ubieta, además de Celia Cruz, Lydia Cabrera, Reinaldo Arenas, Olga
Guillot, Heberto Padilla, y La Lupe, ¿sabría decirnos que Enrique Ubieta
fue un destacado compositor clásico que falleció en junio de 2015 en
Nueva York?
¿Sabría ese cubano quién fue el holguinero Gilberto Zaldívar? ¿La
guantanamera Zenaida Manfugás? ¿Los habaneros René Ariza, Agustín
Fernández, Ernesto Tamayo, Giulio Blanc y Roberto Estopiñan? ¿El
artemiseño Manuel Martín? ¿Los villareños Gina Pellón y Rolando
Laserie? ¿Los matanceros Rafael Soriano y Roberto Valero? ¿Los
camagüeyanos Severo Sarduy, Juan González, Juan Boza y Emilio Sánchez?
¿El pinareño José Fajardo? ¿Los santiagueros Daniel Serra-Badué y Pura
del Prado?
Habría que preguntarle a ese cubano si conoce a los plásticos Cundo
Bermúdez, Antonia Eiriz, José Mijares, Rolando López Dirube, Mario
Carreño, Ana Mendieta, Gustavo Ojeda, Nelson Franco, Jesse de los Ríos,
Fernando García, Carlos Maciá, Guido Llinás, Hugo Consuegra, Carlos
Alfonzo, Roberto García York, Julio Herrera Zapata, Jorge Camacho, Jorge
Hernández Porto, Alfredo Lozano, Fernando Luis Domínguez, Eduardo
Michaelsen, Adolfo Sánchez, Jaime Bellechasse, Jesse A. Fernández,
Ernesto Briel, Miguel Cubiles, Julio Hernández Rojo, Jorge Pérez
Castaño, Tony López, Juan José Sicre, Enrique Riverón, Osvaldo
Gutiérrez, Juan Tapia Ruano, Domingo Poublé, Manuel Rodulfo Tardo,
Rolando Gutiérrez, Sergio López Mesa, Tomás Oliva, José Ignacio
Bermúdez, Juan Nickford, José Luis Díaz de Villegas, y Juan Sorzano.
¿Conocerá a los escritores Guillermo Cabrera Infante, Lino Novás Calvo,
Reinaldo Bragado Bretaña, Carlos Victoria, Gladys Zaldívar, Concepción
Alzola, Carlos Montenegro, Gastón Baquero, Hilda Perera, Jesús Díaz,
Eliseo Alberto, Antonio Benítez Rojo, Enrique Labrador Ruiz, Leví
Marrero, Ramón Ferreira, Esteban Luis Cárdenas, Guillermo Rosales,
Miguel Angel Loredo, OFM, Alina Hernández, Israel Rodríguez, Carlos
Franqui, José Corrales, Pablo LeRiverend, Juan Arcocha, Manuel Moreno
Fraginals, Lorenzo García Vega y Justo Rodríguez Santos?
¿Habrá oído hablar de los teatristas Miguel Ponce, Raimundo Hidalgo
Gato, Juan Guerra, Manolito Martínez, Heberto Dumé, René Ariza, Dolores
Prida, Hilda Lee, Manolo Tourón, René R. Alomٌá, Miriam Acevedo, Emma
Vilvas, Mario Peña, Clara Hernández, Luis Avila, Elizabeth Peña y
Wilfredo A. Zagal?
Estos creadores, todos, vivieron, triunfaron, dejaron huella y
fallecieron en Exilio. Tenemos los artistas del destierro nuestro propio
cementerio, y una lista de espera, en todas las disciplinas de la
creación y del saber, inimaginable. Pero, morir no es el problema.
Todos vamos a morir. ¡El problema, como señaló el filósofo francés
Michel Foucault, es qué hacemos ante "la orden a desaparecer!
Desaparecer o no desaparecer: ¡esa es la cuestión! Esa es la disyuntiva
y el reto que tenemos por delante los cientos y cientos de los que aún
estamos vivos, y de los que están por seguir nuestros pasos: los
artistas y humanistas, los scholars, los profesionales y directores de
la cultura en este Exilio de medio siglo: no desaparecer…
El reto es seguir, perseverar, existir, contar, testimoniar,
protagonizar. El reto es escribir-nos, documentar-nos, ubicar-nos,
recordar-nos, dejar-nos cual huella arqueológica en la narrativa de las
artes y la cultura cubanas de los siglos XX y XXI. Desde estas líneas
le envío un poco de ánimo a mi amigo González Esteva.
En 1988, como parte del proyecto Outside Cuba/Fuera de Cuba, se organizó
en la Universidad de Rutgers la primera conferencia internacional de
literatura cubana de exilio, a la que dimos por nombre "Desde el Niágara
hasta el Mariel". O sea, desde Heredia hasta Arenas… Desde Villaverde
hasta Montenegro… Desde la Avellaneda hasta la Chaviano.
No puede hablarse de literatura cubana sin la literatura escrita desde
los diversos exilios, desde principio del siglo XIX hasta el presente.
Lo mismo podríamos decir al menos de las artes plásticas. No hay relato
exacto, universal o completo de la cultura cubana, sin la cultura hecha
y creada desde el exilio.
Entonces, la respuesta está clara: nos toca a cada uno de nosotros
grabar en la historia el quehacer individual y el colectivo de nuestra
parte de esa historia. El recién fundado Festival Vista es ejemplo de
ello. La Cuban Heritage Collection de la Universidad de Miami es ejemplo
de ello. Los diversos proyectos editoriales son ejemplo de ello. El
Centro Cultural Cubano de Nueva York es ejemplo de ello. Los diversos
grupos de teatro, las revistas y diarios digitales son ejemplo de ello.
El Museo de la Diáspora Cubana —el Cuban Museum— desde donde se están
poniendo grandes esfuerzos para garantizar esa permanencia colectiva,
promete ser ejemplo de ello.
Hay que ponerse las pilas para que no nos falten las energías, ni nos
puedan convencer de que, por haber conformado un exilio de más de medio
siglo, ya no importamos, de que somos irrelevantes, de que somos parte
del pasado. No, rotundamente no. El pueblo de Cuba —no solo sus
artistas— se ha abierto paso y se ha establecido en más de un centenar
de países del planeta. Cuando se dice "cubanos por el mundo" se habla en
serio. Somos el pasado, somos el presente, y somos el futuro. Somos
parte de un Todo en el que estamos obligados a continuar creando,
escribiendo, viviendo, produciendo y reproduciéndonos, y además
acumulando y engrandeciendo la historia.
Al decir del curador y art scholar Jesús Rosado Arredondo, también mi
amigo y colega, lo cubano se ha desbordado de sus límites geográficos y
ha inundado el planeta. "Cubanos por el mundo". Yo afirmo que lo cubano
seguirá siendo célebre y prolífica inundación… con Exilio incluido.
Este texto fue leído en el Festival Vista del Arte y la Literatura
Independiente de Miami, en el panel "La cultura exiliada tras el
restablecimiento de relaciones Cuba-Estados Unidos".
Source: Diáspora y arqueología… ¡con Exilio incluido! | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cultura/1438983712_16208.html
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