Del Socialismo Utópico a las dictaduras políticas
¿Acaso el socialismo cubano o el soviético tienen algo que ver con las
ideas que expusieron los Utópicos franceses y con los planteamientos de
los Hegelianos Jóvenes Progresistas?
martes, agosto 25, 2015 | Alberto Roteta Dorado
QUITO, Ecuador.- El socialismo ha sido definido como un sistema
económico y social, cuyo fundamento principal está determinado por el
hecho de que los medios de producción sean parte del patrimonio
colectivo y sea el mismo pueblo quien los administre. Teóricamente
resulta una idea válida, por cuanto, los propios administradores de los
bienes resultarían beneficiados con los elementos patrimoniales que
estarían en su posesión. Otras definiciones se refieren al socialismo no
como sistema, sino como doctrina política y a su vez económica. Todas
coinciden en que la propiedad y la administración de los medios de
producción es por parte de las clases trabajadoras, así como lograr una
organización de la sociedad en la cual exista igualdad política, social
y económica de todos, propuestas muy distantes de lo que caracterizó a
aquellos países que se proclamaron socialistas en la Europa oriental y a
los que aún dicen serlo, aunque no quede vestigio alguno de las nobles
ideas que teorizaron algunos de sus principales defensores.
A pesar del aparente auge de dicho sistema político durante parte del
siglo XX, y de los aportes teóricos de los pensadores alemanes Carlos
Marx y Federico Engels, su origen y definiciones se remontan a la
antigüedad. El término y las descripciones de igualdad, jornadas
laborales justas, superación, repartición equitativa y otras
características propuestas por los teóricos contemporáneos defensores
del socialismo, lo encontramos en el humanista e intelectual inglés
Tomás Moro (1478-1535) y sus ideas expuestas en la obra "Utopía". El
término es utilizado por primera vez en esta obra, significa lugar que
no existe, pero la idea de Moro no fue precisamente la no existencia,
sino lo inalcanzable o irrealizable. Pudo predecir la imposibilidad de
llevar a efecto lo que teóricamente sería un paraíso, lo que a
posteriori Marx no fue capaz de vislumbrar, por cuanto, "anduvo de
prisa, y un tanto en la sombra", y en nuestros días se sigue intentando
establecer bajo el ropaje de socialismo del siglo XXI, a pesar del
conocido fracaso de los países de Europa y del estado de deterioro
económico, político, social y moral de Cuba.
El término Socialismo Utópico fue manejado desde el siglo diecinueve por
Louis Blanqui (1805-1881), aunque alcanzó notoriedad con los aportes de
Marx y Engels en su "Manifiesto Comunista", los que criticaron a los
socialistas utópicos por ser "idealistas" e "ingenuos", a pesar de haber
previsto que la doctrina socialista era algo irrealizable que quedaría
como idea. Marx (1818-1883) afirma que el estado es una herramienta que
utiliza la clase burguesa para poder dominar al proletariado. La clase
oprimida debe tomar el control del estado, lo que llamó "dictadura del
proletariado", y hacer uso del mismo para eliminar las clases sociales.
En el siglo XIX José Martí, un cubano ejemplar, que supo situarse al
lado de los desposeídos, capaz de admirar a Marx, pero al propio tiempo
señalar con sutileza su lado débil, y que si supo teóricamente lo que
era el socialismo, a pesar de las versiones acerca de un posible
desconocimiento del Apóstol sobre dicho sistema, en su análisis sobre el
texto de Spencer dedicado al socialismo, dijo: "en ese sistema
socialista dominaría la comunidad al hombre, que a la comunidad
entregaría todo su trabajo".
Con la instauración de un nuevo sistema político en Rusia, devenida en
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, comenzó un período crucial
de la historia. El establecimiento de la "dictadura del proletariado",
así como el intento de aplicar en el plano social y económico las ideas
de Marx en sus doctrinas, fueron solo los inicios de lo que llegaría a
ser uno de los más terribles sistemas de la historia, en el cual el
hombre "de ser siervo de sí mismo, pasaría (…) a ser siervo del estado".
Con el tiempo los ideales de Moro, Cabet, Blanqui Saint-Simón, Fourier,
Sismundi, Owen y Marx solo quedaron en teoría. Se convirtieron en una de
las grandes potencias del mundo y se implicaron en guerras, acciones
genocidas y en planes de armas nucleares. Exportaron sus aparentes
logros bajo la retórica de una fingida igualdad y de una sociedad sin
clases. Las economías colapsaron y de una manera quasi increíble
desapareció el campo socialista de Europa.
En 1961 el líder de la revolución cubana, Dr. F. Castro, declaró el
carácter socialista de dicha revolución. La secuencia de acontecimientos
ocurridos en la isla de los Castro es conocida por muchos que se han
dedicado a difundir los horrores de una de las dictaduras más crueles de
la historia. Solo recordemos que en los tiempos iniciales asesinaron a
centenares de seres por el solo hecho de pensar diferente a ellos,
nacionalizaron las empresas, se apropiaron de los bienes individuales,
intentaron eliminar la religión y la filosofía, al igual que sus amigos
soviets se involucraron en el tráfico de armamentos, asesoramiento para
las luchas de guerrillas en América y en las guerras de países
africanos, establecieron un partido comunista único reconocido
oficialmente y se apropiaron de los medios de comunicación, los que
pasarían a ser órganos oficiales del régimen. Las persecuciones a
aquellos que se diferenciaran de lo establecido como patrones por el
nuevo orden se convirtieron en algo común. Ellos tienen el control de
todo y de todos y conocen lo que piensa y lo que dice cada cual, para
esto han involucrado a centenares de personas simpatizantes del
comunismo, ya sea de forma oficial o a través de organizaciones
populistas o de informantes encubiertos.
¿Acaso este socialismo de la isla caribeña o el que se desarrolló y
desmoronó en los países europeos y en la URSS tiene algo que ver con las
ideas que expusieron los Utópicos franceses y con los planteamientos de
los Hegelianos Jóvenes Progresistas? La historia ha demostrado que no
toda idea, por noble y buena que pueda parecer, encuentra éxito en su
realización como acto.
Los cambios que necesariamente tendrán lugar en Cuba no van a devolver a
los miles de cubanos que fueron asesinados por el régimen o que murieron
en las guerras de África, no podrán reunificar a las miles de familias
divididas, no cambiarán la imagen estereotipada que se tiene en el mundo
del cubano promedio, por cuanto, el "hombre nuevo" promulgado por el
"caballero ya inmóvil y andante" es vulgar, sin clase, sin cultura, sin
principios, y capaz de involucrarse por sobrevivir en los más atroces
males. Resulta necesario que los opresores del régimen reconozcan que ya
su tiempo pasó, que nadie cree en ellos, que están desacreditados ante
el mundo y que una apertura a través del diálogo resulta urgente.
Source: Del Socialismo Utópico a las dictaduras políticas | Cubanet -
https://www.cubanet.org/colaboradores/del-socialismo-utopico-a-las-dictaduras-politicas/
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario