Declaración de la Mesa de Unidad de Acción Democrática
La Habana | Agosto 10, 2015
El proceso de restablecimiento de la relaciones diplomáticas entre los
EE UU y Cuba, anunciado al mundo el 17 de diciembre de 2014, toca a su
fin. Lo marcan tres hitos fundamentales: el encuentro histórico entre el
presidente electo Barack Obama y el presidente designado Raúl Castro en
la séptima Cumbre de las Américas en Panamá, la inauguración formal de
la Embajada cubana en Washington el pasado 20 de julio y su culminación
el próximo 14 de agosto con la apertura de la embajada estadounidense en
La Habana. Tres acontecimientos históricos para un proceso crítico.
Una Guerra Fría ha terminado así en nuestro hemisferio pero de un modo
controversial. No solo por las discusiones que ha motivado sino por los
desafíos pendientes para la nación y sociedad cubanas, donde aún no se
respetan los derechos fundamentales del hombre, consagrados en la carta
internacional de los derechos humanos, y donde la posibilidad de los
ciudadanos de decidir libremente su opción política es criminalizada.
La Mesa de Unidad de Acción Democrática (MUAD) es una concertación
política que nace desde la pluralidad de ideologías y asume la tensión,
las distintas visiones y las posiciones de sus diversos debates y se
concentra en los desafíos acumulados y en los desafíos que vienen, no en
los desafíos resueltos.
Con esta perspectiva la MUAD se abre con el fin de trabajar en un nuevo
contexto en el que el diálogo y la diplomacia se revelan como las
herramientas por excelencia para la resolución pacífica y civilizada de
los conflictos.
Cuba tiene hoy serias carencias que generan conflictos. Ellas exigen una
reforma política y cívica que devuelva el país a los ciudadanos: la
liberación incondicional de los presos injustamente encarcelados, que
incluya a los presos políticos y de conciencia; una reforma migratoria
que elimine los obstáculos para el libre movimiento de los cubanos, y
que permita a los compatriotas en la diáspora entrar, residir y salir
libremente del país sin condicionamiento de tipo alguno; una reforma
económica que dé a los cubanos donde quiera que estén plenos derechos de
propiedad y de inversión, eliminando los privilegios que favorecen a los
extranjeros, a la cúpula en el poder y a sus familiares, además de la
promoción y el respeto de los derechos humanos y las libertades
fundamentales, garantizadas por un estado democrático de derecho en el
que se respete la ley.
La MUAD exige de este modo la ratificación e implementación de los
Pactos de Derechos Civiles y Políticos y del Pacto de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, firmados en el 2008 por el Gobierno
cubano y reclamados por todos los actores de la sociedad; defiende la
reforma al código penal cubano; apoya los reclamos y las propuestas para
una nueva ley de medios, de libertad de expresión, de manifestación y
contra los delitos de odio; respalda el llamado a un Diálogo Nacional
entre todos los cubanos y cubanas, junto a la demanda de Ley de Amnistía
para los prisioneros políticos, planteadas específicamente y en su caso
por plataformas como Espacio Abierto de la Sociedad Civil Cubana y el
Foro por los Derechos y Libertades.
La MUAD impulsa además, como líneas estratégicas de acción política, el
proyecto Otro 18, que recoge las propuestas ciudadanas para nuevas leyes
electorales, de asociaciones y de partidos políticos; la demanda de un
sistema electoral democrático presentada por la iniciativa Urna
Transparente del Foro Anti totalitario Unido y la realización de un
plebiscito, proposición de la plataforma Cuba Decide, que permita
definir, desde la ciudadanía, la legitimidad de los procesos políticos
en Cuba.
Insistir, como hace el Gobierno de Cuba, en la lógica de la
confrontación como método de exclusión y avasallamiento político es un
atentado para la paz y la concordia que la nación cubana ansía. El
actual proceso de normalización diplomática entre naciones vecinas y
hasta ayer enemigas está en sintonía con el diálogo político que se
promueve desde la sociedad cubana y la Unión Europea, y en consonancia
con el acercamiento que impulsa la región latinoamericana y caribeña.
Los cubanos tenemos y queremos comenzar nuestro proceso de
normalización: la normalización democrática de nuestro país. A partir de
estas nuevas realidades, la movilización por la democracia en Cuba se
enfrenta a nuevos retos.
El futuro depende de la voluntad política de todos los cubanos,
incluyendo a los miembros del Gobierno. El desafío político está abierto.
La Habana, 10 de agosto de 2015
Source: Declaración de la Mesa de Unidad de Acción Democrática -
http://www.14ymedio.com/nacional/Declaracion-Mesa-Unidad-Accion-Democratica_0_1831616839.html
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