De papelazos y paquetazos
Imagino que los calificativos que use el Comandante para referirse al
premier griego sean mucho menos conmiserativos que los de su
pacientísimo entrevistador Ignacio Ramonet
martes, agosto 11, 2015 | Luis Cino Álvarez
LA HABANA, Cuba – Lleno de entusiasmo antiliberal, Fidel Castro se apuró
demasiado en felicitar al premier griego Alexis Tsipras por la victoria
en el referéndum del "no" a las políticas de austeridad.
El gobierno de Tsipras, a pesar de haber pedido a los griegos que
votasen por el "no", tuvo que aceptar las condiciones de los acreedores
y ya está en la fase final de las negociaciones para un tercer rescate
financiero.
Tsipras, por muy socialista y antiliberal que sea, frente a la
inflexibilidad de la Troika y la especie de golpe de estado financiero
que le preparaban no tenía otra opción, pero ya se pueden imaginar la
decepción y el despecho del Comandante, que no perdona los papelazos, y
menos aun si lo arrastran a Él, infalible como se supone que es, a
cometer uno.
Imagino que los calificativos que use el Comandante para referirse al
premier griego sean mucho menos conmiserativos que los de su
pacientísimo entrevistador Ignacio Ramonet, que por estos días, como si
de un pariente en desgracia se tratara, lo llama "el pobre Tsipras".
Y sí que está en desgracia Tsipras, enfrentado a las protestas
populares, la división de su partido Syriza y la posibilidad de que sean
convocadas elecciones anticipadas para el próximo otoño.
El más oficialista programa de la TV cubana, la Mesa Redonda, tuvo una
de sus emisiones de la pasada semana dedicada a "la tragedia griega". El
moderador, Oliver Zamora, su colega, la periodista Elsa Claro y la
economista Yourdis James, analizaron el tema, lo desmenuzaron, se
enredaron y nos enredaron en tecnicismos casi tan enrevesados e
ininteligibles para nosotros los mortales como los del sapientísimo y
obeso zar de la economía cubana Marino Murillo; pero no dijeron algo que
ya no se haya dicho en la prensa oficialista. Pintaron al Banco Central
Europeo como el gran culpable del problema, a Ángela Merkel como la
villana de la película, y reprocharon a Alemania su actitud "abusiva" y
"usurera". Y como de costumbre, auguraron un futuro negro y con
pespuntes grises para el euro, la Eurozona y la economía europea en general.
Cuando uno ve programas como éste o recuerda la invariable y acérrima
postura antiliberal de Fidel Castro, cuesta mucho creer que sea cierto
lo que dijo recientemente al portal swissinfo.ch el ex director del
Fondo Monetario Internacional, Héctor R. Torres: que el gobierno cubano,
necesitado de conseguir capital, está llamando a las puertas del Banco
Mundial y el FMI.
Es más fácil creer el rumor de que el actual general-presidente, como
hizo Putin con Berlusconi, ha invitado a Dominique Strauss Khan, el
tronado ex-director del FMI, a que sea su asesor económico, para que le
dé una manito a Marino Murillo en su interminable intríngulis. Un
ofrecimiento que debe ser irresistible para el muy fogoso Dominique, no
porque sea teóricamente socialista, le interese mucho la economía cubana
o disponga de la clave para resolver sus problemas, sino habida cuenta
del gran número de las jineteras más cultas del planeta que estarán
dispuestas a hacerle un tiempo a este "temba" –como dicen en Cuba a la
gente que pasa de cierta edad– galo con billetes de sobra con qué pagar
sus favores.
Chismes y bromas aparte, ¿se imaginan a Cuba en el Banco Mundial y el
FMI? ¿Estará el gobierno cubano, con su discurso del socialismo eterno,
dispuesto a aceptar las políticas de ajuste, la austeridad, los recortes
en los gastos sociales, las terapias de choque, en fin, el tan denostado
paquetazo neo-liberal?
Si es así –que sólo eso nos faltaba luego de los Lineamientos–,
encomendemos nuestras almas a la misericordia divina, que no habrá de
otra. Y preparémonos para lo que viene, que va a ser peor que una cura
de caballo, porque las mataduras son muchas y demasiado serias.
Con lo endeudadísima que está Cuba y la proverbial fama de mala paga que
tienen sus gobernantes desde que Fidel Castro se enfrascara hace 30 años
en aquella cruzada de que la deuda externa era impagable, ¿qué ganarían
el Banco Mundial y el FMI con echarse a cuestas otra deudora morosa, con
problemas equivalentes a los que daría la suma de los problemas
financieros de Grecia y, digamos, Puerto Rico?
Para pagar su deuda externa, tal vez Cuba tendría que destinar a ello
todo el dinero de sus exportaciones en los próximos 25 años.
Casualmente, 25 años es también el tiempo que se calcula demoraría
Europa en volver a los niveles en que estaba la economía en el año 2008.
Va y con el régimen de Raúl Castro los organismos financieros
internacionales tienen más paciencia que con el gobierno de Tsipras. Lo
que no es cierto es si los cubanos tendremos paciencia para apretarnos
el cinturón todavía más. Si hubo un Caracazo, no cuesta mucho imaginar
la posibilidad de un Habanazo o algo peor.
Sería bueno saber qué opina el Comandante.
Source: De papelazos y paquetazos | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/de-papelazos-y-paquetazos/
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