miércoles, 12 de agosto de 2015

Cuba - amargura y esperanza

Cuba: amargura y esperanza
UVA DE ARAGÓN

Meses antes de asistir a la apertura de la Embajada de Cuba en
Washington, después de un recorrido por el interior de la Isla, Silvio
Rodríguez expresó el desencanto que palpaba en el pueblo cubano, y que
él compartía. Sin embargo, fiel a sus ideales de juventud, confesó ante
las cámaras de televisión en la capital estadounidense que no estaba
preparado para las relaciones, pues desde los doce años lo que le habían
enseñado era resistir a los yanquis.

Más recientemente Rosa Morales, una de las Damas de Blanco, que se
refiere a sí misma como "una negra libre", narró en plena calle de la
Habana Vieja un incidente con unos policías del que fue testigo en
Cojímar, y cómo la habían detenido y maltratado por filmarlo. Dando el
número de la patrulla y del oficial en cuestión, contó que el policía
expresó: "El primer descarado del país es Raúl Castro, porque ya hizo
las paces con Obama".

Los que en el exilio se oponen a las relaciones entre Estados Unidos y
Cuba repiten incansablemente que el gobierno de La Habana no ha cedido
en nada. Los ejemplos anteriores demuestran lo contrario. Raúl Castro ha
reconocido que el discurso de más de cincuenta años, de culpar a los
vecinos del norte por todo, era falso. Tanto para el célebre cantautor
como para el policía, posiblemente joven, esta contradicción es un trago
amargo. Raúl se ha visto obligado a renunciar a la eterna coartada de
responsabilizar al archienemigo histórico ante la aplastante realidad de
que el país se vendría abajo sin la ayuda de una Venezuela en quiebra.
Creo que debió albergar también el melancólico presentimiento de que si
no restablecía las relaciones con los Estados Unidos, lo haría sin duda
un próximo gobernante. Este paso lo separa parcialmente del legado de su
hermano. Tal vez se lleve el mérito de encaminar la transición.

Cierto que hay discursos, incluso del propio Raúl, que machacan las
posturas duras. Tampoco se observa una mejoría en el respeto a los
derechos humanos. A mi modo de ver, son concesiones para mantener
contentos a los más ortodoxos en la cúpula de poder donde hay más
cisuras que las que imaginamos. También, los cubanos se atreven a más
desacatos de la autoridad, tienen más celulares, toman más videos y
fotos, envían más información fuera. Todo esto contribuye a mayor
información sobre casos de choques, algunos físicos, entre los
ciudadanos y los agentes del gobierno.

Esta semana el secretario de Estado John Kerry viajará a La Habana a
izar la bandera de Estados Unidos en el conocido edificio junto al
Malecón. No sé cuál será su discurso, pero supongo que repetirá el
interés manifestado por Estados Unidos de ayudar al pueblo cubano. Si
discute con Raúl Castro el tema de los derechos humanos, no lo sabremos.
En política –lo señaló hace años Martí– siempre está lo que se ve y lo
que no se ve. Lo que sí es visible es que Cuba se transforma. Hay más
pequeños negocios, más tráfico, más personas entrando y saliendo de los
aeropuertos. Sobre todo, se percibe en la Isla una renovada esperanza
entre la mayoría de los cubanos en cuanto al futuro del país. La comparto.

Source: UVA DE ARAGÓN: Cuba: amargura y esperanza | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article30657453.html

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