'Esto es el fin del mundo'
A. C. San Martin Albistur | La Habana | 29 Abr 2013 - 10:23 am.
¿Cómo viven los afectados por derrumbes en las 'Comunidades de tránsito'
habilitadas por el Gobierno, devenidas guetos insalubres y peligrosos?
Ubicados en las periferias de la capital, las llamadas Comunidades de
Tránsito constituyen zonas oscuras donen las que permanecen segregadas
las clases más bajas de la sociedad. Estos guetos forman parte de las
"soluciones" del Gobierno a la crisis habitacional en La Habana.
Al derrumbe de una vivienda, prosigue el traslado de los afectados hacia
los albergues de tránsito donde habitan familias con más de 20 años en
espera de una vivienda.
"Rolando Pérez, Cambute", en el municipio Guanabacoa, es una de las
Comunidades de Tránsito con mayor índice delictivo. A las 10:00 am ya se
respira en los callejones aires de inseguridad.
Jesús Santamaría, de 56 años, padece cirrosis hepática. Fue extraditado
desde EEUU en 2006, desde entonces vive albergado en Cambute.
"Aquí no entra la ambulancia, esto es el fin del mundo. No hay seguridad
de ningún tipo. Cuando llegué, el recibimiento fue romperme la puerta y
darme una golpiza para robarme. Los culpables están ahí en la calle,
fueron a juicio pero siguen en la calle", narra.
"El gobierno me envió una carta para que fuera a cobrar 30 pesos de
resarcimiento pero eso es lo cuesta un viaje para salir de aquí hasta la
ciudad. Esto es un lugar sin soluciones. Vivimos como cerdos, la misma
pila para tomar agua, cuando hay, es la de bañarse y cocinar", agrega.
Durante nuestra estancia en Cambute, uno de los núcleos familiares,
proveniente de un derrumbe en San Miguel del Padrón, se encontraba
amenazado de desalojo.
"Llevo siete años viviendo en este albergue", explicó uno de los
integrantes de la familia. "Nos habíamos hecho cargo del cubículo de al
lado a petición del que vivía allí, que está preso. La Dirección de
Albergues se niega a que estemos en el cubículo del recluso, dicen que
para ese lugar viene el administrador del albergue", añadió.
Julio Menéndez, de 86 años, presenta unas ulceraciones en los pies que
le imposibilitan caminar. El anciano se queja del latrocinio.
"Me robaron la cerca que había puesto frente al cubículo, llamé a la
policía y no vinieron nunca. Por esa puerta entraron y se llevaron
todo¨, manifestó. "Como tengo ulceras en los pies quise estar un tiempo
en un asilo de ancianos, pero dicen que pierdo el albergue".
Bahía Plaza, Bahía Habana Vieja
Bahía Plaza, antigua barraca de constructores, en el poblado de Regla,
reúne a los afectados de los municipios de Plaza, Playa y Habana del
Este. Los residentes también se quejan del deterioro constructivo de los
locales.
El hacinamiento de familias numerosas en cubículos de cuatro metros de
largo por dos de ancho, las limitaciones del agua y una temperatura
interior de 42 grados Celsius hacen insoportable la convivencia.
"Mis tres hijos y yo vivimos en un cubículo sin condiciones, las paredes
presentan rajaduras y las tejas se filtran. Cuando llueve entra el agua
en todos los cubículos. Hace un año rechacé una oferta de casa porque
era en la antigua prisión de Micro 4, donde están haciendo locales como
estos", declaró una de las albergadas desde hace ocho años en Bahía Plaza.
Para los albergados, la administración de estos guetos son como los
delegados del Poder Popular para el resto de la población: solo anotan
los problemas, poco más.
"Mi trabajo es recoger evidencias para informar las cosas más críticas.
Tenemos problemas de cables eléctricos en mal estado, techos rotos,
desbordamientos de aguas albañales y desprendimiento de paredes",
explica uno de los administradores, albergado él mismo desde hace 16 años.
Una especialista de la UMACT (Unidad Municipal de Atención a Comunidades
de Tránsito) declaró pésima la situación de hacinamiento y condiciones
de vida en los albergues.
"Los albergues del municipio Regla reúnen a los afectados de diferentes
municipalidades. La Dirección de Vivienda de cada municipio tiene que
responder por la reubicación de sus albergados, pero no tienen fondo
habitacional. Tampoco existe presupuesto suficiente para reparar las
barracas. Esto es responsabilidad de muchos organismos y [aparecen]
pocos culpables, hay demasiados intermediarios entre los afectados y las
viviendas", advirtió la especialista.
El albergue Bahía Habana Vieja, de Centro Habana, es considerado el más
conflictivo. Las malas condiciones de vida han ocasionado protestas
colectivas de los albergados.
Mirian Lago Gonzáles, invidente de 47 años, albergada desde hace 10
años, se queja porque en su núcleo incluyeron a varias personas sin su
consentimiento.
"Las gentes de la UMACT recibieron dinero para inscribir cuatro personas
de otra provincia en mi expediente de albergada. Se aprovecharon de mi
ceguera para hacer los papeles y les entregaron en el Bloque B, el
cubículo 5", denunció Mirian.
El factor común de los albergados es la desesperanza, la inseguridad, el
calor y las malas condiciones de vida. A los albergues mencionados se
suman otra decena con idénticas características. Sitios omitidos por la
policía, que se niega a intervenir en los conflictos. Guetos donde la
cifra de residentes es difícil de aclarar debido al crecimiento de las
familias, el encarcelamiento y la venta ilegal de cubículos.
Los gobiernos locales de algunos municipios como Centro Habana han
declarado la carencia de espacios para nuevos afectados. Solo este
municipio registra 857 albergados haciendo uso de los albergues, 746
fuera del municipio y 111 dentro de la localidad.
Pero la limitación no será lo que detenga las cifras de residentes en
viviendas inhabitables con peligros de derrumbe que necesitan ser
albergados. La solución la dan los mismos albergados, levantar sus
viviendas en los espacios que dejan los derrumbes, áreas que el gobierno
utiliza para crear parqueos o levantar quioscos de venta en dólares.
http://www.diariodecuba.com/cuba/1367223791_2958.html
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