miércoles, 20 de marzo de 2013

Premiarán en Cuba a artistas exiliados?

Publicado el 03-19-2013

¿Premiarán en Cuba a artistas exiliados?
POR LUIS DE LA PAZ
DIARIO LAS AMÉRICAS

MIAMI.- Hace poco el cineasta cubano Ian Padrón propuso otorgar el
Premio Nacional de Cine, que entregan en la isla las autoridades
culturales, al actor Reynaldo Miravalles que reside en Miami. En otro
momento, el escritor oficial Leonardo Padura opinó que el narrador y
dramaturgo Abilio Estévez, que vive en Barcelona, debe ser reconocido
con el Premio Nacional de Literatura. Por su parte el ensayista y
periodista Roberto Zurbano señaló durante la recién clausurada Feria
Internacional del Libro de La Habana, que el poeta José Kozer, que
reside en Estados Unidos, podría ser también galardonado en la isla.
Zurbano, que es director del Fondo Editorial de la Casa de las Américas
indicó que: "El patrimonio de la cultura cubana no debía tener fronteras".

Desde luego que el patrimonio cultural cubano no debe tener fronteras.
Nunca las debió tener. Las limitaciones y restricciones que existen
desde los años sesenta las ha impuesto la dictadura castrista que
gobierna y sigue rigiendo a su antojo los destinos de Cuba. El
sorpresivo consenso, en las voces de intelectuales que son directa o
indirectamente voceros del régimen (al menos gozan del favor oficial),
con vista a reconocer a los cubanos que residen en el exterior, es
indicio de que quizás haya un proyecto ya trazado desde las altas
esferas del poder cultural de la isla con ese fin y estas declaraciones
no sean tan espontáneas, sino parte de su promoción.

Los nombres que se manejan no son casuales. ¿Por qué Miravalles? Con 90
años de edad, sigue apegado a la isla. Recientemente formó parte del
elenco del filme Esther en alguna parte, bajo la dirección de Gerardo
Chijona. ¿Por qué Estévez? Porque estuvo jugando al juego de la
sobrevivencia en Cuba hasta que se quedó a vivir discretamente en
España. ¿Por qué Kozer? Porque forma parte de una generación de cubanos
que salieron muy jóvenes de Cuba y publica en los medios oficiales.

Sin duda hay una cantidad notable de escritores cubanos en el exilio que
merecen ser reconocidos en su propia patria. Hace unos días yo señalaba
que si Cuba fuera un país normal hace tiempo que el poeta Armando
Álvarez Bravo hubiera sido galardonado con el Premio Nacional de
Literatura. Lo merecen valiosos escritores, entre ellos Ángel Cuadra,
Pío Serrano, Amelia del Castillo y Nedda de Anhalt, pero a ellos nunca
se les entregará porque actúan y se comportan como exiliados. Lo
merecían también Lydia Cabrera, Gastón Baquero, Enrique Labrador Ruiz,
Guillermo Cabrera Infante y Reinaldo Arenas, y nunca sus nombres fueron
ni siquiera mencionados en la isla porque eran verdaderos exiliados.
Después de muertos los mismos que los ningunearon, se dieron a la tarea
de apropiarse de sus nombres y de sus obras a través de una bochornosa
práctica necrocultural que le ha sido muy beneficiosa al régimen. Han
nombrado "Celestino" a un concurso de cuento en Holguín, la ciudad natal
de Reinaldo Arenas; quizás uno de los escritores que con mayor
ensañamiento (incluso fue a parar a las prisiones castristas) fue
tratado en la isla. Autorizan la publicación de un estudio sobre la obra
de Cabrera Infante, siempre cuidadosamente limitada a su etapa cubana;
hacen una edición "no para la venta" de la poesía de Heberto Padilla y
se refieren a su autor como alguien que siempre quiso regresar a la
isla, algo que su compañera de muchos años, la escritora Belkis Cuza
Malé niega con vehemencia.

Estas iniciativas encaminadas a premiar la labor de cubanos que residen
fuera de la isla, no parecen ser indicio de apertura, sino más bien
parte de las mismas contradicciones del sistema, pues mientras se
plantea reconocer a unos, se sigue menospreciando el talento de otros,
como el de la cantante Celia Cruz y se encarcela al escritor Ángel
Santiesteban, bajo la apariencia de razones extraliterarias.

La nueva corriente parece encaminada a buscar un acercamiento con los
artistas que residen en el exterior, a los que prudentemente nunca
llaman exiliados. Desde luego que la obra de los escritores cubanos
donde quiera que estos residan y por los motivos que hayan tenido para
establecerse en cualquier lugar del mundo, debe circular libremente, y
sin restricciones en la isla. Ese debe ser el primer paso, como otro
paso debe ser que grupos independientes, fuera del control oficial,
puedan invitar y presentar a autores que vivan en el exilio, o sea,
pasos que surjan de individuos y no necesiten ser filtrados por
organismos oficiales. También que asociaciones independientes tengan el
derecho de instituir premios y galardones, fuera del control de
entidades creadas y financiadas por el gobierno cubano, como lo es la UNEAC.

Sí, los artistas cubanos merecen ser reconocidos, publicados y premiados
en la isla, pero en las condiciones actuales esos mismos artistas están
en el deber de rechazar cualquier galardón o publicación o estreno
teatral, pues aceptarlo es legitimizar a una dictadura que tanto daño le
ha hecho a Cuba.

http://www.diariolasamericas.com/noticia/154194/premiaran-en-cuba-a-artistas-exiliados

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