martes, 26 de marzo de 2013

Para los negros cubanos, la revolución no ha comenzado

Sociedad

Roberto Zurbano: 'Para los negros cubanos, la revolución no ha comenzado'
DDC | Madrid | 25 Mar 2013 - 6:29 pm.

El director del Fondo Editorial de Casa de las Américas critica la
incapacidad del Gobierno para revertir el racismo en la Isla y las
desventajas de los negros para beneficiarse de las reformas.

Los resultados para los cubanos de las medidas económicas puestas en
marcha por el Gobierno de Raúl Castro "dependen del color de la piel",
denunció el crítico y ensayista de la Isla Roberto Zurbano en un
artículo publicado este fin de semana en el diario estadounidense The
New York Times.

"Los cambios son las últimas noticias que salen de Cuba, aunque para los
afrocubanos como yo son más un sueño que una realidad", dijo Zurbano y
calificó de ridículas algunas de las prohibiciones eliminadas, como las
de hospedarse en un hotel, comprar un teléfono celular, vender la casa o
el auto y viajar al exterior.

"El sector privado de la Isla disfruta ahora de cierto grado de
liberación económica, pero los negros no están bien posicionados para
sacar ventaja de ello", advirtió y criticó que en sus 54 años en el
poder el Gobierno cubano haya sido "incapaz de superar" el racismo.

Zurbano, director del Fondo Editorial de la Casa de las Américas y
vicepresidente de la Asociación de Escritores de la oficialista UNEAC,
recordó que el llamado Período Especial y las medidas que tomó el
Gobierno para intentar paliarlo profundizaron diferencias dentro de la
sociedad cubana.

Para frenar el malestar, el Gobierno ordenó la economía en dos sectores:
uno para los negocios privados y las empresas extranjeras, cuyos
trabajadores consiguieron el acceso a divisas, y otro estatal, que
mantuvo el viejo orden socialista y en el cual los empleados ganan el
equivalente a 20 dólares al mes, explicó.

"La diferencia económica creó dos realidades contrastantes que persisten
hoy. La primera es la de los cubanos blancos, que han movilizado sus
recursos para entrar en una nueva economía impulsada por el mercado y
cosechar los beneficios de un socialismo supuestamente más abierto. La
otra es la de la pluralidad de los negros, que es testigo de la muerte
de la utopía socialista", señaló.

Zurbano ejemplificó otras diferencias entre la población blanca y negra
de la Isla. "La mayor parte de las remesas provenientes del exterior
—principalmente de Miami, el centro neurálgico de la comunidad de
exiliados, en su mayoría blanca— va a los cubanos blancos", mencionó.

Además, los blancos "tienden a vivir en las mejores casas, que pueden
ser fácilmente convertidas en restaurantes o alojamientos (para
turistas), el tipo más común de negocios privados en Cuba".

"Los negros tienen menos bienes y dinero, y también tienen que lidiar
con el racismo generalizado", añadió el ensayista. "No hace mucho era
común que los gerentes de los hoteles, por ejemplo, contrataran solo a
personal blanco para no herir la supuesta sensibilidad de clientes
europeos", indicó.

"Este tipo de racismo flagrante se ha vuelto menos aceptable
socialmente, pero los negros siguen lamentablemente poco representados
en el turismo —probablemente el sector más lucrativo de la economía— y
están lejos de los blancos en cuanto a negocios propios", dijo.

Zurbano consideró que "el racismo ha estado oculto y se ha reforzado en
Cuba en parte porque no se habla de él".

"El Gobierno no ha permitido que los perjuicios raciales sean debatidos
o confrontados política o culturalmente. En lugar de esto, a menudo ha
pretendido que no existen". Criticó.

En pasadas décadas, "poner en duda el grado de progreso racial era
equivalente a un acto contrarrevolución. Esto hizo imposible señalar lo
obvio: es racismo está vivo y saludable", afirmó.

"Ahora, en el siglo XXI, se ha hecho evidente que la población negra
está insuficientemente representada en universidades y en las esferas de
poder económico y político, y sobrerrepresentada en la economía
sumergida, el ámbito penal y los barrios marginales", señaló el ensayista

Dijo tener esperanza de que para 2018, cuando Raúl Castro ha dicho que
dejará el poder, "el movimiento antirracista de Cuba haya crecido legal
y logísticamente, y pueda traer soluciones prometidas desde hace tanto y
esperadas por los cubanos negros".

"Un importante primer paso sería conseguir finalmente un conteo oficial
preciso de los afrocubanos", opinó Zurbano. "La población negra en Cuba
es mucho mayor que reflejada en los números de los censos recientes. El
número de negros en las calles socava, de la forma más obvia, el fraude
numérico que nos sitúa en menos de una quinta parte de la población",
denunció.

"El final del Gobierno de los Castro significará el fin de una era en la
política cubana", dijo Zurbano. "No es realista esperar un presidente
negro, dada la insuficiente conciencia racial en la Isla. Pero en el
momento en que Raúl Castro abandone su oficina, Cuba será un lugar muy
diferente".

"Solo podemos esperar que mujeres, negros y jóvenes sean capaces de
ayudar a llevar la nación hacia una mayor igualdad de oportunidades y el
logro de una ciudadanía plena para los cubanos de todos los colores",
concluyó.

http://www.diariodecuba.com/cuba/1364232593_2338.html

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