jueves, 21 de marzo de 2013

El consumo de excrementos y estafilococos

El consumo de excrementos y estafilococos
Martes, 19 de Marzo de 2013 00:03
Ramón Díaz Marzo

higieneCuba actualidad, Habana Vieja, La Habana, (PD) Casi nadie se
percata de cuánto excremento y estafilococos pueden entrar a un
organismo sin que ni el transmisor ni el receptor lo sepan. Las más
exóticas enfermedades se transmiten muy rápidamente si se ignoran las
normas higiénicas más elementales a partir del conocimiento científico
que ya posee la Humanidad en el siglo XXI.

¿Quién tiene en cuenta que el dinero -un billete, una moneda- contiene
millones de estafilococos, entre los que puede encontrarse uno que
ocasione ceguera permanente? Por eso, algunas de nuestras madres y
abuelos siempre nos dijeron que al regresar de la calle nos laváramos
las manos.

Recientes estudios científicos efectuados en los EE.UU. arrojan el
siguiente resultado: el dinero es sucio. No sólo existe el dinero sucio
del tráfico de armas, de narcóticos o de personas. También, y de un modo
más literal, el dinero siempre estará sucio cuando durante varios años
ha circulado de mano en mano por los caminos del mundo.

El objetivo de este artículo es testimoniar la falta de higiene en los
establecimientos estatales donde los trabajadores gastronómicos, en el
70% de los casos, manipulan los panes con hamburguesas, con croquetas,
con salchichas, con carne de puerco, y otra comida chatarra, con las
manos, sin usar guantes, pinzas ni tenazas.

Según hemos visto, solo en algunos establecimientos estatales el
gastronómico toma los alimentos -que el consumidor se llevará a la boca-
con una bolsa de nylon que hace las veces de guante.

Pero en los cuentapropistas sí he observado una estricta higiene. Estos
elaboran y manipulan los alimentos mucho mejor que aquellos
gastronómicos que trabajan para el Estado.

Como el trabajador por cuenta propia es quien tiene que pagar su propio
suministro de alimentos, y luego tiene la responsabilidad de su
elaboración, actúa con más conciencia, pues si quiere obtener ganancias
tiene que cumplir con los requisitos que dicta el sentido común.

En la mayoría de los pequeños establecimientos estatales de La Habana
los trabajadores no disponen de un simple lavamanos, ni de agua y jabón
para lavarse las manos después de hacer sus necesidades. De este modo
esos trabajadores, que quizás sólo se lavaron las manos con un poco de
agua, no saben que en la piel llevan partículas de orina y heces fecales.

En los años 80, en una panadería de la capital ocurrió el caso de una
vieja despachadora que tenía la costumbre de hurgarse en los orificios
de su nariz. Fue denunciada al Poder Popular de entonces, y cuando los
inspectores comprobaron que era cierto, fue inmediatamente multada y
expulsada de cualquier puesto que tuviera relación directa con los
alimentos.

También podemos mencionar que en los baños públicos no hay agua ni
jabón, por lo que cuando las personas tienen una necesidad de primer
orden, por mucho cuidado que hayan tenido al limpiarse con papel
periódico o papel higiénico, seguramente tendrán las manos contaminadas
con su propio excremento.

Por ello, mi consejo es que no estrechemos las manos a nadie más, sino
que recurramos al saludo de puño contra puño, o mejor, a la reverencia
que hacen los japoneses y los seguidores del budismo cuando llevan ambas
palmas de su mano hasta la altura de la frente y se inclinan en señal de
respeto.

Les muestro dos fotos: la de un cuentapropista que despacha los
alimentos sin tocarlos, utilizando pinzas, y una de laboratorio, donde
aparecen los estafilococos que viven en nuestras manos, ampliados miles
de veces.

Yo, por mi parte, desde que las autoridades reconocieron que en La
Habana Vieja había una epidemia de cólera, ando con un pomito de
solución de hipoclorito de sodio al 1%, que por suerte las propias
autoridades del Ministerio de Salud Pública han puesto a la venta en
todas las farmacias al precio de 25 centavos o 3 pesos, según el tamaño
del recipiente.

Para Cuba actualidad: ramon597@correodecuba.cu

http://primaveradigital.org/primavera/component/content/article/117-politica/6844-el-consumo-de-excrementos-y-estafilococos-.html

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