sábado, 23 de marzo de 2013

Ángel Santiesteban y el beneficio de la duda

Ángel Santiesteban y el beneficio de la duda
Viernes, Marzo 22, 2013 | Por Yaremis Flores

LA HABANA, Cuba, 22 de marzo de 2013, Yaremis Flores/
www.cubanet.org.- En los Estados de Derecho, el acusado es inocente
hasta que se demuestra lo contrario, fuera de cualquier duda razonable.
Paradójicamente, el laureado escritor cubano Ángel Santiesteban Prats
está en prisión porque los jueces no dudaron en condenarlo, basados en
la mera declaración de una mujer despechada.

Luego de más de 3 años bajo investigación, resultó sancionado a cinco
años de prisión por los delitos Lesiones y Violación de Domicilio. La
única prueba utilizada en su contra: el testimonio de Kenia, la madre de
su hijo y ex pareja.

Inicialmente los cargos fueron por Violación, Tentativa de Asesinato,
Robo y otros. "Incluso me culpó por tratar de incendiar la casa con ella
dentro", dijo Santiesteban. "Ya antes ella me había denunciado por
Amenazas, pero fui absuelto".

La supuesta víctima declaró al menos en nueve ocasiones. El 28 de julio
de 2009 le dijo al instructor que Santiesteban Prats entró a su
vivienda, le amarró con esparadrapo pies y manos, y la golpeó en
repetidas ocasiones en su rostro. Al día siguiente, amplió su
declaración y dijo que la violó.

A los cinco días recordó que en su casa tenía la suma de 250 CUC, 20
euros y 20 dólares americanos, y también lo acusó de haberle robado.

¿Cómo fue posible tener credibilidad ante una sala de justicia con
fundamentos incoherentes y contradictorios? No se sabe qué elementos
tuvieron los jueces para creer sólo algunas partes de la historia.

En la sentencia no se detallan todas las heridas ni se explica la
ausencia de unas que por lógica debían estar visibles, como las marcas
por las ataduras y los golpes en la cara. Solo se menciona una lesión en
el oído izquierdo que, asegura Ángel, ocurrió en un accidente de
tránsito anterior al suceso.

El Tribunal alega en su sentencia que formó convicción de lo sucedido,
por lo contado por el hijo de ambos en el juicio. Si no presenció lo
ocurrido, ¿era necesario exponer a un menor de edad a declarar en el
pleito de sus padres? ¿Acaso nadie pensó que probablemente lo que el
niño repetía, lo escuchó de boca de su madre?

¿Cómo los peritos demostraron que el supuesto evento dañó
psicológicamente al menor y la denunciante, si los exámenes se
realizaron luego de transcurrido más de un año? Ángel se sometió a un
test y bastaron unos rasgos de su letra para que le atribuyeran una
"personalidad agresiva, destreza para manipular a los demás a través del
engaño, hipocresía o actitudes desleales".

Es cuestionable que si Ángel es en efecto tan violento y peligroso, ¿por
qué lo mantuvieron en libertad hasta después del juicio?

"Nada de lo que podía favorecerme, ninguna evidencia presentada por mi
abogado, se tuvo en cuenta", lamenta el escritor.

En el juicio declararon tres testigos, quienes confirmaron la coartada
de que Santiesteban se encontraba en otro lugar, cuando supuestamente
sucedían los hechos. Otros tres declararon sobre la obsesión de la
denunciante por perjudicarlo y su costumbre de manipular al hijo menor.
Los seis testimonios fueron desestimados por el Tribunal.

Igual suerte corrió una prueba criminalística realizada al esparadrapo,
entregado por Kenia, con el que presuntamente fue amarrada. El resultado
fue negativo, pues no coincidió con las huellas de Ángel y no lo
admitieron "por no ser de interés al proceso".

Ángel fue víctima de un sistema judicial viciado, según su valoración, a
raíz de la creación del blog Los hijos que nadie quiso y por su
vinculación con la disidencia. En la isla, los tribunales no son
independientes. Los jueces, a su antojo admiten o no las pruebas que
entienden.

Probablemente, el artista nunca imaginó que todo llegaría tan lejos.
Días antes de ir a la cárcel, aún mostraba su sentido del humor. Decía
que tendría bastante tiempo para dedicarse a escribir.

Tenía vergüenza de que algunos creyeran lo que se fabricaba a su
alrededor. Otros pensarán que tanta arbitrariedad no puede ser real.
Pero en el proceso judicial de Ángel Santiesteban hubo más de un motivo
para dudar de su culpabilidad. La "revolución" castiga a sus hijos rebeldes.

Nota: La autora de este artículo es graduada de Derecho de la
Universidad de La Habana. Actualmente trabaja en la agencia de juristas
independientes Cubalex, con sede en la capital cubana.

http://www.cubanet.org/noticias/breves-destacados/angel-santiesteban-y-el-beneficio-de-la-duda/

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