Inversión capitalista vs. 'socialismo próspero'
¿Quién gana la pugna simbólica entre el Gran Hotel Manzana Kempinski y
el Museo de Arte Universal?
Miércoles, julio 5, 2017 | Ana León
LA HABANA, Cuba.- Desde que finalizara su construcción, antes y después
de comenzar a ofrecer servicios, el hotel Manzana Kempinski ha dado
mucho de qué hablar. La polémica contratación de obreros indios en
reemplazo de la mano de obra nacional, o la arbitraria decisión de
retirar la escultura de Julio Antonio Mella, son algunas de las
cuestiones abordadas por la prensa independiente. El blanco coloso
frente al Parque Central, continúa siendo objeto de admiración y
cotilleos, sobre todo para quienes -nostálgicos o recalcitrantes- no
pueden reconocer en esa edificación perfecta, el centro de estudios
donde cursaron la Secundaria Básica, la Escuela de Idiomas o la Facultad
Obrero-Campesina.
Cuando el Manzana Kempinski era simple y llanamente la Manzana de Gómez
posterior a 1959, el inmueble se hallaba permanentemente sucio, sumido
en penumbras, con techos y paredes desconchados y el elevador roto.
Ahora su opulencia contrasta nada menos que con el Museo de Arte
Universal; un edificio que, junto al cine-teatro Payret, testimonia el
avance del deterioro y el abandono característicos de las instituciones
estatales.
Si se las observa desde el Parque Central, la antítesis resulta
lastimera. El engalanamiento exterior del hotel Manzana, con sus
galerías vidriadas, sus bien provistas y caras boutiques, sus lámparas
modernas y brillantes suelos de granito, cuya pulcritud vigilan atentos
militares disfrazados de civiles, representan un triunfo vil sobre el
Museo de Arte Universal. El otrora Palacio de la Sociedad Asturiana se
ha convertido en una mole solitaria, negra de hollín, rodeada por un
portal corrido donde, hasta hace pocos días, se daban cita delincuentes
locales, vendedores, borrachos y defenestrados.
A diferencia de su flamante vecino, el Museo casi ha visto desaparecer
su suelo exterior -también de granito- bajo la acumulación de orines. Es
imposible recordar la última vez que lavaron las fachadas y cambiaron el
alumbrado del portal corrido. Como muchas instituciones subsidiadas por
el Estado, ha padecido un largo abandono hasta que surgió un buen motivo
para su rehabilitación.
Hasta ahora, no habían bastado las obras de arte europeo exhibidas en
las salas del Museo, ni la maravillosa colección de cerámica griega que
perteneciera al Conde de Lagunillas y ha sido catalogada como la más
importante de América Latina. Tuvo que inaugurarse el Manzana Kempinski
para que los dueños de Cuba notaran la necesidad de devolverle a la
construcción algo de su prestancia.
Actualmente una brigada se encarga del remozamiento del edificio; pero
como no se trata de un proyecto millonario, los obreros trabajan con
calma, descansando a intervalos porque el calor es mucho, los materiales
demoran en aparecer, la paga es mala y la misión, hercúlea. El antiguo
Palacio de la Sociedad Asturiana fue considerado, en la era republicana,
un hito de la arquitectura ecléctica. La profusión de detalles en las
fachadas demanda una acuciosa labor de limpieza y restauración para la
cual no hay recursos, ni voluntad. De momento, es una suerte que hayan
pulido el suelo ante la entrada principal, y estén retocando el hermoso
vitral que decora la bóveda.
Incluso si se llevara a cabo una restauración capital que abarcara los
techos, las lámparas rotas a pedradas, la carpintería maltrecha y las
paredes exteriores, mugrosas y cubiertas de graffiti, cabría preguntarse
cuánto va a durar si los custodios devengarán magros 400 pesos (15 USD)
más una pálida bonificación en CUC. ¿Cuál de ellos impedirá a los
borrachos orinar en las columnas, o a los adolescentes garabatear sus
nombres en las paredes del Museo? ¿Qué empleado mal remunerado limpiará
los enormes cristales que hoy aparecen cubiertos por una nata de polvo?
La pugna simbólica entre el Gran Hotel Manzana Kempinski y el Museo de
Arte Universal establece la superioridad de la inversión capitalista
sobre el "socialismo próspero y sostenible". Es un nuevo ícono urbano,
tan poderoso que la existencia de la vieja Manzana de Gómez parece haber
desaparecido de la memoria de los habaneros. Hoy todos identifican esos
cien metros cuadrados con el nombre de "Hotel Manzana", como si siempre
hubiera estado allí.
Source: Inversión capitalista vs. 'socialismo próspero' CubanetCubanet -
https://www.cubanet.org/destacados/inversion-capitalista-vs-socialismo-prospero/
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