jueves, 7 de julio de 2016

La Isla y su gobierno ladrón

La Isla y su gobierno ladrón
Para salirse con la suya, no importa si el régimen debe saltarse la
legalidad
Jueves, julio 7, 2016 | Roberto Jesús Quiñones Haces

GUANTÁNAMO, Cuba.- Aún no había cumplido tres años cuando se dictó la
Primera Ley de la Reforma Agraria. Hasta hace poco pensé que la ley solo
se pronunciaba por limitar la propiedad sobre la tierra y me pareció
justo. Desconocía que a muchos de los terratenientes se les apareció la
milicia en sus fincas, las intervino junto con la casa y los medios de
producción y los puso en la guardarraya únicamente con la ropa que
llevaban puesta y con una compensación económica vitalicia e
intransferible, que en el mejor de los casos llegaba hasta doscientos
cincuenta pesos mensuales. Lo doloroso es que muchos de ellos habían
ayudado a los rebeldes.

Cuba desconoce el derecho de herencia a los cubanos que deciden ir a
vivir definitivamente en otro país. Después del éxodo masivo de la
burguesía nacional, a principios de los sesenta del pasado siglo, el
gobierno decidió entregar a las familias más necesitadas las viviendas
abandonadas. Pero si algún nuevo propietario decidía hacer lo mismo que
los antiguos dueños, el gobierno lo obligaba a pagar la casa y después
imponía esa obligación a los familiares que quedaban en ella. Llegó al
extremo de imponer el mismo gravamen a las viviendas propiedad de una
familia desde antes del triunfo del castrismo, incluso hasta a las que
fueron construidas por esfuerzo propio después de 1959. Hubo casos de
inmuebles pagados hasta cinco veces por esta causa.

Los ejemplos no son los únicos que demuestran el carácter depredador del
castrismo. Pueden sumárseles las confiscaciones de grandes y pequeñas
propiedades industriales sin que sus dueños obtuvieran una justa
compensación; los elevados precios de los productos que se ofertan al
pueblo, que multiplican en diez y hasta más veces el costo de su
elaboración; el pago de un salario miserable que los ciudadanos se ven
obligados a convertir en CUC, divisa cubana que vale 25 veces más, para
poder adquirir productos y servicios muy necesarios y el cambio
artificial impuesto al dólar americano, el cual –según las autoridades
cubanas y a pesar de la crisis económica que sufre este país desde 1990–
vale menos que el CUC.

A esas prácticas contra el patrimonio de los ciudadanos se ha unido otra
no menos deleznable que consiste en despojar a los disidentes y
periodistas independientes de sus bienes sin que exista ningún
pronunciamiento judicial.

Una actividad muy lucrativa

Hace unos días, CubaNet informó que a su regreso del extranjero el
opositor pacífico Camilo Ernesto Olivera fue detenido en el aeropuerto
de La Habana y despojado de algunos bienes, entre ellos una cantidad de
dinero dentro del límite permitido por las leyes cubanas.

Al parecer es cierto lo que la fiscal Karelia Suárez Manso dijo a este
suscribiente: "Nosotros no podemos hacer nada contra la Seguridad del
Estado, entiéndase usted con ellos". Así estamos, y luego el gobierno
quiere que le crean que Cuba es un estado de derecho; porque casos
similares al de Camilo Ernesto ocurren en toda Cuba y Guantánamo no es
la excepción.

A los opositores pacíficos guantanameros Henry Couto Guzmán, Yoanni
Beltrán Gamboa, Arturo Acosta Guillén y Niober García Fournier la
Seguridad del Estado los ha detenido varias veces en el punto de control
policial que existe a la entrada dela ciudad y les ha robado sus
laptops, bolígrafos, teléfonos, memorias flash y dinero. Todos han sido
objeto de registros en sus domicilios, algunos de ellos realizados sin
órdenes firmadas por un fiscal.

El último ejemplo de esta ola de ilegalidades fue el de la dama de
blanco Celina Osoria Claro, cuya vivienda fue asaltada sin orden de
registro por las tropas especiales y la Seguridad del Estado el pasado
jueves 30 de junio, a las 4:00 a.m., en franca violación de lo
establecido en el artículo 218 de la Ley de Procedimiento Penal. A
Celina le ocuparon numerosos bienes personales y le rompieron el
televisor. Los "dignos" combatientes del Ministerio del Interior se la
llevaron semidesnuda y descalza y le dijeron que podía quejarse donde y
con quien quisiera.

Este suscribiente fue objeto de un registro que incluyó el cierre de las
vías de acceso a su domicilio el pasado 5 de octubre del 2015. Como
todas las personas de Guantánamo que he mencionado, hice lo que indica
la Constitución y presenté una reclamación ante la Fiscalía provincial y
dos ante la Fiscalía General de la República. La respuesta que recibí es
la que me indicó la fiscal Karelia Suárez Manso. A conciencia de que era
una humillación planificada fui dos veces a las oficinas de la Seguridad
del Estado, y todavía no me han respondido.

El objetivo es amedrentarnos, humillarnos, burlarse de nosotros haciendo
estas demostraciones de fuerza. Si actuaran dentro del marco de la ley
entregarían un acta de ocupación y cumplirían lo establecido en la Ley
de Procedimiento Penal y en la Constitución. ¿Qué mérito tiene ocuparle
a un ciudadano sus fotos personales y familiares, sus películas y libros
favoritos, su agenda, sus libros de cuentos y de poesía y el dinero que
ha obtenido con su trabajo, sus premios en concursos y por las remesas
que les envían sus familiares en los Estados Unidos?

Estos hechos demuestran la naturaleza corrupta y despótica del
castrismo, pero sobre todo su cinismo, pues que esto ocurra en un
momento donde tanto se habla de democracia, de respeto a la
institucionalidad y de la necesidad de formación de valores, dice mucho
de la hipocresía de los gobernantes cubanos y de sus testaferros. ¡Y qué
vergüenza para los presidentes latinoamericanos que callan y se inclinan
ante la dictadura!

Source: La Isla y su gobierno ladrón | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/la-isla-y-su-gobierno-ladron/

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