Lo que tumba gobiernos no es Internet, sino sus déficits y contradicciones
PEDRO CAMPOS | La Habana | 15 Feb 2016 - 8:53 am.
Internet es un medio de comunicación; pero no otro cualquiera. Lo hacen
diferente y magno su alcance internacional instantáneo y su carácter
interactivo. Tiene el don de la ubicuidad: estar en todas partes al
mismo tiempo. Es imposible abarcar en un libro de varios tomos todo lo
que se puede hacer con y a través de esta forma amplia de comunicación.
Pero expóngase algo: por esta vía se puede estar al tanto de una familia
domiciliada en otro país o en otra provincia, hablarles y verles en
tiempo real, se puede saber cómo vive, cómo es su casa, en fin, su modo
de vida. Se puede tener información sobre enfermedades y sus tratamientos.
Sirve para promover el desarrollo económico, negocios de cualquier
índole, dar a conocer nuevos productos y servicios, así como sus
ventajas y desventajas. Se puede conseguir trabajo, dar a conocer
perfiles profesionales y ser contratado por algún interesado, en su país
u otro. A través de esta red se realizan transacciones comerciales y
bancarias. Las posibilidades de entretenimiento de todo tipo son
increíbles e interminables. Es una fuente de cultura inagotable.
Desde luego, todo cabe allí. También hay mentiras, gente inescrupulosa,
pornografía, anuncios sobre prostitución de todo tipo y mil cosas por el
estilo. Por eso en algunos países esas páginas están vedadas. Hoy son
perseguidos por la ley los que la usan para promover pornografía
infantil en varios países. Están las personas identificadas con el
nombre de trol, gente dedicada a tergiversar, denigrar, diluir,
obstaculizar y desviar los debates.
También puede llegar a crear obsesiones y desarrollar personalidades
patológicas. Igual, en sus páginas hay mucha desinformación,
información falsa, mal intencionada, interesada y por el estilo. Hay que
conocer los sitios, sus fuentes y valorarlos. Pero también hay diverso
tipo de censuras. Hay una lucha por hacer de la red de redes una zona
sana de todas esas desviaciones.
Debe haber un uso responsable de internet y eso se logra con el
reconocimiento personal y público del usurario en un Estado de derecho
donde cada persona es responsable de sus actos y responde por ellos ante
la justicia.
Incuestionablemente, es el medio moderno más democrático y
democratizador jamás conocido. Sirve para difundir ideas buenas,
regulares y malas; para defender buenos y malos gobiernos, buenas y
malas políticas y para criticarlas. Para defender la libertad, la
democracia, la igualdad, la fraternidad, la justicia social y la
solidaridad.
En internet definitivamente se hace política. Y hay quienes no quieren
que otros hagan política. Y para muchos gobiernos este es el problema
que se esconde detrás de las prohibiciones a la red de redes.
Sin embargo, no tumba gobiernos, como algunos han dicho. Ah… si un
gobierno no es democrático, es corrupto, etc., pues esto será puesto de
manifiesto en la red y si ese gobierno no resuelve los problemas que se
le señalan, no cumple sus compromisos, no respeta los derechos del
pueblo, pues aumentarán los partidarios de cambiarlo y este medio
facilitaría esa comunicación entre las personas. Si un gobierno cae, la
causa primaria serán sus problemas y contradicciones, no que los mismos
se conocieron por esa vía.
La llamada Primavera Árabe, por ejemplo, que muchos consideran fruto de
internet, en verdad se desarrolló por los enormes déficits democráticos
existentes en esas sociedades, debidos a las contradicciones internas en
las estructuras económicas y clasistas de esos países y especialmente a
los ancestrales problemas religiosos, que en ocasiones son usados como
armas de dominio por grupos nacionales, regionales y hasta potencias
mundiales para satisfacer sus intereses.
En Egipto, luego de la caída de Mubarak, fue electo presidente el líder
de la Hermandad Musulmana, quien poco después fue depuesto por un golpe
de Estado y ahora hay una dictadura militar que viola los derechos
humanos de los egipcios. La red ni tumbó a Mubarak, ni a la Hermandad
Musulmana.
Pero sin dudas es un método democrático de control popular. En muchos
países los grandes problemas políticos y sociales se debaten allí y no
pocos gobiernos modernos hacen pública toda la información de su
funcionamiento en ese medio para que las personas conozcan en qué se
invierte el presupuesto, si se están cumpliendo las partidas, cómo
funciona este o aquel departamento del Gobierno y en muchos lugares se
solicitan opiniones por esa vía para mejorar el funcionamiento de las
instituciones estatales o empresariales.
Lo real es que internet es un instrumento que puede ser usado para
amplio beneficio de la humanidad y de los intereses generales de los
pueblos, intereses que no los determina ningún gobierno, ninguna
potencia, sino los pueblos mismos. Por su esencia democrática, los
pueblos no tienen por qué temerle. Le temen los que tienen algo que ocultar.
El caso específico del Gobierno cubano y sus pasos excesivamente
cautelosos muestran un claro temor por lo que pueda significar un acceso
amplio de los cubanos a la red de redes. Con esa morosidad está
alimentando la tradicional acusación de que es un censor de la opinión
pública, que coarta la libertad de expresión.
Sin embargo, el poco acceso a internet que se está ofreciendo a
entidades estatales y por medio de las zonas WiFi, lento, caro, incomodo
e inseguro, ha ido permitiendo que muchos, jóvenes sobre todo, vayan
descubriendo las posibilidades de la red, demanden más acceso a menos
costo y se vayan percatando del daño que las limitaciones a este acceso
le está haciendo en todo sentido a la sociedad cubana en su conjunto, a
las personas y a sus libertades individuales.
Hoy el mundo camina a ritmo de internet y, en general, de las nuevas
tecnologías de la informatización.
El Gobierno cubano está cogido en su propia trampa: sabe que internet es
una necesidad del desarrollo, un buen negocio además para su bolsillo,
pero teme sus implicaciones democráticas. Salir de la trampa no está en
obstaculizar el acceso, sino en superar las contradicciones y déficits
económicos, sociales y políticos del modelo estatal centralizado, lo
cual solo puede alcanzarse en un proceso de democratización de la
sociedad, de la vida política del país y su economía, del cual puede y
debe ser parte un amplio desarrollo de la red de redes.
Source: Lo que tumba gobiernos no es Internet, sino sus déficits y
contradicciones | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1455488021_20215.html
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