Abandonados por la decencia y la humana vergüenza

Abandonados por la decencia y la humana vergüenza, editorial 415
febrero 10, 2016 10:24 am·

La Habana, Cuba, Redacción, (PD) En aquellos tiempos en que la Unión
Europea criticó duramente a los Castro por su sistemática violación de
los derechos humanos, la política era condicionar las relaciones a
cambios dentro de Cuba que beneficiaran al pueblo cubano.

Esos tiempos quedaron atrás. Aunque hoy como ayer se siga a Washington,
hoy por allá prima promover negocios y que el Congreso de los Estados
Unidos levante el embargo a Cuba. Los déspotas y los deshonestos del
mundo están de pláceme.

Aquel patético petitorio de Carlos Marx para que los proletarios del
mundo se unieran, nunca resultó. Al reclamo castrista, ciertamente los
viles de todos los países han acudido en su apoyo.

El castrismo se afirma en regir un país en quiebra donde ya no existe
economía funcional alguna. Deben al mundo millones de miles de dólares.
Entonces, los viles que fungen de contrapartida al castrismo confían en
que esta deuda pueda sea reconvertida en proyectos de desarrollo
comercial. Proyectos que serán llevados adelante en un país sometido a
un régimen militar totalitario y dinástico con partido único. Un país,
en el que el único y principal socio comercial será este propio régimen.

Tal asociación, aportará la mano de obra esclava tomada de un pueblo
privado de sus derechos esenciales.

Se comenta a lo largo del mundo la esencia corrupta en el actuar del
zarévich Putin, el déspota en jefe de Rusia. El Departamento del Tesoro
estadounidense, con sus sólidos recursos, todo parece indicar que ha
dejado al descubierto a este importante ícono de vileza a nivel mundial.
Quizás podrían hacer algo parecido con los principales postores de
nuestra vileza nacional. A esta altura, quizás no lo hagan, porque en
este momento, no resulta políticamente correcto.

Durante la visita del dictador militar Raúl Castro a Francia se pudo
conocer que entre quienes compartieron la mesa de honor con él, se contó
a la periodista Maryse Wolinski, viuda de uno de caricaturistas víctimas
del atentado contra la revista satírica 'Charlie Hebdo', según publicó
París Match.

Qué diría la Sra. Wolinsky de saber, -optamos por dar por sentado que no
lo sabe- que apenas había transcurrido un domingo más en el que las
Damas de Blanco, junto a activistas de #TodosMarchamos, fueron acosadas
y golpeadas en las calles de La Habana, que periodistas independientes
cubanos son robados, hostigados e impedidos de realizar su trabajo por
el déspota en jefe con quien compartió mesa y agasajo. Que su difunto
esposo, de estar vivo y afirmado en su quehacer profesional en Cuba,
sería otro periodista independiente más, robado, golpeado u hostigado,
por mandato del agasajado huésped del presidente Hollande.

Para redondear la vileza, complicidad y los apoyos, llamó la atención
que en la lista de invitados al ágape francés ocupó un lugar destacado
el DJ francés David Guetta y su esposa, la joven y bella modelo cubana
Jessica Ledón -muy culta y preparada ella-, quienes se mostraron entre
los más cómplices de aquella velada.

Para redondear, digamos que desde los más altos estrados mundiales el
régimen militar cubano ocupa y ha ocupado posiciones en el Consejo de
Derechos Humanos de Naciones Unidas. Esto, a pesar de sus violaciones
reiteradas al derecho humano y ciudadano, a su historial depredador y a
esfuerzos demostrados hechos por este gobierno para bloquear el actuar
de este organismo dentro de Cuba.

Hoy el pueblo cubano, sus disidentes, periodistas y otros actores
decididos a recuperar el decoro ciudadano, están abandonados por una
decencia y por una humana vergüenza que han hecho mutis en el escenario
político mundial. Toca a las Damas de Blanco y a los activistas
opositores pacíficos pro democracia, ser víctimas de otra orden
presidencial del corte "…drop them anywhere". Pero también disponen del
privilegio de erguirse y seguir adelante. Desde este medio de prensa
libre, les apoyamos y apostamos por ellos.
primaveradigital2011@gmail.com; Redacción

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