lunes, 26 de mayo de 2014

Nuestros viejitos olvidados

Nuestros viejitos olvidados
Cerró el programa de cuidados a los ancianos. Muchos consultorios de la
familia están cerrados. ¿Y nuestros abuelos qué?
lunes, mayo 26, 2014 | Juan Carlos Linares Balmaseda

LA HABANA, Cuba - No puede ser más obvio el descalabro de la salud
pública en Cuba. Otra evidencia muy reciente lo confirma: oficialmente
fueron disueltos los Equipos Multidisciplinarios de Atención
Gerontológica (EMAG), pese haber sido la columna vertebral del Programa
de Atención al Adulto Mayor, en cuanto a la atención primaria se
refiere. Al menos en los 15 municipios de la capital (los EMAG) se
fueron a bolina desde diciembre de 2013, y desde entonces buena parte de
los ancianos quedaron al garete.

Los EMAG surgieron a finales de la década de los noventa. Se componían
de un médico geriatra, un psicólogo, un enfermero, y un trabajador
social. Debían garantizar dos consultas semanales como mínimo en su
comunidad, e igual números de jornadas de visita y atención a domicilio,
o de Terreno como se le denomina en el argot medico de por acá. Ir d
Terreno no era otra cosa que visitar pacientes encamados y postrados.
Los pacientes encamados son los que están limitados para caminar pero
que aún pueden valerse por sí mismo, y los postrados son los que no
pueden valerse por sí mismo y necesitan de un cuidador.

Su actividad era variada y necesaria, y cuando se fundaron no faltaron
todo tipo de elogios, oficialistas y poblacionales, refiriéndose al
control y buen servicio que prestaban a la población del Adulto Mayor,
cuando existían fractura de caderas, cuando se daban casos de maltrato
familiar (físico o psicológico), cuando había que repartir donaciones y
entregar de módulos aseo personal, tela antiséptica, hule, o para la
tramitación de hogares de ancianos (Asilos). En cada policlínica existía
un EMAG.

Ahora el Ministerio de Salud Pública con la desintegración de los EMAG
pretende que la tarea sea absorbida por los Consultorios del Médico de
la Familia. Una pretensión imposible de acometer a juicio de los
entendidos en esta materia, "y los dirigentes del Ministerio de Salud
Pública lo saben", confiesa un especialista fundador de la EMAG.

Fundamenta este geriatra desde el anonimato que "hay impedimentos reales
en nuestro sistema de salud, el primero es que la mayoría de los médicos
de consultorios no son geriatras, y mucho menos gerontólogos". "Otro
impedimento es que gran parte de los consultorios permanecen cerrados
por déficit de colegas, en particular los graduados en Medicina General
Integral (MGI), porque se encuentra cumpliendo misión en el extranjero".

Y para dejar claro que las desgracias no viajan solas, este galeno llama
la atención sobre otro problema, "los médicos residentes (los que
estudian una especialidad) y que laboran en Consultorios Médicos de la
Familia una vez graduados quieren irse a laborar en Hospitales, o mejor
aún, en Institutos".

Sin llegar a creer que los EMAG hayan sido la panacea para los ancianos
cubanos en un sentido unánime, ni dar por cierto aquel exquisito esmero
conque la prensa oficial antaño los calificó, sí sería sensato reconocer
su primordial cometido en una sociedad ubicada entre las de mayor
envejecimiento del mundo.

El disgusto es mayúsculo, no tanto en los más afectados, los ancianos,
sino en los integrantes de los EMAG. Varios se han ido a sus casas en
franco auto des-empleo. Mientras los que no tienen viviendas propias y
habitan en medios básicos del Ministerio de Salud Pública (Consultorios
Médicos) no pueden menos que aceptar la opción del chantaje, y continuar
trabajando a regaña dientes donde los coloquen, igual que los que
dependen únicamente del humilde salario que perciben.

A mediados de la década de los ochenta se inició la construcción de los
Consultorios Médicos: casas de dos pisos, concebidas para que el Médico
de la familia viviese arriba y consultase en la planta de abajo. Un
detalle que prueba la sutil chapucería que atomiza a la ciudadanía
cubana, es que actualmente numerosos Consultorios se venden a médicos
sin casas, en calidad de vivienda, pero le entregan la planta baja, la
que precisamente se diseñó para la atención médica, y no la de arriba,
la habitable.

La ley prohíbe el ejercicio de la medicina privada a todos los galenos
graduados con posterioridad a 1959. Pese a que corre el deseo de que "se
autoricen, sino a todos, al menos a los jubilados, con los mismos
derechos que ya tienen otros trabajadores por cuenta propia", exportó
una joven psicóloga.

Acabar con los EMAG confluye en otra arista del chantaje principalmente
en contra de personal médico y de enfermería, y llevarlos a suplir el
déficit los Médicos de Familia, en Hogares de Ancianos (Asilos) y otras
áreas deficitarias también de psicólogos y trabajadores sociales. Los
ancianos que gobiernan en Cuba, y longevos parientes de los que integran
la alta nomenclatura criolla no tienen qué preocuparse por encontrar un
Consultorio Médicos funcionando ese día y hacer una largas colas en
espera de ser atendido, ni afrontar al agobiado doctor. Ellos sí tienen
la vejez garantizada.

Source: Nuestros viejitos olvidados | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/nuestros-viejitos-olvidados/

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