Internet en Cuba: un suceso a pesar de la paranoia del régimen y precios
absurdos
Aunque una hora cuesta 4,50 cuc (112 pesos, un tercio del salario
promedio en la isla), en salas de navegación como la del Focsa siempre
hay cola.
Iván García Quintero
mayo 24, 2014
8 de la mañana. En los bajos del edificio Focsa -el Empire State de
Cuba-, en M entre 17 y 19, Vedado, en un local entre el teatro Guiñol y
un bar desvencijado a la entrada del club Scherezada, una cola de unas
quince personas espera para entrar a la sala de navegación de internet.
Es una de las 12 que existen en La Habana. Pocas y mal distribuidas para
una ciudad que supera los dos millones y medio de habitantes. En El
Vedado y Miramar hay cuatro, dos en cada barriada. Sin embargo, 10 de
Octubre, el municipio más poblado de la isla, no cuenta con ninguna.
Municipios arrabaleros como San Miguel, Cotorro y Arroyo Naranjo (el
distrito metropolitano con más hechos de sangre en el país), tampoco
disponen de un sitio para conectarse a la red.
El 4 de junio de 2013, en toda la isla se inauguraron 118 salas de
navegación. Según una funcionaria de ETECSA, cerca de 900 mil usuarios
han utilizado al servicio. Las cifras pueden no impresionar.
Como promedio, cada sala ha recibido 7,600 usuarios mensuales en estos
primeros doce meses. Unos 250 internautas por día. 25 por hora: las
salas de navegación están abiertas 10 horas y media todos los días de la
semana, desde las 8 y 30 de la mañana a las 7 de la noche.
Pero recuerden que Cuba es el país de más baja conectividad en América
Latina. Algunas personas siguen viendo internet como algo exótico y con
tintes de espionaje o ciencia ficción.
Los soplos del analista de la NSA Edward Snowden, acusando a los
servicios especiales de Estados Unidos de vigilar a medio mundo, sumado
a la paranoia del régimen de los Castro, que compara a la red de redes
con un caballo de Troya diseñado por la CIA, más las chapuzas de la
USAID, intentando tumbar a la autocracia verde olivo a golpe de Twitter,
inhibe a numerosos cubanos de a pie a explorar el mundo virtual.
Como suele ocurrir, los más viejos entran en pánico cuando se sientan a
una máquina. Lourdes, 65 años, ama de casa, conoce internet solo de
referencias. "De verlo en películas americanas que los sábados pasan por
la tele. Jamás me he sentado ante una computadora. Esa 'cosa' es para
los jóvenes".
No faltan los que ven un James Bond en cada internauta. Norberto,
presidente de un CDR, considera que "internet es un invento militar de
los yanquis y sirve para subvertir y enajenar con frivolidades a la
generación más joven. Un instrumento de colonización virtual. Nuestros
órganos de Seguridad del Estado deben fiscalizar meticulosamente a
quienes navegan por la web".
Y lo hace. Los servicios especiales cubanos han tomado nota del modo de
operar de las comunidades sociales en internet durante las revueltas en
el Medio Oriente.
Según una fuente de ETECSA que prefirió el anonimato, existe una
formidable policía política virtual que controla con lupa todos los
servicios de acceso a internet en Cuba.
"Desde programas espías y un ejército de analistas informáticos para
craquear cuentas de disidentes, hasta el seguimiento de redes sociales
como Facebook, Twitter o Instagram. Todos los navegantes son
sospechosos. Antes de que ETECSA abra un nuevo servicio de internet, ya
las herramientas de vigilancia de la Seguridad del Estado están
funcionando", señala la fuente.
Un ingeniero cuenta que, ahora mismo, el Ministerio del Interior
(MININT) tiene una flota de camionetas equipadas para detectar señales
de redes ilegales de internet y canales de cable satelitales.
"Todos los meses hay operativos conjuntos entre el MININT y ETECSA para
desmontar las redes de juegos cableadas o Wi-Fi ilegales que conectan a
los jóvenes en sus barrios. También se persigue las conexiones piratas
de internet, llamadas internacionales clandestinas y la televisión por
cable. Hace un par de años, en uno de esos rastreos, descubrimos que
hasta Amaury Pérez, un músico fiel al régimen, tenía una antena de cable
ilegal", recuerda el ingeniero.
A pesar de todo, internet es un suceso imparable para muchos cubanos, a
quienes no les importan los absurdos precios. Aunque una hora cuesta
4,50 cuc (112 pesos, un tercio del salario promedio en la isla), en
salas de navegación como la del Focsa siempre hay cola.
Solo para abrirse una cuenta de correo Nauta en el teléfono móvil, desde
donde se pueden leer los emails, poco más de cien mil cubanos hicieron
colas desde horas tempranas de la madrugada.
"Era tanta la avalancha de gente, que nos vimos obligados a repartir 30
turnos diarios", apunta una empleada que labora en la sala del Focsa.
Erróneamente, la prensa internacional suele mencionar a las salas de
navegación cubanas como 'cibercafés'. Nada más alejado de la realidad.
En ninguna de las 118 salas expenden café, refrescos o sandwiches.
Son oficinas comerciales, donde igual se paga la cuenta del teléfono
fijo, se venden memorias flash o se recarga el celular. Las hay amplias
y climatizadas como las del Focsa o el Centro de Negocios de Miramar,
con 9 máquinas. La que tiene más ordenadores, con 12, se encuentra en la
calle Obispo, en el corazón de la Habana Vieja,
La velocidad de conexión no se puede comparar con otras naciones: entre
512 Kilobyte y 2 Megabyte. Es un salto de gigante, si lo comparamos con
la angustiosa conexión de 56 Kilobyte que brinda ETECSA a usuarios
autorizados por el régimen.
Incluso en hoteles cinco estrellas, como el Saratoga o Parque Central,
la conexión no supera los 100 Kilobyte. El precio en las instalaciones
turísticas es muy caro. Una hora cuesta entre 6 y 10 cuc No existe una
estrategia comercial. Pese a cobrar más caro, la conexión es más lenta.
Por eso es habitual ver a numerosos turistas extranjeros o
latinoamericanos y africanos que estudian en Cuba, hacer cola ante una
de las 118 salas de navegación de ETECSA.
Las salas se nombran Nauta. El personal es amable, aunque algunos tienen
lagunas elementales que les permitan asesorar a personas por vez primera
acceden a la red.
Suelo ir dos veces por semana a internet. Y además de entablar
conversación con internautas anónimos, no conocidos como disidentes o
periodistas independientes, he observado que las edades van desde los 18
hasta los 55 años, aproximadamente.
Navegan más blancos y mestizos que negros. Cuando usted charla con
ellos, el 90% dice que va a revisar su cuenta de Facebook, buscar amigos
o novios, leer noticias deportivas y hacer trámites migratorios o de
trabajo en el exterior.
A quienes les gusta leer medios internacionales, los preferidos son BBC,
El País y Financial Times. De las páginas cubanas, las más visitadas son
Diario de Cuba y Havana Times, y de los periódicos de Miami , El Nuevo
Herald y Diario de las Américas. Martí Noticias, Cubanet y Cubaencuetro
siempre han estado bloqueados por el régimen.
De los blogs o webs hechos en Cuba, como Primavera Digital, de 100
personas consultadas, solo el 9% dijo copiar los contenidos en memorias
flash, para luego leerlos en sus casas.
Cuba es un país de extremos. Internet despierta simpatías y temores. Una
nación que lo limita, se desconecta de los avances científicos. Encadena
su progreso y tira las llaves al fondo del océano.
El temor del régimen ante una posible revuelta sediciosa, ha colocado
bridas a la autopista mundial de la información, a costa de torpedear la
economía y ramas del saber, culturales y tecnológicas. Es lo que está
pasando en Cuba.
Source: Internet en Cuba: un suceso a pesar de la paranoia del régimen y
precios absurdos -
http://www.martinoticias.com/content/internet-en-cuba-un-suceso-a-pesar-de-la-paranoia-del-r%c3%a9gimen-y-precios-absurdos/35405.html
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