miércoles, 28 de mayo de 2014

De “saladrigueos” y otras marañas

De "saladrigueos" y otras marañas
[28-05-2014 13:41:45]
Frank Calzon
Director Ejecutivo del Centro para Cuba LIbre

(www.miscelaneasdecuba.net).- Quien tiene acceso a los que toman las
decisiones no circula cartas ni peticiones.
Washington, DC -Recientemente circuló una carta al Presidente Barack
Obama, firmada por un grupo de personalidades y ex diplomáticos
norteamericanos y por un puñado de hombres de negocios
cubano-americanos, en la que piden al Presidente que ignore el Congreso
y levante gran parte de lo que queda de las sanciones al régimen castrista.

La carta ha causado revuelo pero lo cierto es que a pesar de lo
influyente que hayan sido en el pasado algunos de los firmantes, esta
carta y otras campañas similares son prueba fehaciente de que los
firmantes tienen poco acceso a los centros de poder de la
administración. Cuando uno tiene acceso a los que toman las decisiones o
tiene alguna posibilidad real de conseguir la aprobación de lo que
propone, no circula cartas ni peticiones, ni gasta miles de dólares
desplegando pancartas en el Metro de Washington, a no ser que el
esfuerzo esté encaminado sobre todo a ganarse la confianza de Raúl
Castro. Quizás es esa una de las formas de conseguir una visa para poder
visitar la isla.

El resultado de la carta del Council of the Americas ha sido despertar
una fuerte oposición a lo que proponen, oposición en la que coinciden
gente importante de esta capital. Ni la carta del Consejo de las
Américas, ni la campaña de pancartas de Cuba Now, ni el próximo viaje de
la Cámara del Comercio a la Isla, han de tener un impacto substancial, a
no ser que Raúl Castro tome las medidas de apertura política que se ha
negado a considerar hasta ahora.

El dinero del controversial hombre de negocios Carlos Saladrigas tendrá
en estas cosas el mismo resultado que su campaña para sacar al régimen
de la lista del Departamento de Estado de gobiernos que apoyan al
terrorismo internacional.

A veces en política lo que no se dice es tan importante como lo que se
dice. En la carta están ausentes las referencias a la libertad, la
represión política, las golpizas a mujeres indefensas, la alianza de la
dinastía castrista con la criminal dictadura de Corea del Norte – no hay
que remontarse al pasado lejano, hace unos meses bajo toneladas de
azúcar los hermanos Castro trataron de enviar de contrabando a Corea del
Norte dos aviones de guerra, cohetes mortíferos, sistemas de
computadoras para cohetes y otras armas. En la carta tampoco se menciona
la alianza militar entre La Habana y Moscú, acuerdo firmado por la parte
cubana por el que parece ser el verdadero delfín, el Coronel Alejandro
Castro Espin, hijo del Raúl Castro.

¿Por qué no firmó el acuerdo Miguel Díaz Canel, o el ministro de las
fuerzas armadas, General Leopoldo Cintras Frías? Ese es tema para
analizar en otra ocasión.

La sordidez de que haya cubanos que en vez de recabar solidaridad
internacional para las víctimas del régimen, pretendan darle
credibilidad a las supuestas reformas raulistas, no se le escapó a los
que dentro de la isla luchan por el establecimiento de un estado de
derecho y de respeto a la ciudadanía.

Antonio Rodiles, Manuel Cuesta Morúa, José Daniel Ferrer y Berta Soler
respondieron inmediatamente. Todos coinciden en que la gran tragedia que
vive el pueblo cubano se debe a una cuestión política: la falta de
libertades, y no a que alguna que otra empresa extranjera pueda venderle
maquinaria y equipos a lo que ellos llaman Cuba, pero que es en realidad
la gerontocracia militar que desgobierna al país.

Los cubanos, los de afuera y los de la Cuba propia, sabemos que las
barberías, los paladares, el relleno con gasolina de fosforeras, y las
actividades comerciales a escala ínfima que permiten las "reformas
económicas" raulistas no fueron las medidas que ayudaron a liberar del
comunismo a los pueblos de Europa central.

Los que pedimos el cese de la represión no somos de línea dura, pedimos
lo que pidieron para sus pueblos de la misma manera Vaclav Havel, Nelson
Mandela, Lech Walesa y Aung San Suu Kyi.

Source: "De "saladrigueos" y otras marañas - Misceláneas de Cuba" -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5385cb793a682e15dc2063b1

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