jueves, 20 de septiembre de 2012

Cuba y el súper Wi-Fi

Cuba y el súper Wi-Fi
septiembre 20, 2012
Fernando Ravsberg*

HAVANA TIMES — La guerra contra el desarrollo tecnológico está perdida
de antemano, lo aprendieron los obreros ingleses cuando intentaron
frenar la era industrial destruyendo maquinarias con la ilusión de
detener la reducción del número de puestos de trabajo.

En el ciberespacio las cosas se aceleran aún más y quien no anda rápido
es devorado por algún agujero negro o conquistado por sus enemigos. En
esta época tratar de mantenerse aislado dentro de una burbuja es tan
utópico como lo fue destruir máquinas.

Las autoridades de la isla han tenido todo el tiempo del mundo para
darle un lugar en el ciberespacio a la sociedad cubana.

También tuvieron los recursos humanos, materiales y el apoyo
internacional pero inexplicadamente el país sigue sin despegar.

Desde hace más de un año debería estar funcionando un cable submarino
que aumentaría 3.000 veces la conectividad cubana, sin embargo eso no ha
ocurrido y los dirigentes del Ministerio de las Comunicaciones se niegan
a dar una explicación.

Circulan muchos rumores, desde Miami me aseguran que el cable está
operativo y que solo lo usa el Ministerio del Interior y en Cuba me
dicen que está a punto de iniciarse el juicio contra los máximos
responsables de esta estafa millonaria.

Pero no es solo por las pérdidas económicas que se debe medir la
repercusión del timo sino también por sus consecuencias sociales y
políticas. La escasa de conectividad deja a la mayoría de los cubanos al
margen del mundo y cede el poder de la información a los extremos.

Por una parte existe un grupo de páginas oficialistas que repiten todo
lo que les llega desde "arriba". Y lo hacen incluso cuando, sin la más
mínima prueba, se les pide que acusen de ser espías de la CIA a
importantes intelectuales cubanos.

Así cuidan su conexión porque el ancho de banda para el acceso a
Internet de los periodistas cubanos es regulado directamente por "Los
Protectores de la Fe" y solo los colegas que ellos consideran
"ideológicamente puros" son premiados con ADSL.

Los demás navegarán a 56 kbps, una velocidad sin stress donde uno entra
a Google, busca "noticias", pone a abrir 10 páginas, va a prepararse un
café y regresa 15 minutos después sin que aún se hayan desplegado todas.
Las fotos tardan aún más y los videos son un imposible.

En el otro extremo están los ciberdisidentes con conexiones de alta
velocidad gracias a la generosa, aunque no desinteresada, asistencia de
algunas embajadas, en primer lugar la de EE.UU. que reparte horas de
internet como si fuera un cibercafé.

Obama cree en la red y apuesta a que el acceso de los cubanos al espacio
virtual es la vía para acabar con la Revolución. Sus subalternos crean
redes clandestinas y videojuegos para lograr lo que no pudo la invasión
militar de Miami ni los 50 años de Embargo.

En tanto, la tecnología sigue su curso, un súper Wi-Fi ya se está
probando en varias regiones de EE.UU. para eliminar los "espacios en
blanco" de Internet, despliega redes con una cobertura de más de cien
kilómetros y velocidades de 22 Mbps.

Apenas se hizo público las maquinarias de propaganda se pusieron en
marcha. Mientras los anticastristas piden que se utilice para romper el
aislamiento del pueblo cubano, los comunistas la califican de arma para
la guerra de la información contra Cuba.

Seguramente habrá en la isla quien proponga buscar medios técnicos para
impedir el acceso a la "súper Wi-Fi imperial" pero confío en que
personas más sensatas comprendan que esos recursos deberían emplearse en
crear conexiones propias a la red.

La batalla contra la tecnología no tiene futuro porque a la larga el
desarrollo seguirá derribando muros. El gobierno de Cuba no puede
impedirlo, en sus manos solo está decidir si la conexión de los cubanos
con el mundo se hace a través suyo o de sus enemigos.
—–
(*) Publicado con la autorizacion de BBC Mundo.

http://www.havanatimes.org/sp/?p=71926

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